Fenomenal debate por los perros abandonados

Fenomenal debate por los perros abandonados

La increíble historia de Pantera, un animal que fue adoptado en Barrio Norte. Sigue la polémica por los canes del ex "Limpito".

PERRO CALLEJERO. La historia de Pantera, adoptada en barrio Norte, es conocida por todos los vecinos. PERRO CALLEJERO. La historia de Pantera, adoptada en barrio Norte, es conocida por todos los vecinos.
29 Diciembre 2006
• La historia de Pantera
Un día Josefina encontró en su garage de 25 de Mayo al 700 a un cachorro de seis meses, flaco y muy agotado. Decidió curarlo con su familia. El perro estaba de color rosa debido a la sarna que llevaba, con múltiples heridos y totalmente pelado. Por ello, lo bautizaron Pantera.

Horas después se presentó en la vivienda Adolfo, un conocido paseador de perros de barrio Norte, quien se ofreció a vacunarlo. Tiempo después Pantera se curó y, ante la sorpresa de todos, le creció un pelo negro brillante.

Actualmente Pantera tiene 1 año y medio y circula por todo barrio Norte y sus alrededores. A las 8 se presenta en la plaza Urquiza paea acompañar a Adolfo (es el único que no lleva correa). Luego regresa a la casa de Josefina a comer y, en ocasiones, acompaña a sus salvadores a sus trabajos o actividades.

Finalmente, la rutina de Pantera concluye en una veterinaria de la zona, donde también lo alimentan y bañan de vez en cuando. Luego regresa a lo de Josefina, donde tiene agua, comida y una cucha acolchada que a veces cede a alguna dama ocasional de la calle y él - todo un caballero- se acuesta a su lado en el piso.

Sin embargo, Pantera es muy nómade y a veces duerme en la casa de Adolfo, provocando preocupación en su residencia oficial. Al principio, Pantera se muestra un poco desconfiado, pero al rato es súpero simpático y cariñoso. Siempre se rodea de gente con buena onda.

Casi todo barrio Norte conoce su leyenda. Cruza las calles velozmente, pero con seguridad, y cuando el semáforo está en rojo “apura” a quienes acompaña, antes que encienda la luz verde.

Así, Pantera conoció a China Zorrilla, a Emila Maser, a Cecilia Milone y a Carolina Papaleo, entre otros grandes artistas. Sucede que a veces acompaña como el mejor de los guardaespaldas a Josefina Andújar al Centro Cultural Virla.

Hay muchas anécdotas de Pantera y de otros perros callejeros adoptados, como Jack, de Florencia, o “El Boby”, de los Paz, (que murió hace poco). Son imposibles de comentar en esta pequeña publicación, pero quiero finalizar resaltando la buena actitud de quienes rescatan mascotas de la calle.
Eduardo Deheza
[email protected]

• “Amo a los animales”
Da pavor leer algunas líneas. Hay que tratar de ayudar a los animales, no de eliminarlos. ¿Sintieron alguna vez la felicidad de ayudar?

A estos animales la naturaleza los obliga a procrearse. Ellos no tienen razón, fueron puestos en este mundo desigual para que nosotros (“pensantes e inteligentes”) los alimentemos. Deberíamos tratar de hacer algo por ellos y ver si todos juntos podemos solucionar.

Yo  amo a los animales, en contra de todos los que les molesta cuando ven que estoy ayudándoles. Amo la vida de los desvalidos (no dotados del hermoso don de razonar).
Norma Cabello
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• The Canadian Voice for Animals  Argentina
Me molesta que se llame “supuestas” (en una carta publicada el miércoles) a las asociaciones proteccionistas que llevamos años y trayectoria dentro del país y del mundo.

Por otro lado, los lectores sí tienen razón cuando solicitan que la Municipalidad se haga cargo del problema ¡pero cuántas cosas el Estado no proveé! Casas a los desamparados, ropas, alimentos, atención gratuita, educación, etcétera...

Los ciudadanos pagan todo con sus impuestos, no obstante, el país está plagado de ONGs que cubren las necesidades insatisfechas. Las asociaciones proteccionistas de animales somos eso, y no recibimos subsidios de ningún tipo

En la mayoría de los casos , tenemos que solventar la manutención de decenas de animales que de otra manera andarían a la deriva por las calles.

