El monumento a la Pachamama

El monumento a la Pachamama

La enorme escultura emplazada en la entrada a Santa María del Valle de Catamarca es un adefesio que atenta contra la belleza y contra la religión. Por Miguel Angel Ríos, artista catamarqueño radicado en Nueva York.

07 Octubre 2007
Un arriero va por las altas cumbres conduciendo su rebaño de cabras. De pronto, hace un alto en el camino para rendirle homenaje a la Apacheta. Le ofrece pan, vino, charqui y hoja de coca, y luego sigue su camino por las altas cumbres, silbando y tarareando una copla con sabor a pena que nadie entiende. Esa acción abstracta de rendirle homenaje a la Apacheta-Madre Santa (un montón de piedras a la orilla del camino), ofreciéndole un pedazo de su pan, una gota de vino y compartiendo su avío, es lo que hace que la Pachamama-Madre Tierra adquiera una fuerza poética superior, y seao para cada arriero una imagen personal. De manera tal que la Pachamama jamás fue representada por una figura de características humanas. Por el contrario, fue siempre un elemento abstracto y eso es lo interesante  de este mito de la divinidad porque adquiere una fuerza increíble. Por ejemplo, un cazador de quirquincho, al agarrar la presa, se detiene, cava un hoyo con las manos, coloca una hoja de coca, vierte un chorrito de aguardiente y luego, con mucho respeto, lo tapa, deja la tierra bien aplanadita para que no se note y sigue su camino.
En el caso del monumento a la Pachamama emplazado a la entrada de nuestro pueblo de Santa María, yo que conozco  el arte universal, puedo asegurar que es una copia grotesca de las esculturas eróticas del artista colombiano Fernando Botero; es una falta de respeto a la Pachamama y a su cultura. De manera tal que tener este adefesio a la entrada de nuestro pueblo es un atentado contra la belleza y contra la religión; podría decir que es una mala enseñanza para nuestros hijos santamarianos  precisamente por tratarse de una figura pornográfica.
En alguno de mis viajes, yo había hecho hincapié a través de artículos en los diarios La Unión y la Gaceta para que se buscara un consenso en Santa María y en el valle de Yokavil para saber si nuestro pueblo aceptaba de este mazacote de mal gusto y si debía ser retirado.
En algunas culturas andinas, la Pachamama o Corí Cancha (como le llaman en algunas regiones de los Andes y el Alto Perú ) era representada con un círculo, debido a que por su magnitud y su respeto divino no se atrevían a representarla figurativamente. El alto nivel estético que representa es evidente en la cultura precolombina de la que estamos hablando. Precisamente, por su grandeza y por su profundidad religiosa, ha influido en artistas nacionales e internacionales de la talla de Joaquín Torres García (abuelo de la abstracción geométrica en América Latina, y cofundador del grupo y la revista Cercle et Carre, con Piet Mondrian (padre del arte moderno europeo). Vio lazos teóricos entre la grilla constructivista y el arte precolombino -geometría, objetividad, colectividad- lo cual ubica a las dos tradiciones, indígena y europea, en el mismo nivel erudito. El concepto es una afirmación del valor encarnado en las culturas andinas. Gonzalo Fonseca (escultor con gran influencia precolombina y de quien se realizará en 2008 su gran retrospectiva en Fine Art Museum of Houston US ), Marcelo Bonavardi, César Paternosto, Puente, L. Gambarte, Enrique Salvatierra, Manuela Rasjido (premiada como mejor diseñadora de 2000 en Buenos Aires), todos ellos miraron en la cultura de Valle Arriba, Andalhuala, cultura Santamariana, Belén, Condorhuasi y cultura Alamito (suplicantes). Ninguno de estos artistas con gran influencia precolombina Corí Cancha-Pachamama, se atrevió a representarla con una figura humana, por considerar que la abstracción indígena tiene una fuerza superior que no acepta concepción alguna, mucho menos representarla en un bulto.

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