13 Abril 2007
BRASILIA.- El presidente Luiz Inacio Lula da Silva exhortó ayer a las Fuerzas Armadas a que colaboren para frenar la criminalidad en Rio de Janeiro. En respuesta a un pedido del gobernador del Estado, Sergio Cabral, Lula orientó a los comandantes de las tres armas en el sentido de colaborar con el gobierno de Rio de Janeiro en lo que sea posible. Los altos mandos, a la vez, expresaron plena disposición a apoyar, dentro de las respectivas atribuciones y en observancia de los parámetros constitucionales, al gobernador en su lucha contra el crimen organizado.
Lula analizó el tema con los comandantes y los ministros de Defensa, Waldir Pires; de Justicia, Tarso Genro, y el jefe de Gabinete de Seguridad, general Jorge Armando Félix. No quedó definido si se enviarán tropas al Estado, donde se ha registrado un fuerte aumento de la violencia, particularmente en Río, que en julio acogerá a los Juegos Panamericanos. La ayuda concreta será debatida el lunes en una reunión de los comandantes con Cabral. Este pidió formalmente a Lula el auxilio de las fuerzas armadas durante un año para garantizar la ley y el orden.
Fuera de control
En Brasil, la seguridad pública es principalmente responsabilidad de las fuerzas policiales de cada Estado. Pero en Río, la Policía no pudo contener la ofensiva de las bandas armadas del narcotráfico y de los paramilitares, que han surgido en busca de un espacio de poder en el mapa de la mafia. Desde enero, tropas federales vigilan las fronteras del Estado por las que transitan armas, drogas y delincuentes. Pese a ello, desde febrero a la fecha, los enfrentamientos entre bandas, los ataques contra las fuerzas de seguridad y los atentados callejeros han provocado más de 600 muertos. (AFP-NA)
Lula analizó el tema con los comandantes y los ministros de Defensa, Waldir Pires; de Justicia, Tarso Genro, y el jefe de Gabinete de Seguridad, general Jorge Armando Félix. No quedó definido si se enviarán tropas al Estado, donde se ha registrado un fuerte aumento de la violencia, particularmente en Río, que en julio acogerá a los Juegos Panamericanos. La ayuda concreta será debatida el lunes en una reunión de los comandantes con Cabral. Este pidió formalmente a Lula el auxilio de las fuerzas armadas durante un año para garantizar la ley y el orden.
Fuera de control
En Brasil, la seguridad pública es principalmente responsabilidad de las fuerzas policiales de cada Estado. Pero en Río, la Policía no pudo contener la ofensiva de las bandas armadas del narcotráfico y de los paramilitares, que han surgido en busca de un espacio de poder en el mapa de la mafia. Desde enero, tropas federales vigilan las fronteras del Estado por las que transitan armas, drogas y delincuentes. Pese a ello, desde febrero a la fecha, los enfrentamientos entre bandas, los ataques contra las fuerzas de seguridad y los atentados callejeros han provocado más de 600 muertos. (AFP-NA)
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