Homenaje del Ejército a los caídos en 1956

Homenaje del Ejército a los caídos en 1956

Acto en Campo de Mayo. El ministro de Defensa consideró como importante el gesto que ayuda a la reconciliación.

A LA CABEZA. Bendini y Pampuro presidieron la celebración. A LA CABEZA. Bendini y Pampuro presidieron la celebración.
12 Junio 2005
BUENOS AIRES.- El Ejército recordó ayer a los caídos en junio de 1956 por oponerse a la Revolución Libertadora que derrocó al presidente Juan Domingo Perón. Durante el acto, la fuerza ratificó su vocación democrática y su decisión de no empuñar "nunca más las armas en luchas fratricidas".
El ministro de Defensa, José Pampuro, que participó de la ceremonia, consideró que el gesto del Ejército de un paso muy importante que ayuda a la reconciliación de todos los argentinos.
"Es un homenaje justo; tardío, pero no menos justo", destacó Pampuro al término del acto realizado en Campo de Mayo.Durante la conmemoración, el titular de la fuerza, general Roberto Bendini, que ofició como único orador, sostuvo: "una Nación no puede crecer sin justicia, sin memoria y sin verdad". "Ratificamos nuestra firme decisión de que nunca más las armas de la patria se convertirán en instrumentos al servicio de la intolerancia y de la opresión"", manifestó Bendini."Este reconocimiento constituye un acto de justicia y de reconciliación para evitar que el pasado se asiente como un obstáculo en nuestro afán de vivir el presente con madurez y construir el futuro que todos anhelamos", apuntó el jefe castrense.
A la ceremonia asistieron, además, el secretario de Asuntos Militares, Jaime Larreta, el senador Antonio Cafiero representantes de las FF.AA. y familiares de quienes fueron fusilados en 1956, en su intento de echar por tierra con la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu.
Tras ser entonado el Himno Nacional, el capellán mayor del Ejercito, Mario Liborio de Leone, encabezó un breve oficio religioso, luego fue descubierta una placa recordatoria y, posteriormente, hubo una ofrenda floral.
En junio de 1956, en Campo de Mayo, fueron muertos los militares que acompañaron al general Juan José Valle en su intento por derrocar a Aramburu.
Los fusilamientos se repitieron en Lanús, en José León Suárez, en la Escuela Mecánica del Ejército, en La Plata y en la Penitenciaría Nacional. Las 27 víctimas de las ejecuciones ordenadas por la Revolución Libertadora adquirieron una doble significación: dieron un mito originario a la resistencia peronista y sirvieron como antesala del terrorismo de Estado de la década del 70. (DyN)

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