El 35% de la población sufre problemas para dormir

El 35% de la población sufre problemas para dormir

Insomnio. Expertos aseguran que se recetan pastillas para conciliar el sueño con demasiada liviandad y aconsejan buscar ayuda médica para tratar la patología.

VIGILIA. El insomnio es la principal de las alteraciones del sueño. Lo sufre el 60% de los latinoamericanos.  VIGILIA. El insomnio es la principal de las alteraciones del sueño. Lo sufre el 60% de los latinoamericanos.
17 Enero 2007
Un tercio de la vida se pasa durmiendo, lo cual puede parecer mucho o poco, pero sin duda es importante. Encontrar el sueño reparador de las actividades diarias se ha convertido en un problema para casi el 60% de los habitantes de las ciudades en América Latina. Así lo asegura un estudio de la Sociedad Latinoamericana del Sueño que relevó datos en urbes como San Pablo, México y Buenos Aires.
Los especialistas argentinos no descartan que haya una situación similar en el resto del país, con el agregado de un toque localista: luego de la crisis económica de 2001 las consultas por alteraciones en el sueño crecieron, y un 35 % de la población empeoró su calidad de sueño, según una encuesta realizada por el Club del Sueño.
Los médicos no establecen una cantidad mínima de horas de sueño y, aunque el promedio es de siete al día, hay quienes pueden estar bien con menos y quienes necesitan más para sentirse despejados y activos.
Descartando cuestiones fisiológicas, es importante rescatar "la necesidad de buscar las causas que provocan las alteraciones para encontrar un esquema diario que permita desarrollar mejor las tareas y, en consecuencia, dormir mejor", según expresa la doctora Margarita Blanco, coordinadora del Club del Sueño, creado en el hospital Francés de Buenos Aires.

Por mucho o por poco
Hay patologías del sueño por defecto (hipoinsomnias) o por exceso (hipersomnias). Es decir que se puede dormir poco (el tradicional insomnio) o mucho, como en la narcolepsia, caracterizada por irreprimibles accesos de sueño durante la vigilia, acompañados por pérdida de tono muscular y el aflojamiento de los músculos.

Los enemigos
El insomnio es, por mucho, la principal de las alteraciones del sueño. Su influencia ha quedado inmortalizada hasta en obras literarias. "Insomnio, tu mirada es lúgubre e implacable", culminaba un poesía del escritor Vladimir Nabokov.
Entre la lista de enemigos del sueño hay que incluir también el consumo de estimulantes como el café, el té, el mate, el tabaco y el alcohol, que son en muchos casos trampolines hacia las gastritis y otros problemas digestivos.
Algunos médicos desconfían incluso del uso de las pastillas para dormir, "aunque hay muchos que las recetan con demasiada soltura", sostiene la neuróloga Blanco.

Demasiado es peligroso
En el otro extremo, las hipersomnias son los excesos de sueño. La narcolepsia es la forma más conocida. Son "verdaderos ataques de sueño, compulsivos e irreprimibles", según describe el doctor Horacio Encabo, director del Laboratorio del Sueño y la Vigilia del Instituto Fleni. "El narcoléptico suele dormirse en condiciones insólitas: no sólo al volante de un automóvil (así le sucede a la inmensa mayoría) sino también al comando de un avión, empuñando un arma y aun desfilando", enumera tomando ejemplos de su anecdotario profesional.
La búsqueda de ayuda médica, asegura, es imprescindible en estos pacientes.

Los roncadores pueden sufrir de hipertensión

Las apneas del sueño se producen cuando se deja de respirar por más de 10 segundos.
Si se registran más de 10 episodios por hora se puede estar ante la presencia de una forma de apnea obstructiva, y ante un serio riesgo.
"Los roncadores, sobre todo los que tienen apneas de sueño, pueden llegar a ser hipertensos y padecer alteraciones cardiacas o cerebrales", alerta la doctora Margarita Blanco, coordinadora del club del Sueño.
Existen muchísimos consejos para combatir el ronquido.
Tratar la obesidad -que suele ser el principal de los factores que predisponen a él- y dormir sobre cualquiera de los costados del cuerpo son sólo dos de los posibles.

Con la almohada bajo el brazo

- Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días.
- No hacer una comida fuerte antes de acostarse.
- Utilizar la cama exclusivamente para dormir, y no para leer, comer, trabajar o ver televisión.
- Ir a la cama sólo cuando se tenga sueño y no porque esté aburrido.
- Moderar el consumo de café, té y bebidas a base de cola. Del tabaco, mejor olvidarse.
- Renunciar a la siesta para favorecer el cansancio nocturno.
- No angustiarse, ya que mata el sueño por completo.
- Cada persona debe seguir el método para encontrar el sueño que más le convenga.















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