Un tipo querible
04 Enero 2008
Un análisis de Luis Contreras, Redacción LA GACETA.

Era Mario un tipo realmente querible. Lo único que nos dividía en nuestros comienzos en Radio Splendid era su pasión “millonaria” y la mía “bostera”. Siempre fue muy dinámico y versátil para encarar su tarea diaria. Y eso le permitió escalar rápidamente en el periodismo deportivo radial y televisivo, primero, y luego en la prensa escrita en LA GACETA. Como dirían en el barrio, era un tipazo. Siempre sonriente, tenía a mano una broma o una palabra de aliento. En la radio, a alguien se le ocurrió ponerle un genial apodo: “monadita”. Su estilo a veces campechano e informal, que dejaba de lado la pronunciación perfecta de las palabras, fue lo que lo acercó masivamente a los oyentes. El “buendía, buendía, buendía” con el que saludaba a través del micrófono era la carta de presentación de un programa divertido. Ya no lo escucharemos. Tampoco sus “gastadas” a los hinchas de Boca cuando River gane un superclásico. Pero sí se recordará su amplia sonrisa, su voz compinche y su actitud solidaria con la gente.

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