Mucha gente se ha ofrecido a participar en la limpieza y saneamiento del ex “Limpito” y en la reubicación y /o adopción de esos pobres animales. Ya se está armando una lista con colaboradores.
Myrta Montiel, representante de “The Canadian Voice for Animals”
[email protected]


OPINIONES PUBLICADAS AYER
• Quiero unirme al grupo de Amigos Protectores
Leí la nota de la agrupación Amigos Protectores y me gustaría unirme al grupo. Les escribí un e-mail pero da error al enviarse. Nesecito saber de que otra manera puedo contactarme con ustedes.
Con respecto a la señorita que escribió lo de el ex súper “Limpito”, la invitaría que también se una a ellos y así pueda ayudar a esos pobres animales que son abandonados y están a la deriva. Muchas gracias.
Vanesa Galván
[email protected]

• Animales abandonados
Somos muchos los lectores que seguimos con atención la polémica por los animales abandonados. Puedo afirmar que también somos muchos los vecinos del ex “Limpito”, que sí nos preocupamos, los queremos, los protegemos y alimentamos a estos indefensos animales, hasta más allá del límite de nuestras posibilidades.
Hace muchos años que vivo en esa cuadra y nunca tuve problemas ni fui agredida por ningunos de ellos. Es más, siempre retribuyen con cariño y alegría a una simple y desinteresada muestra de afecto.
Pero las preguntas tendrían que ser: ¿Qué puedo hacer yo para mejorar esta situación? y ¿Cómo puedo colaborar?
Es fácil y nunca se llegará a nada si culpo a otros, para que éstos asuman la responsabilidad que nos compete a todos como seres humanos.
Ya conocemos la realidad de nuestra sociedad y no debemos esperar que otros (llámense autoridad de cualquier índole, gubernamental, municipal, etc.) nos solucionen los problemas, y que con una pequeña y, sobre todo, elemental sensibilidad y buena voluntad, podríamos transformar la realidad.
¡Gracias a Dios! todavía existen seres humanos con esa sensibilidad a las criaturas, que los cuidan, protegen, alimentan y no esperan otra retribución mas que tengan un hogar y sean queridos y cuidados como ellos lo merecen. Esas son las personas que no escatiman esfuerzos, tiempo, ni dinero, no esperan recompensa alguna, realmente aman y son queridas en nuestro vecindario.
Estela Perez De Nucci
[email protected]

OPINIONES PUBLICADAS EL MIERCOLES

• El justo derecho a expresarse con libertad
Sigo con atención la polémica desatada por la existencia de perros callejeros en el predio del ex-Limpito. Por tanto, me resulta curiosa la agresividad de la profesora Montiel para con la lectora Mesón, quién no ha hecho más que vertir una opinión, con la cual, la enorme mayoría de los vecinos de la zona, concuerda.
Los protectores de animales tienen razón en muchas cosas. La primera, es que los perros sueltos no tienen la culpa de que personas desaprensivas los dejen librados al azar. Tengo un perro en casa y a mis hijos, desde pequeños, les enseño la responsabilidad que tienen en alimentarlo, bañarlo, llevarlo al veterinario por sus vacunas y cuidarlo con amor.
Entiendo que la cosa se reduce a la educación integral de la comunidad, la que debiera dar una contención adecuada a los animales abandonados, a los que se les debe el mejor de los tratos.
Pero, por el bien mismo de los referidos animales, no es correcto que anden sueltos a las buenas de Dios, ya que sus vidas corren riesgo permanente y, desgraciadamente, algunos de ellos se convierten también en un peligro para la sociedad.
No se puede negar que varios vecinos han sido mordidos por estos animales, conozco personalmente a dos de ellos. Días pasados, un ciclista sufrió una fractura en su brazo al ser atacado por uno de estos canes, lo que le hizo perder el equilibrio y caer al pavimento. He sido testigo de la conducta agresiva de perros callejeros que ponen en serio riesgo la salud humana. Aquí no importa si los animales son así porque han sido mal tratados, el hecho objetivo es que existen animales sueltos peligrosos y jamás podemos poner la vida animal por sobre la vida humana.
Por tanto, debería existir en Tucumán un centro municipal, monitoreado por organizaciones defensoras de los animales, que de cobijo y adecuado tratamiento a estos animales, pero de ninguna manera estos pueden circular libremente. Esta situación no ocurre en ninguna urbe civilizada.
Por otro lado, el tema de las personas vagabundas, alcoholizadas o drogadictas, es harina de otro costal, que debería tener un tratamiento urgente por las autoridades competentes, pero no puede equipararse esta problemática con la otra, como dos conservacionistas han intentado hacer en sus misivas.
Si la lectora Mesón no aporta ideas, será porque no las tiene o no le interesa tenerlas, pero hay que respetar su opinión y atender su sugerencia. Vivimos en democracia y no podemos ser intolerantes con la opinión de una persona que ejerce su justo derecho a expresarse líbremente.
José María Posse
[email protected]

