El hombre fuerte de Birmania recibe al enviado de la ONU

El hombre fuerte de Birmania recibe al enviado de la ONU

Las fuerzas policiales y militares mantienen bajo control las manifestaciones de protesta. El general Shwe, jefe de la junta militar, hizo esperar dos días a Gambari. Una reunión con la Nobel de la Paz. Calma aparente.

BERLIN. Residentes birmanos y pacifistas critican la pasividad de la comunidad internacional en el conflicto. REUTERS BERLIN. Residentes birmanos y pacifistas critican la pasividad de la comunidad internacional en el conflicto. REUTERS
02 Octubre 2007
RANGUN.- El enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, podrá reunirse hoy con el jefe de la junta militar de Myanmar (Birmania), Than Shwe, para intentar persuadirlo de que ponga fin a la sangrienta represión de manifestantes prodemocráticos. El veterano Shwe, experto en guerra psicológica, hizo esperar dos días a Gambari para formular el anuncio. Se estima que el encuentro se celebrará aceptar el encuentro en Naypyidaw, la nueva capital situada en la selva, 300 kilómetros al norte de Rangún, donde se han centralizado las mayores protestas contra el régimen militar en dos décadas.
China, el aliado más cercano de la junta militar, había hecho un guiño para que la misión de Gambari llegara lo más lejos posible. El diplomático ya se reunió en Naypyidaw con el primer ministro, teniente general Thein Sein, y con los ministros de Información y Cultura.
Poco antes de viajar a la selva, Gambari pudo reunirse una hora con la líder de la oposición y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, que ha estado bajo arresto en su domicilio de Rangún durante casi 12 de los últimos 18 años. La líder opositora volvió a quedar recluida en su vivienda hace dos semanas, cuando salió a respaldar públicamente la rebelión pacífica de los monjes budistas contra la política del régimen.

Cadáveres en el río
Las protestas que reunieron a más de 100.000 personas sólo en Rangún, han sido duramente reprimidas. De los más de 1.000 monjes que iniciaron las movilizaciones en agosto, sólo unos pocos continúan en las calles. Se cree que unos 300 han sido detenidos y que el resto se encuentra recluido en los monasterios, bajo vigilancia militar. Según la junta militar, los incidentes han causado hasta ahora unos 15 muertos, entre monjes y civiles, pero se cree que la cifra es mucho mayor. Ayer aparecieron los cuerpos de varios monjes en el río que cruza la ciudad de Rangún. En 1988, al menos 3.000 personas murieron cuando los generales aplastaron un reclamo por el retorno de la democracia. Los generales accedieron luego a celebrar elecciones. Ganó el partido de Aung San Suu Kyi, pero el gobierno militar anuló poco después el proceso.
En una señal de que se terminó la revuelta, el gobierno retiró las barricadas de alambres de púa que rodeaban la pagoda de Shwedagon, en Rangún, principal templo del país. Pero los soldados revisan bolsos y carteras en busca de cámaras fotográficas y el país sigue sin conexión con internet. La situación ha movilizado protestas pacíficas de cientos de miles de budistas en países asiáticos y en Europa. (Reuter-AFP-NA)

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