Una joven agonizó durante horas en San Javier

Una joven agonizó durante horas en San Javier

Investigación. La adolescente había desaparecido el viernes y fue hallada muerta el domingo, aunque no se sabe si se trató de un crimen o de un accidente. La víctima estaba al fondo de un precipicio. No fue violada ni golpeada. Buscan a testigos. La familia quiere respuestas.

RESCATE NOCTURNO. Personal policial y de bomberos voluntarios levantaron el cadáver en una camilla hasta el borde de la ruta 338.LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI RESCATE NOCTURNO. Personal policial y de bomberos voluntarios levantaron el cadáver en una camilla hasta el borde de la ruta 338.LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
28 Agosto 2007
Carla Romina Ortega murió asfixiada a raíz de un edema pulmonar horas después de haber caído en un precipicio ubicado a la vera de la ruta 338, que conduce a San Javier. Las circunstancias en las que la joven de 17 años halló la muerte son confusas, pero los familiares no creen que se haya tratado de un accidente y sostienen que fue asesinada. El cuerpo fue rescatado el domingo a la noche.
Carla fue vista por última vez el viernes. Llegó a su casa poco después de las 18.30, luego de salir de clases en la escuela Marcos Paz, donde cursaba noveno año.
Se cambió de ropa y avisó a sus padres que iría a la casa de su amiga Tania, en calle San Juan al 3.300, donde habitualmente se queda a dormir cada vez que sale. Pero luego se comprobó que jamás había estado allí. El sábado por la tarde José Manuel Ortega, padre de la menor, se preocupó porque no regresaba. Habló con la amiga y ella le confirmó que no había visto a Carla. Entonces Ortega comenzó a recorrer las casas de sus otras compañeras y de la del novio de su hija, Iván Javier Brito. Como no la encontró, denunció su desaparición en la División Trata de Personas de la Policía, en calle Don Bosco al 1.800.
El domingo a la siesta, una mujer vio un cuerpo cerca de la zona de La Gruta de la Virgen, en la subida a San Javier. Por la descripción que habían hecho sus familiares (calzado, vestimenta y características físicas), sospecharon que se trataba de la menor. Sin embargo, esto se confirmó ayer a la mañana, cuando la madre y una de las hermanas reconocieron su cuerpo en la morgue judicial. Los investigadores, a las órdenes de los comisarios Miguel Gómez, Raúl Ferreyra y René Aguirre, tratan de descifrar qué pasó en las últimas horas de vida de Carla. A través de la autopsia se descartó que haya sido víctima de un abuso sexual. Los médicos confirmaron que el cuerpo de la adolescente presentaba las lesiones características de una caída de 10 metros, pero que estas no fueron la causa de la muerte. Según trascendió, la joven agonizó durante varias horas en el fondo del precipicio.
Incluso, se cree que intentó salir arrastrándose; en una mano le encontraron ramas, como si hubiera intentado agarrarse de ellas para levantarse. Los forenses le informaron al fiscal Pedro Gallo que la menor falleció a causa de un edema pulmonar provocado por las bajas temperaturas que se registraron entre el sábado a la noche y el domingo a la mañana, cuando se estima que se produjo el deceso. Los médicos, además, aseguraron que la víctima no presentaba lesiones del tipo defensivas, por lo que sugirieron que no había sido atacada.

Incógnitas
Hay varias cuestiones que no tienen respuesta: ¿dónde y con quién estuvo la joven entre el viernes y el sábado, día en el que habría fallecido? ¿Con quien llegó a San Javier? ¿Cómo terminó en el fondo del precipicio?
Los investigadores, a través de algunos testimonios, en principio establecieron que la menor había sido vista en la subida a San Javier acompañada por otro adolescente. Una de las posibilidades es que la joven haya saltado o haya caído accidentalmente al vacío. La otra es que el acompañante la haya empujado. O que en alguna maniobra entre ambos, Carla haya caído al precipicio y, entonces, el compañero circunstancial huyó atemorizado sin pedir auxilio.
La zona de la cual cayó no es de fácil acceso. Hay que pasar por arriba de un guard-rail, tras el cual prácticamente está el precipicio. Hasta allí llega una de las cortadas que son utilizadas por los caminantes para subir y bajar del cerro.
El trabajo de rescate del cadáver les llevó varias horas a los socorristas. Policías de la Regional Norte, del Grupo Cero y Bomberos Voluntarios de Tafí Viejo debieron colocar dos tramos de escalera para bajar hasta la zona. Como ya se había hecho de noche, utilizaron un potente reflector. Luego de que en el lugar donde quedó el cadáver trabajaron peritos y médicos de la Policía Científica, se sacó el cuerpo en una camilla izándolo con una soga. Desde allí, lo llevaron a la morgue.
Ayer, desde muy temprano, familiares y amigos de la joven se reunieron en el domicilio de calle Bulnes 770, donde vivía Carla.
"Lo único que nos interesa es que se aclare su muerte. Para nosotros es un crimen, pero no sabemos quién la mató. Por eso queremos que se investigue a fondo", señaló Sebastián Ortega, primo de la adolescente. Las amigas de Carla le confirmaron a LA GACETA que en los últimos tiempos no había mostrado ninguna conducta extraña. "Ella estaba muy feliz. Estaba disfrutando de su vida; estaba de novia y tampoco tenía problemas en la escuela. No entendemos qué fue lo que le pudo haber pasado", indicó Marcela Ramírez. El primo de la joven destacó que ella nunca había abandonado el hogar sin avisar a sus padres. "Esto es muy extraño. Jamás se fue sin decir nada y mucho menos hacer un viaje a San Javier sin decir una palabra", concluyó Sebastián.
José Manuel Ortega, padre de la adolescente, estaba consternado. "Esto es una pesadilla. Quiero saber qué le pasó a mi hija", dijo. El hombre, padre de ocho hijos, cuestionó el trabajo de los investigadores. "Me enteré por la televisión que mi hija había muerto. Ayer a las 4 vinieron los policías para avisarme que se podría tratar del cuerpo de mi hija. Después fuimos a la morgue y allí confirmamos que era ella", dijo.
Ortega explicó que cuando la pareció sospechoso el retraso de su hija en regresar a la casa, decidió hacer la denuncia en la División Trata de Personas. "Cuando pedí que salieran a buscarla, la gente de ahí me contestó que debíamos esperar porque no tenían móviles. Todos estaban trabajando en el operativo de las elecciones", indicó. "Ellos pensaban que había sido una fuga de hogar y después comenzaron a preguntar sobre su vida privada, como si ella fuera una cualquiera. Eso me molestó muchísimo", agregó.
Ortega indicó que su hija era una chica normal. "Era muy apegada a su casa. Jamás se iría a ningún lado sin avisarnos. Mucho menos hubiera viajado a San Javier sin permiso", explicó. El hombre también negó que la adolescente haya tenido algún problema. "Ella volvió el viernes de la escuela y nos dijo que se iba a la casa de una amiga. Ella siempre lo hacía y por eso la autorizamos. Así es esta provincia. Hablan de seguridad y una adolescente se va de casa y no sólo que no regresa, sino que además la encuentran muerta camino a San Javier", se quejó.