• Exijo a la Municipalidad una solución

Leí las todas la cartas de los proteccionistas de animales y de una persona que se queja de la "guarida de perros callejeros". Como vecino de esta inmundicia, donde viven muchos canes, los cuales son "cuidados" por personas que dedican su vida a estos menesteres, es que exijo a la Municipalidad que de una vez por todas tome carta en el asunto y ponga punto final a este tremendo problema que son los perros callejeros, y no deje en manos de ningún improvisado, o supuestas asociaciones, la tarea de limpieza y sanidad de la población.
Estamos en un estado de derecho donde la Municipalidad tiene la obligación, como autoridad, de poner orden y dar soluciones a los vecinos y de enviar urgente una cuadrilla para erradicar los perros, limpiar y desinfectar el lugar. De esta manera, estaremos trabajando para aquellas personas que, mediante sus impuestos, tasas y otros ítems, hacen que su intendente, concejales y empleados estén donde están.
No es grato vivir al lado de semejante foco infeccioso y, sobre todo, cuando se es un contribuyente sin deudas impositivas.
Manuel Ocaranza Zavalía
[email protected]

• A todas aquellas personas insensibles
Mi esposa y yo queremos aportar una crítica a la insensibilidad de la gente. Realmente estamos cansados de todas aquellas personas que no tienen sensibilidad alguna e imaginamos que con sus seres queridos tampoco la han de tener.
Estamos cansados de levantar animalitos (perritos) abandonados frente a nuestra casa. En forma constante. Mi esposa a la mayoría los alimenta con mamaderas con leche preparada, luego de un mes los regala desparasitados a gente que con amor los recibe.
Como podemos pedir al Gobierno una solución, si nosotros somos los irresponsables que abandonamos los animales en la vía publica.
Nosotros conocemos a la persona (señora) que con todo su corazón y sacrificio y dejando de lado su vida personal se encarga sin ayuda de ningún Gobierno, ni provincial, ni municipal, ni de reconocidas veterinarias del medio (algunas) que rasgan sus vestiduras, diciendo que ayudan a los animales abandonados (y que bien vendría la ayuda de todos ellos también; ¿cómo? formando equipos de médicos para salvar animales. También tenemos veterinarios de buen corazón que colaboran con nosotros, pero lamentablemente no son suficientes).
A los animales del ex “Limpito” les da comer ella, de su propio bolsillo y, como si fuera poco, digo, todavía podemos pedir que ¡alguien haga algo por favor!
Yo le digo a la señorita Agustina Mesón y a todos aquellos que piensen de la misma manera que ¡sí! hay gente trabajando en esto. Pero hacen falta más manos, que tengan buena voluntad de hacer y menos bocas para criticar.
Son muchos los animales que precisan vacunas, esterilización, vitaminas, baños y, sobre todo, para buscarles un hogar donde encuentren CARIÑO (con mayúsculas). Y usted podría ser una de ellas. Nosotros la invitamos. ¿Se anima?
A veces no hace falta recurrir a asociaciones que a veces también tienen mucho trabajo. Le aseguro que uno solo también puede poner un grano de arena y así, de esta manera, pasará a ser del equipo de personas buenas y generosas de corazón.
¿No cree la sociedad toda que ya es hora de sensibilizarnos? Corrijamos nuestros errores.
Hagámoslo para ejemplo de nuestros hijos y que puedan vivir un mundo mejor a los ojos de nuestro Señor.
José Luis Bueno
[email protected]

