Trovadores

Trovadores

El género une como pocos la música y la poesía, para brindar tranquilidad y armonía en el oyente.

UN DUO DE BAR EN BAR. “Caín y Abel”, integrado por Matías Manzur y Marcos Cansinos. UN DUO DE BAR EN BAR. “Caín y Abel”, integrado por Matías Manzur y Marcos Cansinos.
20 Febrero 2005
Los trovadores deambulaban contando historias que se transmitían de boca en boca; con su música decoraban el mensaje y con la guitarra (el laúd en ese entonces) conquistaban a sus oyentes. Esta herencia fue recibida en nuestras tierras y hoy los trovadores proyectan sus pensamientos y sentimientos por los bares y teatros de Tucumán.
Este es el caso Matías Manzur y Marcos "El Indio" Cansinos, que formaron el grupo "Caín y Abel", con la intención de seguir contando historias. Matías, de 25 años, asegura que desde chico estuvo muy vinculado por sus padres con la música y la literatura; hoy es profesor de guitarra y canto. "Los trovadores se destacan por hacer incapié en la poesía que cantan, por lo que las letras o las historias a veces son más importantes que el cantante o la guitarra", dijo el cantautor, quien formó parte de los grupos "Utopía" y "Trovadores". "En el escenario disfruto cuando me conecto con la gente y cuando ellos entienden el mensaje que desde adentro quiero transmitir", contó Manzur, que está por grabar un demo en febrero con tres temas propios.
Por su parte, "El Indio", de 29 años, asegura que la trova no es un género musical, sino un estilo o una forma de comunicarse. "Las letras de las canciones quieren manifestar algo con un contenido social. Esto fue muy influenciado por la trova cubana y en nuestro país por la rosarina", contó el ex integrante del grupo "Narval", explicó. "La trova es la forma musical que elegí y la que más me gusta, porque transmito lo que siento al observar la sociedad donde vivimos", agregó el ex integrante del grupo "Narval". El dúo "Caín y Abel" se presentará el jueves, a las 23, en un bar de Santiago al 700.
Son muchos los seguidores de este estilo musical que aseguran que los trovadores no tienen el lugar que se merecen.
Los integrantes de la banda "Supón", Juan Pablo Nicolau, Leandro Salvatierra y Flavio Viera, se conocieron por tener los mismos gustos musicales y las mismas ideologías, por lo que decidieron formar un grupo para expresar todo lo que llevaban dentro."Cantamos este tipo de música no sólo para entretener, sino también para tratar de lograr cambios sobre las injusticias de nuestra sociedad" contó Leandro, guitarrista del grupo.
"Lo que más me gusta es el contenido de las canciones, ya que la música es sencilla, y a la vez dice muchas cosas. Pero deberían tener más espacio en nuestra provincia y sobre todo más publicidad", dijo Natalia Trouvé, una confesa seguidora de este particular estilo musical. Por su parte, Florencia Rodríguez Cruzado, aseguró que le transmite armonía y tranquilidad. " A la vez es una música que revela verdades, aunque eso depende mucho de la manera de pensar de cada persona. Además tengo un grupo de amigos que forman parte de una banda por lo que los voy a escuchar con frecuencia" dijo la joven.

Un viaje por el mundo por la bohemia

Los trovadores viajaron por el mundo y su tradición llegó hasta nuestros tiempos. Europa cosechó destacados músicos que se encuentran entre los mejores trovadores contemporáneos como Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat e Ismael Serrano, entre otros. Pero Cuba pisó fuerte entre los cantautores de nuestro país. Este particular estilo musical surge en la isla en la mitad del siglo XIX. Desde sus inicios fue una expresión de confluencias musicales extraídas de cantos populares anónimos y de una herencia musical recibida de la Europa medieval.
La trova tradicional, la del comienzo, dejó grabada en la memoria de los cubanos la imagen del trovador bohemio, cronista de los asuntos humanos, y sobre todo del amor.
Silvio Rodríguez y Pablo Milanés fueron los iniciadores y consagradores de la Nueva Trova.
En nuestro país, Rosario desarrolló un fuerte movimiento trovador que se extendió por toda Argentina. La trova rosarina surgió en la década del 80 y tuvo una gran repercusión en el país. Nació como una corriente musical espontánea, cuyo antecedente fue el movimiento "Canto Popular Rosario", que reunió a solistas y conjuntos de distintos géneros, desde el folclore al rock, que compartían un proyecto de renovación.
La Guerra de Malvinas coincidiría con el lanzamiento nacional de varios de los integrantes de "La Trova Rosarina", y el conflicto sería la base para muchas de las letras, que como poemas, reflejaban con crudeza del momento.
Juan Carlos Baglietto, voz distintiva del movimiento, en el comienzo sería el encargado de difundir y popularizar la obra de talentosos creadores como el rosarino Adrián Abonizio y Jorge Fandermole. También formaron parte de este movimiento Rubén Goldín, Lalo de los Santos, que entre otros artistas, editaron el disco llamado "Rosarinos", que se encuentra dentro de este estilo musical.

"Nos juntamos a tocar y seguimos aprendiendo"

Lucho Hoyos realizó dos ciclos dedicados especialmente a Silvio Rodríguez el año pasado. Y, aunque se lo vincula más al folclore, el cantautor tucumano se considera un trovador. "Si algo aprendimos del movimiento musical cubano es la idea de juntarse entre los músicos y tener un discurso similar. Los trovadores eran personas que se juntaban, componían y cantaban sus propias canciones. Desde ese punto de vista, en Tucumán formamos una trova", aseguró. El músico agregó que este estilo musical le permite conectarse, no sólo con la gente que lo escucha, sino también con sus colegas. "Soy muy amigo de otros músicos que tocan un estilo diferente al mío, pero tenemos las mismas necesidades y buscamos los mismos logros, eso es lo que nos une. Por ejemplo con Pablo Pacífico y con Luis Gómez Salas tenemos una excelente relación, formanos una trova, nos juntamos a tocar y seguimos aprendiendo juntos. Pero no somos famosos, esa es la gran diferencia con los cubanos", contó Hoyos.

Las noticias
circulaban de a pie

En la Edad Media la música popular era interpretada por los juglares y los trovadores que acompañaban su canto con ingeniosos instrumentos que fueron desapareciendo.
El término juglar hacía referencia a diferentes significados, como lanzadores de cuchillos, equilibristas o domadores. Pero el juglar cantor era un artista ambulante que cantaba y tocaba diferentes instrumentos musicales, pero eran meros intérpretes.
Los trovadores, en su mayoría, se dedicaban a la composición de letras de canciones y en ocasiones cantaban sus obras. Ellos eran como los cronistas de su tiempo; retrataban su cultura y la llevaban a remotos lugares. Partían por los caminos con sus instrumentos, como el inseparable laúd (pariente lejano de la guitarra) y con sus letras que trataban sobre mujeres y amores imposibles. También llevaban noticias sobre decisiones de las cortes. Y como la cultura de esos tiempos era solamente oral, muchas de sus canciones se fueron perdiendo.
Estos músicos-poetas recibían diferentes denominaciones dependiendo de la zona donde realizaran sus composiciones. Los troveros procedían del norte de Francia, mientras que los trovadores desarrollaron su obra en el sur. En Alemania se llamaron "minnesingers".

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