Scilingo conocía el horror que se vivió en la ESMA

BUENOS AIRES.- El ex capitán de corbeta de la Armada Adolfo Scilingo detalló el sistema de robo de bebés a personas secuestradas en la ESMA, y aseguró que había un registro de los nacimientos producidos allí para que las familias de marinos que quisieran adoptar se conectaran con el grupo de tareas represivas. Así se desprende de la declaración indagatoria que Scilingo hizo en 1997 al juez español Baltasar Garzón, cuya grabación fue escuchada íntegramente ayer en la quinta audiencia del juicio por genocidio y terrorismo que la Audiencia Nacional de España, en Madrid, realiza contra el ex marino, según las agencias internacionales.
En ella, Scilingo explicó que la Armada "tenía razones humanitarias para con los hijos de desaparecidos, cuyas madres no eran asesinadas antes del parto, ni integraron durante el embarazo los llamados "vuelos de la muerte".
En aquella confesión de ocho años atrás, Scilingo había dicho que en la ESMA existía un plan preconcebido para que los niños nacidos en cautiverio, en lo que los marinos llamaban "la (maternidad) Sardá", fueran apropiados y entregados a familias de la marina, con el fin de que "no se contaminaran".
También dijo que quienes estaban al tanto del perverso sistema eran, entre otros, el jefe del grupo de tareas Jorge Acosta (actualmente detenido); el capitán de navío Jorge Vildoza (prófugo hace 15 años); el jefe de la ESMA y almirante Rubén Chamorro (fallecido), y el entonces jefe de la Armada Emilio Massera (con prisión domiciliaria).

De todos lados
"A la ESMA llegaban embarazadas de todos lados. Llegó a haber entre 8 y 10 embarazadas. Chamorro exaltaba la calidad de su sala de partos", aseveró Scilingo.
Aunque en las cuatro jornadas anteriores del juicio Scilingo dijo que puede ser que haya escuchado algo del tema pero que no tenía "ni idea" de las desapariciones, ayer quedó claro que en 1997 confesó que estaba enterado de todo cuanto ocurría en la ESMA.
Según las investigaciones judiciales y los organismos de derechos humanos, en la ESMA habrían nacido al menos 17 bebés, del total de unos 500 hijos de desaparecidos que las Abuelas de Plaza de Mayo han contabilizado como botín de guerra tomado por la dictadura militar.
Scilingo, de 58 años de edad, está asistido por el defensor oficial Fernando Martínez Morata-López. Afronta una acusación por genocidio en concurso con 30 delitos de asesinato, 93 de lesiones, 255 de terrorismo y 286 de torturas.
El proceso al ex marino en España es el primero contra un militar de la dictadura argentina por crímenes de lesa humanidad, y con el acusado sentado en el banquillo en otro país. (DyN)