Contra el rugby

Contra el rugby

La incomprensible actitud de algunos opinadores sobre Los Pumas.

10 Octubre 2007
El crítico, por Guillermo Monti, prosecretarios de Redacción LA GACETA.


Que los argentinos somos incomprensibles no es ninguna novedad. Desde hace décadas, profesionales de todas las ramas de las ciencias sociales intentan desentreñar los motivos de nuestro fracaso como sociedad. No hace falta enumerar los cataclismos políticos, económicos y sociales que venimos padeciendo. Están a la vista. Con Los Pumas se repite este fenómeno de autodestrucción, mezcla de prejuicios, resentimiento, envidia o vaya uno a saber qué otra clase de oscura motivación. Ejemplos sobran.
El lunes, sin ir más lejos, uno de los impresentables exponentes de la TV basura, a la que parecemos condenados, afirmaba que cuando cantan el Himno Nacional, los rugbistas sobreactúan porque saben que los están filmando. Y así, en infinidad de programejos radiales y televisivos, se ataca con tono canchero y sobrador al rugby y a todo lo que representa. ¿Qué le pasa a esta gente?
Da la sensación de que muchos están esperando una derrota -casi rogando por ella- para caerles encima a Los Pumas. La broma recurrente (¿la vuelta olímpica la van a dar en el Obelisco o en San Isidro?), los argumentos que rozan la estupidez (no le ganaron a nadie) o la descalificación despectiva (nenes de mamá, chicos ricos) representan toda una declaración de principios. Hasta hay pseudoperiodistas deportivos que “denuncian” al rugby por su violencia (!). Como si el fútbol y su lamentable entorno fueran un picnic de carmelitas descalzas.
¿Por qué será que no somos capaces de unirnos en una causa para disfrutar los triunfos? ¿Qué nos impide aprovechar ejemplos como el que brindan Los Pumas? ¿Hasta cuándo desecharemos los paradigmas de trabajo, honestidad, esfuerzo y talento? ¿Cómo se explica que muchos de nuestros héroes sean los tramposos, los chabacanos, los facilistas? Así nos va.