El turismo necesita inversión

El turismo necesita inversión

Una provincia con bellezas naturales inigualables pero sin la infraestructura necesaria.

05 Enero 2004
A menudo se alude al turismo como la "industria sin chimeneas". Se apela a esta figura para subrayar su carácter de fuente limpia de negocios y de trabajo, que no contamina, que no tiene impacto negativo en el medio ambiente y que sólo aporta efectos positivos. Pero, como toda simplificación, el paralelo tiene debilidades conceptuales. Con él también se quiere hacer referencia a la escasa inversión que puede demandar el emprendimiento, en contraste con la imagen de fuerte desembolso económico que dan inevitablemente los conductos para la salida del humo.
Por desgracia, a lo largo de muchos años, es la segunda interpretación de la expresión idiomática la que parece haberse aplicado en la provincia. No se entiende que un territorio tan especialmente dotado de bellezas naturales y de paisajes sorprendentes disponga de tan escasa infraestructura y ofrezca tan magros servicios a los potenciales turistas. Desde este mismo espacio se aludió en reiteradas oportunidades a la falta de agua en San Javier y, en las últimas ediciones de LA GACETA, se hizo referencia a los problemas de provisión del líquido en El Mollar. Y también a la indignación que produjo entre los pobladores de esta localidad la decisión de permitir la instalación de un parque de diversiones en el predio de la Reserva Arqueológica de Los Menhires, una actitud claramente enfrentada con la necesidad de conservar y respetar los valiosos vestigios de la cultura indígena. También la sección policial de nuestro diario ha tenido que ocuparse, por desgracia en más de una oportunidad, de denuncias de coimas cuando no de arrebatos o de asaltos lisos y llanos en los que las víctimas son desprevenidos visitantes llegados desde otras latitudes.
Sobran los ejemplos de países que han comprendido la potencialidad económica del desarrollo turístico y del efecto multiplicador que tiene sobre otras áreas una política seria en ese sentido. España, Italia y Grecia son tres de los países europeos en los que los ingresos por el turismo alcanzan cada año cifras significativas. Cuba, una vez abierta a la inversión de capitales que renovó su oferta hotelera, recibe en cada temporada una inyección de divisas que significa una bocanada de aire fresco en su estrangulada economía. Y aun sin salir de nuestras fronteras, no caben comparaciones entre la importancia que asignan al turismo las provincias del sur o la mediterránea Córdoba con la que puede observarse entre Tucumán y sus vecinas más próximas, entre las cuales sólo Salta puede ser considerada una excepción que no hace más que confirmar la regla.
Esta "industria sin chimeneas" necesita inversión. Hacen falta frecuencias aéreas y terrestres para achicar las distancias. Son indispensables caminos seguros y bien señalizados para llegar a los destinos de gran atracción que la provincia ofrece al visitante. Allí tiene que haber servicios pensados en función del turista, explotados con el criterio de obtener una rentabilidad razonable y no con la idea de exprimir al máximo los bolsillos del recién llegado. Debe haber espectáculos y actos culturales y deportivos que hagan más atractiva la estadía. Hay que agudizar la imaginación para rodear de elementos convocantes a los destinos turísticos hoy inexplotados.
Y debe educarse no sólo al comerciante, al empresario o al empleado ligado al turismo sino a toda la población en la conciencia de que el visitante merece toda nuestra consideración porque se trata de un semejante que quiere conocer nuestra tierra, nuestra historia y nuestro pueblo, además de ser el principal sostén de una importante actividad.

Tamaño texto
Comentarios