18 Noviembre 2004
ADULTOS. En Tucumán se desarrolla esta semana una capacitación dirigida a supervisores y docentes.
Once de cada cien presos en las cárceles argentinas son analfabetos, según estadísticas procesadas por el Ministerio de Educación de la Nación a través de su programa en establecimientos carcelarios y de Minoridad.
Frente a esos datos, Stella Maris Pallini y Valeria Frejtman, dos expertas de la cartera educativa nacional, señalaron la importancia de la educación para lograr cambios. "No existen destinos inexorables", añadieron y afirmaron que hay una relación causal entre la falta de trabajo y de educación y las acciones delictivas.
"¿Quiénes están en las cárceles?", los que no pudieron -o no pueden -acceder a educación y/o al trabajo", planteó Pallini. La funcionaria avaló esos dichos con estos datos nacionales de 2002: hace dos años, el 46 % de los detenidos estaba desocupado, y el 38% sólo tenía trabajado de tiempo parcial. "De acuerdo con datos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el 90% de los reincidentes no asistió nunca a los programas educativos en cárceles", añadió la experta.
Pallini y Frajtman, integrantes del programa nacional "Educación en establecimientos penitenciarios y de Minoridad", desarrollaron esta semana en Tucumán una capacitación dirigida a supervisoras y a docentes de adultos que están trabajando -o trabajarán- en establecimientos carcelarios de la provincia.
En diálogo con LA GACETA, las expertas destacaron que la flamante ley educativa de Tucumán saca del ámbito de la educación especial la educación carcelaria, y les asigna esa función a los docentes de adultos. La actividad que desarrollaron en esta provincia, según señalaron, se planteó en el contexto de esa reformulación de roles.
Si la media nacional de analfabetismo carcelario es del 11%, en Tucumán ese porcentaje (entre analfabetos puros y funcionales, que son los que apenas manejan las herramientas mínimas de lectoescritura) trepa al 20%, reconoció la titular de la Dirección de Adultos y Educación No Formal de la Provincia, Susana Alderete de Gon. "Justamente, a lo que se apunta con actividades como esta es a trabajar y a construir para revertir esas situaciones", dijo.
Gon y las funcionarias nacionales explicaron a LA GACETA que la población carcelaria requiere docentes de adultos con una capacitación específica en ese ámbito de trabajo.
Lo concreto
Por su parte, Cristina Rodríguez, profesora de Ciencias Naturales en la cárcel de Villa Urquiza y en el Penal de Menores, opina que así como hay muchos que dicen que les interesa la educación -hablan de "hacer el secundario" como un deseo- hay otros que no le ven sentido a la escolaridad. En tanto, Rosa, que enseña Matemáticas en las cárceles, afirmó que a esa materia "la dominan", porque le ven un sentido práctico. Las docentes contaron que en Villa Urquiza están trabajando en la nivelación de la EGB 3 con 40 varones adultos de entre 23 y 35 años, y que también estudian inglés.
Frente a esos datos, Stella Maris Pallini y Valeria Frejtman, dos expertas de la cartera educativa nacional, señalaron la importancia de la educación para lograr cambios. "No existen destinos inexorables", añadieron y afirmaron que hay una relación causal entre la falta de trabajo y de educación y las acciones delictivas.
"¿Quiénes están en las cárceles?", los que no pudieron -o no pueden -acceder a educación y/o al trabajo", planteó Pallini. La funcionaria avaló esos dichos con estos datos nacionales de 2002: hace dos años, el 46 % de los detenidos estaba desocupado, y el 38% sólo tenía trabajado de tiempo parcial. "De acuerdo con datos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el 90% de los reincidentes no asistió nunca a los programas educativos en cárceles", añadió la experta.
Pallini y Frajtman, integrantes del programa nacional "Educación en establecimientos penitenciarios y de Minoridad", desarrollaron esta semana en Tucumán una capacitación dirigida a supervisoras y a docentes de adultos que están trabajando -o trabajarán- en establecimientos carcelarios de la provincia.
En diálogo con LA GACETA, las expertas destacaron que la flamante ley educativa de Tucumán saca del ámbito de la educación especial la educación carcelaria, y les asigna esa función a los docentes de adultos. La actividad que desarrollaron en esta provincia, según señalaron, se planteó en el contexto de esa reformulación de roles.
Si la media nacional de analfabetismo carcelario es del 11%, en Tucumán ese porcentaje (entre analfabetos puros y funcionales, que son los que apenas manejan las herramientas mínimas de lectoescritura) trepa al 20%, reconoció la titular de la Dirección de Adultos y Educación No Formal de la Provincia, Susana Alderete de Gon. "Justamente, a lo que se apunta con actividades como esta es a trabajar y a construir para revertir esas situaciones", dijo.
Gon y las funcionarias nacionales explicaron a LA GACETA que la población carcelaria requiere docentes de adultos con una capacitación específica en ese ámbito de trabajo.
Lo concreto
Por su parte, Cristina Rodríguez, profesora de Ciencias Naturales en la cárcel de Villa Urquiza y en el Penal de Menores, opina que así como hay muchos que dicen que les interesa la educación -hablan de "hacer el secundario" como un deseo- hay otros que no le ven sentido a la escolaridad. En tanto, Rosa, que enseña Matemáticas en las cárceles, afirmó que a esa materia "la dominan", porque le ven un sentido práctico. Las docentes contaron que en Villa Urquiza están trabajando en la nivelación de la EGB 3 con 40 varones adultos de entre 23 y 35 años, y que también estudian inglés.
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