Ideas para frenar la violencia en la escuela

Ideas para frenar la violencia en la escuela

Consciente de que es un tema que afecta a toda la comunidad, LA GACETA promovió un debate con el objetivo de buscar propuestas de salida a esta situación. Participaron estudiantes, docentes, padres, funcionarios del Ministerio de Educación, y expertos en el tema.

13 Abril 2008
La seguidilla de episodios de violencia juvenil en las escuelas tucumanas y de todo el país encendió una luz de alarma. Por eso, LA GACETA resolvió realizar una mesa panel sobre el inquietante fenómeno, e invitó a participar a referentes de todos los sectores de la educación. El jueves pasado -horas antes de que un chico de la Normal apoyara una pistola en su pupitre- un grupo de alumnos, cinco educadores, siete padres, una abogada, una psicóloga y tres representantes del Ministerio de Educación de la provincia analizaron las causas y esbozaron posibles soluciones. "La prevención es fundamental, hay que detectar los síntomas", dijeron desde el Estado. "Somos una generación que ha fallado, debido a que no supimos impartir valores", admitieron los adultos. "Hay que comenzar por las casas, porque nuestros padres están todo el día ausentes", reclamaron los jóvenes. "Los maestros no estamos preparados para atender esta problemática", apuntaron los educadores. Durante el debate, que se prolongó a lo largo de dos horas, casi no fue necesaria la intervención de los periodistas presentes, puesto que los participantes estaban deseosos de escucharse los unos a los otros, y de realizar aportes. A lo largo y ancho de esta página, se reproducen las ideas más salientes de cada una de las personas invitadas.

Sin aulas abarrotadas
"La violencia está instalada en todas partes y focalizada en la escuela. Creció vertiginosamente en los últimos años y actualmente representa un fenómeno preocupante. Por ello, debemos ocuparnos. Desde el ámbito que me toca representar, tenemos herramientas para hacerle frente. Afortunadamente, las escuelas universitarias cuentan con cierta flexibilidad en el manejo de las normas; así, los talleres culturales, los sistemas de tutorías y las convivencias, entre otras alternativas, constituyen una interesante opción para contrarrestar el problema. Además, debido a que contamos con menos alumnos por curso que otros establecimientos, nuestros docentes pueden hacer un trabajo personalizado en las aulas. Sin embargo, debemos reconocer que la autodisciplina tuvo una época en la que dio resultados, pero ahora se debe modificar la metodología". (Edgardo Omar Grasso, director de la Escuela de Agricultura de la UNT y director subrogante del Consejo de Escuelas Experimentales de la UNT).

Niveles de prevención
"No existe un maestro que esté preparado para atender esta problemática, porque nadie puede resolverla por sí solo. Siempre hace falta un trabajo interdisciplinario. A la hora de encaminarnos hacia una posible solución, la prevención aparece como un elemento fundamental, porque nos sirve para ver las situaciones antes de que ocurran. Hay tres niveles de prevención: primaria, que se refiere a sensibilizar a las personas para que puedan percibir esta problemática; secundaria, que tiene que ver con la detección precoz del conflicto; y terciaria, que consiste en evitar que los procesos se vuelvan crónicos". (Francisco Viola, médico en psicología, miembro de la Comisión de Violencia Escolar de la Provincia).

Padres versus maestros
"Considero que se trata de una problemática compleja. Por ello, no hay que demonizar ni a los padres, ni a la escuela, ni al Estado. Se debe realizar, en cambio, un enfoque desde todos los sectores involucrados y trabajar en conjunto, porque no sólo hay violencia en la escuela, sino en la sociedad entera. Otro aspecto importante es la progresiva separación de la alianza entre los padres y los profesores. En el pasado, había una presunción de que si un maestro ponía una mala nota, estaba evaluando correctamente. Hoy esa presunción se dio vuelta: el padre cree que el maestro se equivocó. Ahora la alianza es entre padres e hijos. Eso está generando en los chicos una gran confusión, porque no tienen un claro concepto de la autoridad". (Marcos Terán, vicepresidente de la Red de Padres).

