La gente no se maneja ni vive en días hábiles, sino corridos

La gente no se maneja ni vive en días hábiles, sino corridos

Por Marcelo de Jesús, miembro de Fores (Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia).

30 Septiembre 2007
La vida se hizo mucho más rápida, pero la Justicia no se ha adaptado a esa velocidad. Uno se comunica por internet o por celular, y en esta todavía circulan oficios confeccionados a máquina de escribir. A ello hay que sumar una mentalidad muy conservadora. Por ello cabe preguntar: ¿para qué se quiere más recursos? ¿Sólo para pagar más sueldos? Es lógico que si esta es la respuesta no podremos invertir en informatización o en modificar los procedimientos.
No obstante, hay un dato auspicioso: el presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Lorenzetti, proviene del ejercicio libre de la profesión y puede entender mejor los tiempos de la vida real. Los jueces se manejan con días hábiles, mientras que la gente lo hace con días o con horarios corridos. Esto prueba que la vida sigue más allá de que los Tribunales estén abiertos o cerrados.
Lorenzetti entendió esta necesidad de la celeridad, que hace a la Justicia. Los jueces, si bien lo entienden, a veces, no están tan acostumbrados a tomar decisiones tan velozmente.

Tres culpables
La lentitud se explica o sus razones radican en el propio Poder Judicial. Pero también se debe a la ineficiencia de los propios abogados, porque solemos formular peticiones que demoran u obstaculizan el desarrollo de un proceso, y luego les echamos la culpa siempre a los jueces por la supuesta lentitud, cuando somos los responsables.
También tienen parte de responsabilidad las Facultades de Derecho, que sólo entrenan a los futuros abogados para que litiguen y no para que resuelvan problemas. Un juicio es un conflicto no resuelto entre las partes o entre los letrados. Entonces, si la Justicia es la única vía para resolver esto, terminamos llevándole todo a ella.
La solución pasa por encarar proyectos de gestión en los juzgados, concebidos como prestadores de servicios. Además, hay que entrenar a los abogados para que busquen mecanismos de negociación antes o durante el proceso, y para que se enfoquen en cerrar un conflicto y no en mantenerlo.