• Pongamos en práctica la tolerancia
Estimada Agustina: No deseo polemizar, pero sí voy a pedirle un favor: tome 30 minutos de su vida y observe el estilo de vida de esos "perros callejeros" que tan mal aspecto nos dan, le prometo que no se va a arrepentir.
Pocos animales (especialmente nosotros) dan semejante muestra de inteligencia, teniendo características como supervivencia, compañerismo, fidelidad, entre otros muchos valores.
Quisiera saber a ciencia cierta el porcentaje de accidentes que estos animales ocasionan cuando no son molestados por el hombre.
Le puedo asegurar que este tipo de ataques se producen en su gran mayoría por perros "domesticados".
El sólo hecho que den mal aspecto no es excusa suficiente para deshacernos de ellos. A lo mejor, si ponemos en práctica esa tan olvidada tolerancia algún día demostremos que realmente somos seres racionales. Los perros no son malos por naturaleza, usted y yo sí.
Gonzalo L. Reynaga
[email protected]

OPINIONES PUBLICADAS EL MARTES

• En vez de criticar, construya
Señorita Agustina Mesón: Le escribo para responder su carta enviada a LA GACETA On Line.
Yo le contesto con otra pregunta, qué propone usted hacer con los profilácticos usados, que seres humanos dejan en las calles, con las heces y orín humanos que plagan todo el país, con los borrachos, drogadictos, con los autos viejos y el hollín. Todo lo anterior no se circunscribe al ex “Limpito” sino a todo nuestro país.
Por lo tanto, en lugar de criticar aporte ideas y construya para un mundo mejor. Adopte alguno de esos animales que tanto le molestan o báñelos y trate de ubicarlos; albergue a algún drogadicto en su casa o a algún enfermo de sida; ayude en algo, no critique solamente.
Los proteccionistas estamos llenos de animales. Yo en mi caso tengo 45 perros, 22 gatos y dos caballos, todos juntados de la calle y los mantengo sin ayuda de nadie. Y trato de ayudar a los que ya no puedo albergar con comida y los hago castrar.
No ando criticando y digo “a ver si alguien hace algo con los seres humanos inmundos que circulan por las calles sin bañarse, llenos de enfermedades infecto contagiosas. ¡Por favor, que alguien haga algo! Es muy fácil protestar y cruzarse de brazos a esperar que otros hagan el trabajo por usted. Antes de criticar, construya. Contáctese con algún grupo proteccionista o vaya al instituto Pasteur, en donde siempre hay necesidad de voluntarios que limpien jaulas, bañen a los animales y los saquen a pasear. O, sino, empiece por organizar una limpieza, desparacitación y castración masiva en el ex “Limpito” y de esta manera y gracias a su ayuda podrá volver a ser “Limpito”.
Profesora Myrta Montiel
Representante de The Canadian Voice for Animals (Argentina), Asociada a Naciones Unidas
[email protected]

• Si estás interesada, ¡manos a la obra entonces!
Agustina, quejándote en un medio no vas a solucionar un problema que es de toda la comunidad. Vecinos irresponsables por acción y por omisión han causado este problema, que lo han de sufrir, más que vos, seguramente, los pobres animales que no tienen la culpa de la irresponsabilidad de algunos. La solución pasa por alimentar, curar, limpiar el lugar, castrar y encontrarles un nuevo hogar a esos animalitos. Si realmente estás interesada por eso, manos a la obra entonces!

María del Carmen García Buschiazzo
[email protected]

• Hay municipios que trabajan bien con los animales
He leído tu comentario acerca de un ex supermercado abandonado adonde, según decís, es guarida de “perros callejeros”.
Te aclaro porque los “perros callejeros” están allí porque todos, incluída vos, por supuesto, miran para otro lado y no se preocupan por buscar soluciones, sino solamente criticar.
Hay un montón de personas que, respetando la vida en todas sus formas, trabajan diariamente para que esos “perros callejeros” tengan un hogar.
Los curan, alimentan y castran para que no se reproduzcan. ¿Has hecho algo de esto alguna vez?
También tendrías que protestar por los chicos que duermen en las calles, los que piden, los limpiavidrios.... De todos ellos también sos culpable, como la mayoría de la sociedad. En vez de quejarte aportá soluciones.
La problemática canina no es “algo de nunca acabar”. Basta con mirar municipios que hacen las cosas como se debe. Por ejemplo, Almirante Brown, donde la población de animales ha disminuído notablemente, pero claro, para eso hay que trabajar y no todos están dispuestos a hacerlo. Es más fácil aportar con críticas que con ideas positivas.
Contactate con protectoras de la zona quienes, seguramente, te darán una mano con esos animales que, como te dije antes, están en la calle porque gente como vos ha mirado para otro lado.

GRA
[email protected]


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