Transgresiones legales
"La violencia es un síntoma social. Es decir, hay algo que a la comunidad le está preocupando y a lo que debemos darle una respuesta. Más allá de que actualmente las agresiones representen un porcentaje ínfimo, están marcando una tendencia y denunciando fallas en el sistema. La aparición de comportamientos violentos se debe a la ausencia de modelos referenciales, al auge de la cultura de la imagen -a expensas de la cultura escrita y de la palabra-, al empobrecimiento de la familia y al autoritarismo. Otro aspecto a destacar es que, antes, nuestros niños crecían con la lógica del deber ser; ahora lo hacen con la del deber tener. Y este comportamiento del mercado introduce al niño en la legalidad de transgresión". (Silvina Cohen Imach, psicóloga y presidenta de la ONG Antígona).

Escuelas abiertas
"Actualmente, desde el Estado estamos trabajando en un proyecto de escuelas abiertas. El objetivo es que los jóvenes cuenten con un lugar donde puedan realizar prácticas deportivas. Así, además, el establecimiento se convertirá en un espacio para la comunidad. De alguna manera, se logrará cierta contención con actividades productivas, porque también dictaremos talleres de teatro, entre otros". (María Teresa Molina Palazzo, jefa del Gabinete Psicopedagógico de la Provincia).

Las diferencias
"Resulta fundamental reconocer que hay hechos de violencia, pero no por ellos debemos generalizar. Desde mi experiencia, considero que los adolescentes actuales son menos tolerantes que los chicos de otras épocas, lo cual contribuye a generar conflictos. Otro aspecto que se debe considerar es que la educación siempre ha tratado de uniformarnos, cuando el verdadero desafío consiste en asumir que todos somos diferentes". (Cecilia Graneros, psicóloga de la Escuela de Agricultura de la UNT).
Mea culpa
"En vez de buscar culpables, sería oportuno que todos los sectores educativos reconozcamos con humildad los errores que cometemos. Los padres debemos admitir que formamos parte de una generación que ha fallado, porque no supo impartir valores. A mí, por ejemplo, las enseñanzas y las palabras que he recibido de mi padre me han quedado grabadas. Ahora, en cambio, y sin ánimo de generalizar, a los chicos les faltan normas. Las escuelas, por su parte, no deben actuar con soberbia, y en vez de alejar al padre, deberían acercarlo al establecimiento. Finalmente, el Estado tiene que reconocer que no está fomentando políticas para acercar a la familia a la escuela". (Eduardo Carrizo, Comisión de Padres de Alumnos de Tucumán).

Compromiso afectivo
"Los colegios privados contamos con más herramientas para detectar los casos, y cuando eso ocurre, convocamos inmediatamente a los padres. Insisto en que para el tratamiento de esta problemática es fundamental la formación docente, y no me refiero solamente al aspecto pedagógico, sino también al compromiso afectivo con el alumno. También se debe desfocalizar el problema; es decir, hay que desarrollar en los chicos sus aptitudes naturales". (Nora Herrera de Ortega, pedagoga del colegio Santa María).

Revelarse, no rebelarse
"Esta naturalización de la violencia nos ha hecho pensar que cuando hablamos de agresión nos referimos únicamente al golpe, al puñal o al arma de fuego. Pero debemos saber que hay también una violencia de otra índole en las escuelas. Las causas de esta problemática radican, posiblemente, en el hecho de que no les damos a nuestros jóvenes los espacios adecuados para que ellos se revelen, en vez de rebelen. Urge empezar a trabajar de manera preventiva en varios sectores, porque todos estamos involucrados en esto". (Dolores Suárez Larrabure, abogada especializada en mediación escolar).

Limpiar la sociedad
"Creo que hay muchas familias que no son violentas y que tratan de inculcarles a sus hijos buenos valores, pero necesitan que la sociedad las ayuda y les brinde buenos estímulos. De pronto, prendemos la televisión y entran a nuestros hogares insultos, luchas entre clases sociales y personas hablando de venganzas. Nosotros necesitamos limpiar la sociedad". (Mercedes de Ramayo, Red de Padres).

