Ya no alcanza con la empanada y el cerro

Ya no alcanza con la empanada y el cerro

Durante el fin de semana largo, la ciudad se llenó de turistas. Los empresarios dicen que se necesita más hotelería de calidad para apostar al segmento de mayor consumo. Por Nora Lía Jabif - Redacción de LA GACETA

22 Agosto 2006
Este fin de semana largo, los hados se han apiadado de los empresarios y funcionarios del sector turístico que suelen preguntarse con inocultable envidia qué es lo que tiene la ciudad de Salta como para atraer al viajero, al margen de los bellos paisajes que la rodean. Las estadísticas del Ente de Turismo les revelaron la buena nueva de que durante el fin de semana largo que acaba de terminar, la ciudad de Tucumán tuvo más gente que los valles. ¿Qué pasó? Parece que funcionó aquello que desde hace un tiempo se escucha como muletilla en el sector: que hubo “productos turísticos” bien definidos, como las competencias de parapente y de mountain bike o el lanzamiento de la Fiesta de Teatro, como las actividades que  contribuyeron a colmar las 4.800 plazas hoteleras con que cuenta la capital tucumana.
Con esos datos auspiciosos, los operadores turísticos festejan. Pero advierten que para ir por más - apostar a una demanda turística con capacidad de consumo, y fortalecer el área de congresos y convenciones- Tucumán necesita contar con hotelería cinco estrellas, que por ahora apenas constituye el 8 % del total de plazas. El gobernador Alperovich anunció que en octubre arrancará la construcción del Centro de Convenciones, pero pocos parecen saber cuál será el destino final del emplazamiento. Los empresarios insisten en que el sitio ideal para el emprendimiento sería la avenida Presidente Perón, cerca del cerro, que es el producto turístico paisajístico por excelencia de Tucumán. Pero hasta la concreción de la obra hay un largo camino, y el hombre propone, y Alperovich dispone.
Mientras tanto, sacan porcentajes, y evalúan que para poder competir con chances en el segmento “ABC1” del mercado del turismo, la oferta hotelera 5 estrellas en Tucumán debería llegar al 20 % del total de camas . En agenda hay dos o tres proyectos, uno de ellos, el viejo hotel Plaza, adquirido por el empresario Jorge Rocchia Ferro, que prometió integrar su establecimiento a una cadena internacional (Hyatt) y mantener las características del edificio de 1920 que integra uno de los ejes arquitectónicos más bonitos de la ciudad. La suerte de un segundo proyecto 5 estrellas “duerme” en la Legislatura, que debe evaluar un proyecto de cesión de terrenos en Haití primera cuadra “a cambio de  servicios”.
Aun cuando las encuestas de satisfacción al cliente del Ente de Turismo arrojan respuestas positivas del 85 %, los turistas se quejan de que Tucumán es una ciudad sucia y desordenada. No es un dato menor: una de las virtudes que más exaltan los turistas de ciudades como Mendoza es su limpieza.
Los datos del último fin de semana indican que la oferta turística para Tucumán debe superar con holgura la valoración paisajística, y consolidar en cambio una agenda sustentable de actividades deportivas y culturales.
De todo ello se infiere que ya no alcanza con políticas sectoriales aisladas, ni para el sector turístico ni para áreas antes aludidas como la deportiva o la cultural. En este último rubro, el horizonte parece promisorio: a espacios ya “canonizados” como el Setiembre Musical y el Julio Cultural se han sumado ahora la Bienal de Fotografía y el Mayo de las Letras, y se anuncia un Festival de Cine para diciembre. Desde la Secretaría de Cultura se está trabajando con esa perspectiva de articulación con Turismo.
Ahora falta que el intendente Domingo Amaya -con experiencia en política turística- y Alperovich definan qué hacer con cuestiones problemáticas como la basura, la superpoblación de vendedores ambulantes y el tránsito vehicular desaforado, que atentan contra el “producto” que muchos turistas compran cuando vienen al Norte, y que todavía privilegia el paisaje y la tranquilidad, hasta que maduren las ofertas emergentes.






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