Rescatan a los perros encerrados en la casa de González

Rescatan a los perros encerrados en la casa de González

Las 20 mascotas del empleado público desaparecido fueron revisadas por el Cenara. Los vecinos les tiraban alimentos por debajo de la puerta.

SIN DUEÑO. Hasta ahora, los perros eran alimentados por los vecinos de González. ARCHIVO LA GACETA SIN DUEÑO. Hasta ahora, los perros eran alimentados por los vecinos de González. ARCHIVO LA GACETA
14 Agosto 2007
Los 20 perros que quedaron encerrados en la casa de José Ignacio González, el empleado de la Secretaría de Educación que se encuentra desaparecido desde hace más de un mes, fueron rescatados esta mañana por el Centr de Adaptación y Reubicación Animal (Cenara).

Las mascotas habían quedado solas en la deshabitada casa del barrio Jardín y, esporádicamente, algunos vecinos se acercaban a la vivienda para arrojarles alimento balanceado o restos de comida por debajo de la puerta. Muchos de ellos coincidieron en que González quería mucho a los animales y que los llevaba cada tanto al veterinario.

De hecho, el indicio de que algo raro pasaba fue que las mascotas estaban abandonadas. Incluso, una de las perras, que estaba preñada, tuvo crías a las que escucharon llorar un par de días, pero después no las volvieron a oír, por lo que sospechan que murieron.

González es un antiguo vecino del barrio Jardín. Sus padres vivían en el pasaje Brandsen, junto a su actual domicilio. Los vecinos de más edad recuerdan que él decidió vender la propiedad cuando murieron y que se quedó con la casa de al lado.

Puntos claves
La desaparición del empleado fue denunciada el 23 de julio por sus compañeros de trabajo, diez días después de haber sido visto por última vez, en un bar de la plazoleta Mitre. Según los investigadores, no tenía familiares directos, pero en su legajo de trabajo figura que es casado, aunque su mujer aún no fue identificada.

Sus compañeros de labor lo definieron como una persona muy reservada y que jamás demostró tener problemas con el juego, como dicen sus vecinos.

Sin embargo, el hombre no sólo habría perdido su casa como consecuencia de un juicio por falta de cancelación de una deuda sino que, además, le habían embargado parte de su sueldo por no haber pagado las cuotas de un crédito personal de escaso monto.

Pesa a esto, ayer la fiscal Adriana Giannoni confirmó que en la cuenta que poseía González se producían movimientos casi diarios de hasta $ 600.000. LA GACETA (C)

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