La demanda doméstica está impulsando el crecimiento

La demanda doméstica está impulsando el crecimiento

Pablo Tigani estima que la actividad puede subir un 7,5% en 2004. En Tucumán hay menos actividad industrial. La falta de gas.

02 Mayo 2004
Son muchos los que se preguntan cuánto podrá demorar la Argentina, de continuar el ritmo de su reactivación, para recuperar el nivel de 1998. Según el economista jefe del Foro Empresario Argentino, Pablo Tigani, para llegar a esa conclusión resulta necesario contemplar numerosos aspectos.

- ¿En qué período podría la Argentina reiniciar el camino del desarrollo perdido seis años atrás?
- El primer trimestre de 2004 se perfila como el de mayor velocidad de crecimiento en todo el año. Hacia el segundo semestre podría producirse una paulatina desaceleración, ante algún eventual cuellos de botella en sectores industriales que alcanzaron el máximo de utilización de su capacidad instalada, agravado ahora por la crisis energética, si es que las soluciones encaminadas no son suficientes para morigerar el impacto. Con el arrastre estadístico que dejó 2003 -estamos hablando de 4,1%-, la economía podría volver a crecer alrededor de 7,5% este año. Esto, claramente vuelve a realizarlo merced a una demanda doméstica más que óptima, teniendo en cuenta los horrores de pronóstico del consenso de los economistas más mediáticos, ahora replegados, las calificadoras de crédito, la banca de inversión y los Organismos Multilaterales de Crédito. Obviamente existen condicionantes políticos propios del país y el acompañamiento de los actores económicos internacionales que juegan un papel preponderante en el transito hacia el final de la renegociación de la deuda.

- ¿Por qué tuvo tantos vaivenes la economía nacional en casi toda su historia?
- Me encantaría decir que la razón es de orden técnica económica y que, consecuentemente, resulta necesario trabajar para revertir el curso de los acontecimientos, pero no puedo hacerlo. Con la prueba de fórmulas ortodoxas y heterodoxas, enfoques monetarios y estructuralistas; luego de haber aplicado políticas proteccionistas y aperturistas, con ministros de economía débiles y fuertes que tuvieron apoyo presidencial y que no lo tuvieron, mi conclusión es que la Argentina tiene vaivenes consistentes con sus profundos problemas espirituales como Nación y sociedad, exteriorizados a través de la economía. No nos olvidemos de la política, que tuvimos gobiernos militares de corte nacionalista o liberal. Gobiernos civiles peronistas, radicales, progresistas y neo liberales con sindicalistas nacionalistas y progresistas, y que nada de todo lo disponible funcionó hasta ahora.
Para abordar lo menos conflictivo de mi tesis, recordemos que dos de los últimos tres presidentes se pasaron cuatro años peleando a través de los medios haciendo subir el riesgo país, fogoneado a su vez por terceros intereses entre economistas heterodoxos y ortodoxos, por alinearlos técnicamente. Dos palabras griegas definirían el comienzo de este debate que debemos tener. Eritheía: la etimología de esta palabra griega que significa ambición egoísta, disensiones, partidismo, envidia, rivalidad, ambición engendrada por motivos egoístas es una de las explicaciones. La otra es Dikhostasía: significa un permanente estado de disensión en una comunidad.

- ¿Qué aspectos tiene que solucionar el Gobierno, en el país y en lo externo, para fortalecer el crecimiento económico?
- Lo más importante es terminar el proceso de renegociación de la deuda con los acreedores internacionales. A partir de allí se despeja el panorama del crecimiento sustentable y comienzan a regresar los dólares que se fugaron en 2001, 2002 y 2003. Al mismo tiempo es necesario inducir la vuelta del crédito bancario, mientras, por el momento, no se explica muy bien la razón y el por qué los bancos tienen tanta liquidez, reciben depósitos y no los prestan.

