Un recorrido por la nostalgia de varias generaciones de rockeros

Un recorrido por la nostalgia de varias generaciones de rockeros

"Escuchame entre el ruido". Comandados por Lito Vitale, diez músicos y una banda impecable les sacudieron el polvo a varias de las joyas más preciadas del rock. Un cierre con dos bises de antología.

OVACION. La fiesta fue total, aunque asistió menos gente que la esperada.(LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO) OVACION. La fiesta fue total, aunque asistió menos gente que la esperada.(LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO)
04 Diciembre 2006
Un removedor de nostalgias de todo tipo y de todos los tiempos pasó el sábado a la noche por la plaza Independencia. Diez músicos que no necesitan demasiadas presentaciones, y una prolija banda que los acompañó durante 18 canciones, fueron los encargados del homenaje al rock argentino en sus 40 años, que en su versión en CD doble se llama "Escúchame entre el ruido".
"Seminare", una de las joyas preciosas del rock argentino, fue la que cerró el show, antes de los fuegos artificiales. El tema de Serú Girán, que no está incluido en el disco, tuvo a dos de los integrantes de aquella banda sobre el escenario: David Lebón y Pedro Aznar, que finalmente dejaron de cruzarse en los camarines para recordar y hacer erizar la piel de los tucumanos, acompañados en coros por la sensual Hilda Lizarazu.
Antes, y como primer bis, el tema fue "Despiértate nena", de Luis Alberto Spinetta (tampoco está en el CD), pero cantado e interpretado por todos juntos: Lito Vitale, Andrés Giménez, Horacio Fontova, Claudia Puyó, Palo Pandolfo, Héctor Starc, Ulises Butrón, Lebón, Aznar y Lizarazu.
Todo había empezado poco más de una hora y media antes, cuando Vitale, que sólo se separó de los teclados antes de hacer los bises, le dio entrada al legendario violero de Tantor (banda de fines de los 70, Héctor Starc, para que hiciera su versión de "La balsa" (de Litto Nebbia y Tanguito), que en el disco hace Juanse.
Inmediatamente después entró el showman. Palo Pandolfo, que hizo "Sudamérica, o el regreso a la aurora", el tema de Arco Iris que en el CD quedó en manos de Arbol, y luego la versión que él registró en el álbum que se vende a beneficio del hospital Garrahan. Una power "Pronta entrega", de Virus, que empezó a animar la fiesta a fuerza de sacudidas y potencia en la voz.
Palo se bajó, y el micrófono fue agarrado por Andrés Giménez, el ex A.N.I.M.A.L., que cantó "La balada de la muerte y el diablo" (de La Renga), y "Qué ves?", de Divididos, en una versión mucho más pretensiosa y fuerte que la que Alejandro Lerner hizo para el disco.Lizarazu cautivó primero con "El loco", de Babasónicos, y pasó a "Tres agujas", el tema de Fito Páez que canta Spinetta. Ella le dio pie a Fontova, que arremetió con su forma de ver "Agua", de Los Piojos, para pasar después a "El pacto", de la Bersuit.
"Muerto o a pedazos", de Catupecu Machu, quedó a cargo de Butrón, quien forma parte de la banda estable, y después Vitale anunció que llegaba la parte "tranqui" del show. Aznar arrancó con "Catalina Bahía" (de Pedro y Pablo), y sin dar respiro aceleró con "Pensar en nada", de León Gieco. Los saltos y el baile aparecieron para terminar con la breve calma por el resto de la noche.
Lebón hizo su exquisita versión de "Avellaneda blues", de Manal, y siguió con "El viejo", de Pappo, aquel otro violero con el que él compartió bandas y tertulias.
Claudia Puyó, potente y enérgica, cantó "Himno de mi corazón", de Los Abuelos de la Nada, y junto a Starc "Noche de perros", de Serú. Todos lamentaban que, si estaban allí atrás dos de los miembros de esa banda, no se juntaran un momento para hacerla juntos... esa satisfacción llegó al final, para el cierre, que sació las ansias de rock de varias generaciones de tucumanos.

Las voces de la Plaza
"Tenemos hijos grandes, que ya son profesionales, y cuando escuchaban estas cosas en casa no las entendíamos... pero es lindo ver que tanta gente se divierte", dijo Ernesto, quien estaba con su esposa, Cristina.
"Es la música con la que crecí, y esta es la oportunidad para que mis hijos, que todavía son chicos, puedan ver un buen recital en vivo", dijo Carlos Albarracín, mientras cargaba sobre los hombros a Lucía, de seis años.
"Me gusta de todo un poco; si la cosa es bailar, me voy a una bailanta, pero estas cosas en la plaza están buenas, y se escuchan cosas diferentes que también me gustan", comentó Jonathan Ríos, de 17 años, que llegó a la plaza junto a sus amigos, vistiendo una remera del cuartetero Néstor.

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