El verdugo

El verdugo

Análisis. Por Alfredo Aráoz.

MANO A MANO. El conductor de los “santos”, Cristián Zárate, no pudo vulnerar la valla del arquero de los jujeños, Fermín González. LA GACETA / HECTOR PERALTA  MANO A MANO. El conductor de los “santos”, Cristián Zárate, no pudo vulnerar la valla del arquero de los jujeños, Fermín González. LA GACETA / HECTOR PERALTA
18 Febrero 2006
Si Talleres de Perico jugara en Tucumán, sería el campeón récord de la Liga. Les gana a todos los equipos que nos rodean; y como Zapata: si no la gana, la empata. En el Apertura ya había derrotado a los dos grandes de la provincia, pero, disconforme, se propuso repetir la historia y lo hizo en el Clausura. Para justificar el traje de verdugo, por si hacía falta, adivinen qué: la única victoria en el torneo había sido ante Atlético. Creer o reventar, los muchachos del departamento jujeño poblado en sus momentos por inmigrantes españoles llegan a Tucumán para hacerse la América y conquistan espectadores porque saben  que, a sala llena, las miradas se posan mejor, los comentarios se multiplican y la tapa de LA GACETA viaja, sin peajes, a Jujuy. Allá, donde viven los hinchas del “expreso azul” que no quieren al otro verdugo, pero exclusivamente de San Martín: es Víctor Nazareno Godoy que es delantero; y, aunque la camiseta le queda un poquito apretada, se las ingenió para acomodarse entre los defensores y dejar sin nada que hacer a Lavallén. El hombre que alguna vez le hizo tres goles en Palpalá, cuando jugaba para Zapla, ve un tucumano y se inspira. Justo ahora se inspira...




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