El tipo de cambio actual es consistente
El actual tipo de cambio es consistente con un proceso de crecimiento de las exportaciones como las que se están viendo y que le permitirán a la Argentina crecer alrededor de un 11% este año. Así lo considera el economista Pablo Tigani, quien aclara, no obstante, que el tipo de cambio no es el único condicionante del crecimiento de las exportaciones.
Por el momento, observa, el flujo de dólares que recibe la economía es tan importante que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) tiene que comprar alrededor de U$S 45 millones de por día, con tal que su cotización con respecto al peso no se precipite hacia abajo.
Sin embargo, el director del Estudio Hacer resalta un hecho trascendente para el futuro. En la medida en que la Argentina no está realizando pagos de su deuda en default por aproximadamente U$S 81.000 millones, ni tampoco ha alcanzado aún los niveles de importación probables, cuando la deuda externa privada finalice su reestructuración y los niveles de actividad económica sigan creciendo, evidentemente la tendencia actual observará síntomas diferentes.

"Tucumán sale más rápido que el país de una crisis"
El economista Víctor Elías insistió en su postura de que las economías de provincias como Tucumán sufren más que la economía nacional en las recesiones, pero se recuperan más rápido en los períodos de crecimiento, como el actual.
Este fenómeno es histórico, según el experto. "Las caídas son más fuertes en Tucumán que en el país, pero las recuperaciones empiezan más rápido", destacó.
Atribuyó este proceso a la diferencia de tamaños de las economías. "Ocurre algo parecido a lo que pasa con las empresas; las compañías chicas tienen un comportamiento distinto que las grandes frente a los cambios", apuntó.
Explicó que, en una caída de la economía, una empresa chica sufre más rápido que una grande la restricción del crédito. Sin embargo, cuando comienza la expansión, al sistema financiero le resulta mucho más fácil apoyar a una compañía de pequeña envergadura que a una de gran tamaño. "Este es el argumento microeconómico. Y si se toma la cuestión en general, las empresas tucumanas suelen tener menor tamaño, por ejemplo, que las de Buenos Aires", subrayó.
Elías consideró que, en materia de crecimiento, a Tucumán le estaba yendo un poco mejor que al promedio del país, pero sostuvo que últimamente los datos de la encuesta sobre actividad industrial muestran que el uso de la capacidad instalada en la provincia se ubica 15 puntos por debajo del promedio nacional. "En el aspecto productivo industrial estamos parecidos a la Argentina en general, con más del 80% de los encuestados que formularon opiniones favorables", apuntó.
Estimó que si se llega a debilitar el precio de las materias primas agrícolas en el exterior, este cambio impactaría más en Tucumán que en el resto del país. "Tenemos más volatilidad que el resto del país. Gran parte de este problema se debe a que no sabemos, por ejemplo, aprovechar de ahorrar para los tiempos malos", resaltó. "En el sector público, apenas hay un incremento de ingresos, salen desesperados a gastarlo. Y esto aumenta la volatilidad", concluyó Elías.


La falta de gas impacta en forma muy negativa
El presidente de la Unión Industrial de Tucumán (UIT), Fernando Allena, admitió que el sector productivo de la provincia está mejor ahora que años atrás, pero alertó que la crisis energética incide en forma muy negativa en el proceso de recuperación.
"Tucumán está mejor, a partir de la recuperación que experimentaron el campo y la industria. Pero resulta inaudito que en esta época del año haya inconvenientes con el gas. O sea, estamos bien, pero el problema afecta a las producciones más importantes de la provincia", indicó Allena.
El dirigente opinó que la crisis energética en la Argentina surgió por falta de previsión de la clase gobernante. "No se vio la gravedad de la situación, y ahora estamos pagando esa imprevión", destacó.
Hizo hincapié en que la falta de ajuste de las tarifas del gas luego de la devaluación fue el detonante de la actual crisis. "Se demoró todo, pese a que advertimos el problema", afirmó el líder de la UIT.
En Tucumán, padecen el problema los ingenios, las citrícolas, las textiles, las empresas metalmecánicas, una papelera, entre otras actividades.

Sin inversiones
Allena recordó que en 2002 la situación de la industria nacional era distinta a la de ahora. "Las empresas comenzaron a recuperarse, mientras que en el sector gasífero se paralizaron las inversiones. El resultado está a la vista: no hay capacidad de gas para cubrir la demanda de crecimiento", sentenció. El empresario evidenció que producir en las actuales condiciones de incertidumbre es absolutamente negativo para las industrias.
"Es muy complicado trabajar así, porque no se sabe en qué momento pueden cortar el gas", añadió Allena.
Dejó en claro que "hay un tremendo grado de incerteza en el sector industrial tucumano" y anticipó que si no se encuentra una salida a la crisis energética "se podría afectar toda la estructura productiva de la provincia".

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