La violencia escolar es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad

La violencia escolar es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad

Opiniones de la jefa del Gabinete Psicopedagógico y del vicario de la Iglesia para la Educación. Conmoción por el enfrentamiento entre una madre y la directora de una escuela. La vida familiar y la institucional.

LIMITES. La sociedad tucumana no respeta las normas, dijo una pedagoga. (TELAM) LIMITES. La sociedad tucumana no respeta las normas, dijo una pedagoga. (TELAM)
10 Marzo 2007
"Hay que buscar nuevos modelos de convivencia, basados en el respeto al prójimo", con esta frase, la jefa del Gabinete Psicopedagógico de la Provincia, Griselda Vallejo, sintetizó una necesidad colectiva: erradicar la violencia en todas sus formas.
En Villa Mariano Moreno, un caso de agresión verbal y física conmocionó a la comunidad de la Escuela Fortunata García, en donde una madre y la directora discutieron violentamente. Ambas mujeres denunciaron en la Policía haber sido golpeadas.
Vallejo señaló que grupos de especialistas están trabajando en las escuelas para orientar a docentes, padres y alumnos sobre la necesidad de fortalecer lazos. "No se trata de una enfermedad mental sino la expresión de un modo de convivencia basada en la violencia. Hay una exacerbada tendencia a resolver conflictos a través de la agresión física", dijo la especialista.
En los últimos años, dijo, hay más casos de violencia no sólo en las escuelas, sino en el resto de las instituciones tucumanas.
"La sociedad tucumana se caracteriza por no respetar las normas, y una sociedad sin ley se rige por las emociones, actúa en función de los sentimientos, de las necesidades; es una relación egoísta en donde prima el interés individual", dijo.
Vallejo opinó que el ámbito escolar es un espejo de la crisis familiar e institucional. "Hay un relajamiento en las normas desde los escalones más altos de la pirámide social hasta la base. No hay límites ni castigo", señaló.

En todos los órdenes
En el mismo sentido opinó del RP Miguel Galland, vicario para la Fe y la Educación. "No es que haya más casos de violencia escolar; existe la violencia en todos los órdenes. Para combatirla -opinó- hay que construir una nueva familia, donde los esposos y los hijos crezcan en el amor, y con las necesidades elementales básicas satisfechas. "El estrés por la falta de trabajo y muchas veces por no tener alimento hacen el caldo de cultivo para todo tipo de violencia", explicó Galland, para quien la violencia puede ser erradicada empezando por las relaciones que se desarrollan en el seno familiar, y cuando las personas pueden ejercer sus derechos a alimentarse, a trabajar, a recibir educación y salud, y a vivir seguros.

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