"Estoy viviendo la peor semana de mi vida"

"Estoy viviendo la peor semana de mi vida"

Susana Trimarco, la madre de la joven desaparecida, le comentó a LA GACETA cómo está participando de la búsqueda de su hija. La mujer relató que un hombre le dio la información de que Marita podría estar enterrada en ese lugar.

DRAMATICO MOMENTO. Susana Trimarco es consolada por colaboradores mientras los gendarmes realizan las excavaciones en Villa Unión. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO / ENVIADO ESPECIAL DRAMATICO MOMENTO. Susana Trimarco es consolada por colaboradores mientras los gendarmes realizan las excavaciones en Villa Unión. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO / ENVIADO ESPECIAL
24 Mayo 2008
LA RIOJA, (De nuestro enviado especial, Juan Manuel Montero).- Susana Trimarco recuerda cada instante la última prueba de vida de su hija. Pintada en una pared del prostíbulo La Isla, propiedad de Liliana Medina y de su hijo, el "Chenga" Gómez, ambos imputados en la causa por la desaparición de Marita Verón, ella encontró una leyenda que decía: "Mica te amo".
Micaela hoy tiene ocho años y la última vez que vio a su mamá fue aquel fatídico 3 de abril, cuando Marita Verón salió de su casa rumbo a la Maternidad y desapareció. "Mi sufrimiento es doble. Por un lado, me encuentro ante la posibilidad de hallar el cadáver de mi hija, a quien considero viva y, por otro lado, si eso es así, no sé cómo voy a enfrentar a mi nieta para decirle que su mamá nunca regresará", dice la madre mirando el piso.
Trimarco se hospeda en un hotel de La Rioja. La semana pasada, mientras chequeaba información sobre otras mujeres que estaban siendo prostituidas, se le acercó un hombre que le dijo que sabía el lugar exacto en el que habían enterrado a Marita. "Se mostró muy seguro, muy confiado en sus palabras. Después recordé que yo ya lo conocía desde 2004. Siento que lo que me dijo puede ser verdad", afirma mientras busca en su cartera un tranquilizante. Mira al periodista y con los ojos húmedos asegura: "estoy viviendo la peor semana de mi vida".
Trimarco parece vencida. Cuando comienza la entrevista se toma del cuello. "Estoy durmiendo muy mal. Me siento mal. Todo esto es muy fuerte. Yo quiero encontrar a Marita con vida. Eso no me voy a cansar de repetirlo. Pero es la primera vez que siento que el final puede ser otro", explica.
Cuando habla de Marita, la voz se le quiebra. Le caen lágrimas por las mejillas. Pero se transforma cuando cuenta sus proyectos y el trabajo que está realizando con la fundación María de los Angeles. "Hay tanto por hacer. Hay tantas mujeres que están sufriendo a manos de estos delincuentes. El 3 de junio inauguramos la casa para que aquellas chicas que son rescatadas tengan un lugar donde vivir. Tenemos espacio para 12, pero yo sé que no me va a alcanzar", afirma. "Yo sé que esta situación no se va a acabar nunca. Los proxenetas las siguen, las presionan, no quieren que estudien, las amenazan. No se puede dejar de pelear contra ellos nunca", advierte.
La mujer aprovecha para reclamar que la División Trata de Personas depende del Ministerio de Seguridad Ciudadana y no de la Policía.
"Dice que tiene que haber una decisión política y que la ley sancionada hace poco tiempo por el Congreso es una herramienta fundamental. "Hay que atacar con todo el peso de la ley", afirma.

Dato conocido
Basta con nombrarle a su hija para que su voz decaiga. "Siento mucha angustia. El dato que nos aportó este testigo no es nuevo, pero es la primera vez que se da una ubicación exacta".
¿Qué sintió cuando este hombre le dijo que su hija estaba muerta?, se le preguntó. "Fue una sensación espantosa. Juro que se me cruzó por la cabeza la imagen de cuerpo de mi hija, enterrado. Fue terrible. Yo nunca lo había pensado. Tengo que seguir todas las pistas. Y esta es una, pero no la única", responde.
"No voy a dejar de luchar nunca. Pero en algún momento debo saber qué pasó. Qué hicieron con mi hija. Después, si no la encuentro viva, podré hacer el duelo. Mi familia está destrozada. Pero voy a seguir. No voy a parar porque sé que si me quedo sin hacer nada me voy a morir...", expresó.
Trimarco se retuerce las manos, aprieta contra el pecho la cartera, pierde la vista y se quiebra. Llora sin poder contenerse. Ya no le salen palabras.


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