Un Mundial es una vidriera inagotable

Un Mundial es una vidriera inagotable

El mercado de pases de los jugadores ya está en pleno funcionamiento. Los adelantados.

30 Junio 2002
MILAN.- Que los campeonatos del mundo son la gran vidriera a la cual todos los futbolistas quieren acceder, no es ninguna novedad. Estos certámenes algunas veces significa el trampolín que el jugador necesita para llegar a la meca del fútbol mundial.
El zaguero internacional croata del Inter de Milán, Darío Simic, fue traspasado al Milan AC, mientras que el volante turco Umit Davala realizará el camino inverso, anunciaron ayer los directivos del Milan AC.
Simic, de 26 años (1,80 m, 76 kg), había llegado al Inter en enero de 1999. Fue fichado por tres años por el Milan AC, hasta el 30 de junio de 2005.
El croata fue intercambiado por Umit Davala, una de las revelaciones del Mundial. Va al Inter de Milán, que es dirigido por Héctor Cúper, y luego será prestado al Galatasaray de Turquía, uno de los clubes que mayor progreso deportivo tuvo en la última década. Esta entidad nutrió a la selección de su país de sus jugadores más representativos, que fueron protagonistas excluyentes de una actuación inolvidable de los turcos en el campeonato Mundial.
Umit Davala, de 28 años (1,86 m, 74 kg), llegó al Milan AC en setiembre de 2001, procedente del Galatasaray.

Celebración
La comunidad turca de Berlín, que tiene cerca de 300.000 miembros, celebró la obtención del tercer lugar en el Mundial de Corea y Japón con fuegos artificiales y un gran desfile de coches por las principales calles de la ciudad. En todo el centro se podían escuchar los estallidos de los cohetes que lanzaban los turcos, así como las bocinas y las sirenas. Fue una verdadera fiesta.
"Turquía le demostró al mundo que sabe jugar al fútbol. Finalizó por delante de países como Italia y España. Está claro que hay motivos para celebrarlo", dijo Günter Netzer, ex internacional de Alemania, que ahora trabaja de comentarista para una emisora de televisión germana. (Reuter)

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