Las muestras buscan expandir el concepto de fotodocumentalismo

La Segunda Bienal de Foto Documental terminó convirtiéndose en un espacio de reflexión sobre los límites del fotodocumentalismo y la necesidad de su expansión. Así lo evaluó su director, Julio Pantoja, quien, a modo de balance, destacó que se pasó de 15 exposiciones en el primer encuentro, a 20 en el segundo. "Pero ese será el techo; no se puede aumentar más el número de muestras. También hubo un gran salto en la calidad, y creo que en este aspecto sí, hay que seguir preocupándose", afirmó Pantoja. Aunque no existe una cifra sobre la cantidad de espectadores, su crecimiento ha sido tangible. "En las conferencias, por ejemplo, nunca tuvimos menos de 100 asistentes", añadió.
Hasta el miércoles se podrán visitar las muestras que están en el Museo Timoteo Navarro: "Amrik", de la cancillería de Brasil, que exhibe la influencia de los árabes en América Latina; "La mirada justa", una exposición colectiva curada por Santiago Porter, y organizada por el British Council y la Asociación por los Derechos Civiles; "Tango, nunca antes de la medianoche", de Adriana Groisman; "Casabindo", de Martín Acosta y "El Velo", de Rania Matar. En la Fundación Lucci, hasta el sábado estarán expuestas "Quieto o disparo", de LA GACETA; "Oficios ambulantes tradicionales en extinción", de Darío Albornoz, y "Viva la reyna de México", de Byron Brauchli. En el Centro Virla continúan la de Martín Caparrós, Pablo Delano y Ataúlfo Pérez Aznar, entre otros. Y en el teatro Alberdi, las de David Sisso, Leo Liberman y Gustavo Tarchini.