08 Noviembre 2006
Washington, EEUU.- Después de las conquistas electorales de los demócratas en los comicios al Congreso estadounidense, Nancy Pelosi aspira ahora a convertirse en la primera mujer presidenta de la Cámara de Representantes.
La representante por San Francisco, de 66 años, será eligida en principio titular de la Cámara en enero, cuando el nuevo Congreso tome posesión.
Pelosi era desde 2003 líder de la minoría demócrata y dirigió la oposición del partido a la guerra de Irak y la agenda republicana en la política nacional. "La de hoy es una gran victoria para el pueblo estadounidense", dijo Pelosi después de que las proyecciones sobre el recuento de voto atribuyeran ya la victoria a los demócratas en la Cámara de Representantes.
Los demócratas se hicieron ayer por lo menos con los 15 mandatos que necesitaban para tomar el control en la Cámara por primera vez en 12 años de dominio republicano.
En el Senado, sin embargo, en la mañana de hoy seguía sin estar claro en manos de quién quedaría la mayoría. Pelosi se describe a sí misma como "muy fuerte", pero no quiere que le llamen "dura".
Es católica de procedencia italiana y la política le viene de familia. Tanto su padre como su hermano mayor eran ya políticos. La candidata a la presidencia de la Cámara de Representantes forma parte del Congreso desde 1987, representando a un distrito que incluye gran parte de San Francisco.
Hasta ahora no ha tenido que hacer frente a ningún rival electoral serio y en cada campaña de reelección se ha hecho siempre por lo menos con el 80 por ciento de los votos.
El fuerte respaldo electoral ha permitido a Pelosi viajar de punta a punta del país, labrándose una gran reputación como recolectora efectiva de fondos para los candidatos demócratas y ganando así puntos para alcanzar puestos de liderazgo en el Congreso. Pelosi es conocida por mantener la disciplina en su partido.
En su entorno se afirma además que en los meses previos a las elecciones advirtió sutilmente a los legisladores demócratas de que pasar por encima de ella podría costarles las codiciadas presidencias de las comisiones del Congreso.
Sus críticos aseguran que la línea dura seguida por Pelosi en el Congreso no ha contribuido a mejorar el diálogo político. Sin embargo, Pelosi rechaza dicha crítica y afirma que en la política no está para intercambiar gestos de afecto con el oponente.
"Esto es un debate político. No se nos ocurriría quedar a tomar café y lanzar una moneda al aire para ver quién gana en determinado asunto. Tengo una piel muy dura y me da igual lo que digan de mí", dijo a la emisora CBS apenas un hora antes de que abrieran los colegios electorales.
Pelosi, como la mayoría de los demócratas de la Cámara de Representantes, votó en contra del uso de la fuerza militar en Irak y calificó de "error grotesco" la decisión del presidente George W. Bush de invadir el país, opinión que según los sondeos comparte con muchos estadounidenses.
"Da igual qué eslogans se utilicen para describirla, pero la política del presidente frente a Irak ha sido un completo fracaso", afirmó Pelosi, esposa y madre de cinco hijos que representa a uno de los distritos con más votantes de izquierdas de todo el país. En la campaña electoral, los repúblicanos han tratado de presentarla como una izquierdista lunática dispuesta a aumentar los impuestos.
El mismo Bush afirmó refiriéndose a ella: "Una y otra vez ha tenido oportunidad de mostrar lo que piensa de las rebajas fiscales. Siempre ha votado `no`". Sin embargo, Bush, quien desde el comienzo de su mandato ha gozado del control republicano del Congreso, tendrá ahora que aprender a cooperar con la que es uno de sus principales críticos, sobre todo si llega a convertirse en presidenta de la Cámara de Representantes. (DPA)
La representante por San Francisco, de 66 años, será eligida en principio titular de la Cámara en enero, cuando el nuevo Congreso tome posesión.
Pelosi era desde 2003 líder de la minoría demócrata y dirigió la oposición del partido a la guerra de Irak y la agenda republicana en la política nacional. "La de hoy es una gran victoria para el pueblo estadounidense", dijo Pelosi después de que las proyecciones sobre el recuento de voto atribuyeran ya la victoria a los demócratas en la Cámara de Representantes.
Los demócratas se hicieron ayer por lo menos con los 15 mandatos que necesitaban para tomar el control en la Cámara por primera vez en 12 años de dominio republicano.
En el Senado, sin embargo, en la mañana de hoy seguía sin estar claro en manos de quién quedaría la mayoría. Pelosi se describe a sí misma como "muy fuerte", pero no quiere que le llamen "dura".
Es católica de procedencia italiana y la política le viene de familia. Tanto su padre como su hermano mayor eran ya políticos. La candidata a la presidencia de la Cámara de Representantes forma parte del Congreso desde 1987, representando a un distrito que incluye gran parte de San Francisco.
Hasta ahora no ha tenido que hacer frente a ningún rival electoral serio y en cada campaña de reelección se ha hecho siempre por lo menos con el 80 por ciento de los votos.
El fuerte respaldo electoral ha permitido a Pelosi viajar de punta a punta del país, labrándose una gran reputación como recolectora efectiva de fondos para los candidatos demócratas y ganando así puntos para alcanzar puestos de liderazgo en el Congreso. Pelosi es conocida por mantener la disciplina en su partido.
En su entorno se afirma además que en los meses previos a las elecciones advirtió sutilmente a los legisladores demócratas de que pasar por encima de ella podría costarles las codiciadas presidencias de las comisiones del Congreso.
Sus críticos aseguran que la línea dura seguida por Pelosi en el Congreso no ha contribuido a mejorar el diálogo político. Sin embargo, Pelosi rechaza dicha crítica y afirma que en la política no está para intercambiar gestos de afecto con el oponente.
"Esto es un debate político. No se nos ocurriría quedar a tomar café y lanzar una moneda al aire para ver quién gana en determinado asunto. Tengo una piel muy dura y me da igual lo que digan de mí", dijo a la emisora CBS apenas un hora antes de que abrieran los colegios electorales.
Pelosi, como la mayoría de los demócratas de la Cámara de Representantes, votó en contra del uso de la fuerza militar en Irak y calificó de "error grotesco" la decisión del presidente George W. Bush de invadir el país, opinión que según los sondeos comparte con muchos estadounidenses.
"Da igual qué eslogans se utilicen para describirla, pero la política del presidente frente a Irak ha sido un completo fracaso", afirmó Pelosi, esposa y madre de cinco hijos que representa a uno de los distritos con más votantes de izquierdas de todo el país. En la campaña electoral, los repúblicanos han tratado de presentarla como una izquierdista lunática dispuesta a aumentar los impuestos.
El mismo Bush afirmó refiriéndose a ella: "Una y otra vez ha tenido oportunidad de mostrar lo que piensa de las rebajas fiscales. Siempre ha votado `no`". Sin embargo, Bush, quien desde el comienzo de su mandato ha gozado del control republicano del Congreso, tendrá ahora que aprender a cooperar con la que es uno de sus principales críticos, sobre todo si llega a convertirse en presidenta de la Cámara de Representantes. (DPA)
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