Benedicto XVI condenó la violencia y el totalitarismo

Benedicto XVI condenó la violencia y el totalitarismo

Ratzinger dio su primera misa oficial como Papa.

ARRIBA. El Papa desciende los escalones de la Basílica de San Pedro, después de la misa. AL MEDIO. Ratzinger recibe la mitra, el anillo pontificio y el palio (estola) de lana de cordero. ABAJO. Kirchner y su esposa, en el Vaticano. ARRIBA. El Papa desciende los escalones de la Basílica de San Pedro, después de la misa. AL MEDIO. Ratzinger recibe la mitra, el anillo pontificio y el palio (estola) de lana de cordero. ABAJO. Kirchner y su esposa, en el Vaticano.
25 Abril 2005
VATICANO.- El papa Benedicto XVI condenó la violencia y las ideologías totalitarias durante la ceremonia de entronización como Pontífice. "No es la violencia la que redime, sino el amor", afirmó Joseph Ratzinger en italiano. "La pobreza, el hambre y la soledad no deben extenderse más", agregó. Benedicto XVI ofreció ayer una nueva imagen, cálida y alejada del severo cardenal que los fieles conocían hasta ahora. El Papa comenzó reconociendo que es un "débil siervo de Dios" y pidió a los católicos que recen por él, para que no tenga miedo y no huya "ante los lobos".
"Mi verdadero programa de gobierno no es hacer mi voluntad, sino ponerme a la escucha de la voluntad del Señor", sostuvo en su primera homilía como Pontífice, pronunciada ante una multitud de entre 350.000 y 500.000 personas en la plaza San Pedro.
Las autoridades de Roma desplegaron un enorme operativo de seguridad, cerraron el espacio aéreo y ubicaron 10.000 policías en las calles.
Ratzinger fue elegido el 19 de abril para ocupar el trono de Pedro, tras la muerte de Juan Pablo II. Antes de iniciar la misa, Benedicto XVI rezó ante la tumba del apóstol. Durante el oficio, que duró dos horas y media, dijo que la Iglesia está viva y que es fuerte como para oponerse a la falta de fe y a la crueldad del mundo actual.
Finalizado el servicio, el Papa caminó junto a los cardenales hasta el altar de la Basílica, donde recibió los atributos del poder papal: el anillo y la estola. Luego, saludó a las 140 delegaciones de reyes y jefes de Estado que asistieron al acto. Entre ellos estuvieron el presidente Néstor Kirchner y su esposa, Cristina Fernández.
Al final, el nuevo Pontífice recorrió la plaza San Pedro a bordo de un vehículo con el techo descubierto, mientras era aclamado por la multitud. (AFP-NA-Reuter)

Más información en la sección Benedicto XVI

Tamaño texto
Comentarios