Tucumán y la Reconquista

Tucumán y la Reconquista

Envío de una tropa que no llegó a combatir. Por Carlos Páez de la Torre (h) - Redacción LA GACETA.

JOSE IGNACIO DE GARMENDIA. Como comandante de armas, llevó a Buenos Aires los soldados de Tucumán. JOSE IGNACIO DE GARMENDIA. Como comandante de armas, llevó a Buenos Aires los soldados de Tucumán.
14 Agosto 2006
Se ha cumplido el bicentenario de la Reconquista. Fue el 12 de agosto de 1806 cuando los invasores ingleses, luego de furiosa lucha, se rindieron en Buenos Aires ante las fuerzas de criollos y de españoles que comandaba Santiago de Liniers. Bueno es recordar que la ciudad de Tucumán, ni bien enterada de la invasión, se movilizó eficazmente en auxilio de la capital del entonces Virreinato.
El comandante de armas de San Miguel de Tucumán, José Ignacio de Garmendia, organizó -y se puso a su  frente- la denominada “Primera Compañía del Regimiento de Voluntarios de San Miguel de Tucumán”. De su peculio personal, adelantó 3005 pesos para los gastos de la expedición (suma que, en 1820, aún no le había sido reintegrada). En su plana  mayor, revistaban hombres como Bernabé Aráoz y Diego Aráoz, de larga y destacada actuación posterior. El capellán era el futuro congresal de 1816, doctor Pedro Miguel Aráoz.
 Garmendia partió con su gente el 26 de julio. Cuando pasaba por territorio santiagueño, recibió urgentes órdenes de Liniers, transmitidas por el ayudante Juan Ramón Balcarce, de adelantar una compañía con tropa seleccionada. Así lo hizo. Esa columna se puso al mando de Balcarce; llevaba como capitán a Salvador de Alberdi (futuro padre de Juan Bautista); como teniente, a Juan Venancio Laguna, y como alférez, a Máximo Molina.
Cuando llegaron a destino, ya se había producido la Reconquista. De todos modos, Liniers dispuso distribuir los prisioneros ingleses en el interior, y comisionó a Garmendia para llevar a Tucumán 188 de estos cautivos, y ponerlos en la cárcel de la ciudad. Llegaron aquí a principios de octubre.
Es decir que lo tardío de las comunicaciones, y lo largo y trabajoso del viaje determinaron que los tucumanos no pudiesen luchar en las jornadas de 1806. Otra cosa ocurriría, sin embargo, en la segunda invasión y la defensa de Buenos Aires, en 1807.



Tamaño texto
Comentarios