Espacios de escucha
La violencia se está viviendo en todos lados porque representa lo que cada uno trae de su casa. Creo que para hacerle frente en la escuela, es muy importante generar espacios de discusión y, sobre todo, de escucha. Los docentes deben estar muy cerca de sus alumnos". (Elina Terán Vega de Iramain, representante legal del colegio Santa María).

Más deportes
"Hay que dar cauce a todas las inquietudes que tienen los estudiantes. Se debe considerar que un chico que pelea, tiene energía. Por eso es muy importante que los adolescentes cuenten con espacios en los que puedan realizar actividades deportivas". (Facundo Arias, Red de Padres).

Drenaje
"Hay profesores que, porque tienen autoridad, se ?la creen? y nos tratan mal. Eso, inconscientemente, nos lleva a los alumnos a expresarnos de modo violento. La escuela es el lugar donde el adolescente drena todo lo que carga". (Rodrigo Ezequiel Herrera, 17 años, estudiante del Instituto Tucumán).

Tutoría y autodisciplina
"Los valores ahora están desvirtuados, pero tampoco se debe generalizar el conflicto. En mi colegio, por ejemplo, tenemos un sistema de tutorías estudiantiles, y eso es muy efectivo porque los alumnos nos enseñamos los unos a los otros. Además, contamos con el régimen de la autodisciplina, al que definiría como magnífico. No creo que haya que responsabilizar a la televisión por la violencia, porque son los padres quienes deben enseñarles a sus hijos a discernir entre el bien y el mal". (Javier Nadal Testa, presidente del Centro de Estudiantes del Gymnasium Universitario).

Malas condiciones
"El año pasado, en la escuela Raúl Colombres no había agua. Todos los días, mi hija tenía que cargar su botellita. ¿Hay algo más violento que un establecimiento en malas condiciones?". (Lucrecia Contreras, madre de tres estudiantes de escuelas públicas).

Vergüenza de madre
"Me avergüenza que no sepamos dar respuestas. La violencia escolar se genera en base a lo que la sociedad les muestra a los chicos, porque ellos no nacen violentos. En las escuelas son discriminados, rechazados, insultados y hasta expulsados. Para colmos, hay locales que no tienen agua potable ni baños higiénicos. ¡Qué imagen más violenta que esa! Creo que estamos transitando por un camino equivocado". (Josefina Ferrer, Comisión de Padres de Alumnos de Tucumán).

Medidas urgentes
"He tratado con niños violentos. He intentado recuperar a esos jóvenes. Y puedo decirles que es muy difícil. Por eso, considero que se hace necesario dictar cursos a los maestros sobre mediación escolar, revisar las prácticas docentes buscando estrategias superadoras, buscar ayuda en los equipos técnicos, crear un ambiente de respeto y de justicia, reconocer los valores de los niños y, finalmente, publicitar los proyectos de los establecimientos que ayudan a crear en los alumnos un sentimiento de bienestar". (Luisa Brito, actual directora de la escuela Rivadavia y ex docente en establecimientos educativos periféricos).

Desterrar un trinomio
"Las agresiones han penetrado en las relaciones interpersonales, y se han apropiado de ellas. Por eso, me parece importante no rotular a los establecimientos escolares en los que se produjeron episodios violentos. También es importante desterrar al trinomio violencia, pobreza y exclusión. Los golpes y maltratos ocurren en todos los estratos sociales". (Susana Tahuil, jefa del Servicio de Asistencia Social Escolar de la Provincia).

Padres ausentes
"Creo que hay que comenzar por las casas, porque nuestros padres están ausentes todo el día. Ese es un punto crucial. Para colmo, la sociedad está llena de violencia". (Maximiliano Galván, presidente del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional).

Juntos a la escuela
"Considero que tipificar la violencia escolar es una actitud muy agresiva. No se trata de buscar culpables, sino soluciones. Pero los padres debemos reconocer que una de las causas de este fenómeno es que durante estos últimos años no acompañamos correctamente el proceso educativo de nuestros hijos. Por eso, ha llegado el momento de actuar". (Eduardo Joya, presidente de la Federación de Uniones de Padres de Familia de Colegios Católicos de Tucumán).

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