La seguridad por las Fiestas de fin de año

La seguridad por las Fiestas de fin de año

25 Noviembre 2007
Alegrías y bienestar para unos, tristezas y sufrimientos para otros. Las Fiestas de fin de año están prontas a llegar. Un ciclo de 365 días concluirá con la esperanza de que el que se inicia sea mejor. Diciembre traerá segura felicidad para los comerciantes y los empresarios porque se estima que circularán en Tucumán $ 640 millones. Ello ocurrirá si el Poder Ejecutivo cumple con lo anunciado, de pagar en diciembre dos salarios -de noviembre y de diciembre- y el aguinaldo a la planta de empleados públicos; habrá recursos por esta vía del orden de los $ 420 millones, que se sumarán a los $ 220 millones que cobrarán los trabajadores privados en relación de dependencia, según se informa en nuestro Suplemento de Economía de hoy.
Como sucede casi siempre en el reparto de las utilidades, los menos agraciados en esta abundancia monetaria serán los tucumanos porque el valor de la canasta navideña será cuatro veces superior (un 32%) al índice inflacionario difundido por el Gobierno nacional (8,4%), según sondeos realizados por asociaciones de consumidores. De manera que habrá más dinero para gastar, pero menos para comprar, aunque suena como una paradoja.
Se estima entonces que en diciembre habrá una constante y masiva circulación de gente en el microcentro, razón por la cual ya debería haberse elaborado en el Gobierno un plan de prevención de robos, que tiene por protagonistas habituales a las mecheras y a los punguistas, y una organización acerca de cómo será la venta informal, en caso de que se siga permitiendo a los ambulantes ofrecer sus productos en las veredas del centro.
Se sabe que ya en la cercanía de las festividades, cuando las peatonales y las galerías están colmadas, los delitos se incrementan en alrededor de un 300% en relación con otros momentos del año. La Policía tendrá un papel fundamental en el cuidado de los ciudadanos y de los comerciantes, que deberán estar atentos a la acción de los ladrones.
Nunca está de más recordar que los punguistas no ejercen violencia cuando roban. Generalmente, trabajan en los colectivos en horarios pico y en el microcentro. Roban las billeteras o meten las manos en las carteras o en los bolsos. Sus colegas, las mecheras, se mueven en grupos para despistar. Suelen abrir las carteras de las mujeres y robar prendas u objetos de los negocios. Mientras una de ellas distrae a la vendedora, sus cómplices guardan la ropa en bolsos. A ese binomio se suman los arrebatadores, que nunca actúan solos: arrancan relojes y carteras en las aglomeraciones; algunos se mueven en motocicleta. En esta categorización tampoco es conveniente dejar de lado a los descuidistas, que se mezclan con las personas y aguardan la distracción de algún individuo para sustraerle sus objetos personales. Para evitar sobresaltos desagradables, se recomienda, por ejemplo, llevar la cartera hacia adelante, pegada al cuerpo; no portar el teléfono móvil en la cintura; cargar bolsas y carteras del lado interior de la vereda, nunca del lado del cordón: no contar dinero en lugares público ni guardar la billetera en el bolsillo trasero del pantalón y no llevar joyas a la vista.
Los operativos de seguridad no sólo deberían efectuarse en la zona del microcentro, sino también en otros sectores de la ciudad, así como de Yerba Buena, donde existen varios centros comerciales que atraen semanalmente a una gran cantidad de gente. Uno de los grandes déficit de los gobiernos locales suele ser la falta de prevención.
Sería bueno que se levantara el aplazo para que el año nuevo llegue a los hogares tucumanos sin episodios desagradables.

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