Por Lucía Lozano
24 Marzo 2020
OPERATIVO. Municipales fumigan barrios de Yerba buena, una ciudad con muchas zonas de riesgo. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO
En el piedemonte o en la ciudad. En la periferia o en el microcentro. En las casas o en los departamentos. ¿Querés saber dónde hay más riesgo de contraer dengue? Un mapa realizado por investigadores del Instituto Lillo deja en claro que la zona donde vivís es determinante a la hora de padecer la enfermedad transmitida por el Aedes aegypti.
Lo curioso del caso es que este mapa fue presentado antes de la epidemia que hoy golpea al Gran San Miguel de Tucumán. Y los sectores que ahora confirmaron más casos (hay 196 en total) coinciden con las zonas que los expertos habían señalado como de “alto riesgo”. Es decir que el brote se podría haber prevenido en buena parte actuando a tiempo en esos puntos calientes.
OPERATIVO. Municipales fumigan barrios de Yerba buena, una ciudad con muchas zonas de riesgo.
Algunas conclusiones importantes de este trabajo, llamado “Distribución de riesgo de contraer arbovirosis transmitidas por Aedes aegypti”, fueron que:
1- El riesgo de infectarse de dengue es bajo en zonas del microcentro con edificaciones altas.
2- Hay riesgo medio en los parques y hacia la periferia de la ciudad.
3- Y es alto el peligro en zonas urbanas con edificaciones bajas y con jardines.
La cartografía, que abarca toda la capital y algunos sectores de Yerba Buena, Tafí Viejo, Banda del Río Salí y Alderetes, está pintada con colores que advierten sobre la vulnerabilidad al dengue de cada sector: el azul representa un riesgo bajo (zona céntrica); amarillo y verde, riesgo medio; y rojo, alto.
Una de las autoras del mapa, licenciada Giselle Rodríguez - investigadora del Instituto Superior de Entomología de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT e Instituto Miguel Lillo- contó qué cosas se tuvieron en cuenta para determinar el gráfico de riesgo. Primero, se colocaron ovitrampas en distintos sitios, lo cual les permitió conocer la presencia y la abundancia de huevos de Aedes aegypti. A eso se lo relacionó con otras variables: temperatura, distancia a la vegetación y densidad poblacional. Así, se identificaron zonas prioritarias de acción.
“Identificar las áreas de riesgo podría ayudar a dirigir los esfuerzos de control vectorial de una forma más eficiente. Esta herramienta es útil para mejorar tanto la respuesta del sistema de salud durante brotes como las medidas de prevención y vigilancia vectorial durante los periodos interepidémicos”, evaluó la investigadora, que trabaja junto a otros profesionales del Lillo en un grupo dirigido por la doctora Gabriela Quintana.
Alto riesgo
A simple vista el mapa deja en claro que casi todos los barrios de San Miguel de Tucumán son de alto riesgo. Y que dentro de los espacios verdes no hay altas posibilidades de contraer dengue (el parque 9 de Julio, por ejemplo). Puede que en los parques haya muchos insectos, pero no son Aedes. Otro trabajo con ovitrampas mostró que hay mayor abundancia de huevos de mosquitos Aedes de los Barrios Ciudadela, El Bosque y Oeste II. Mientras que hay muy pocos en el Modelo y Norte, por ejemplo.
“Es claro que la falta de espacios verdes disminuye la probabilidad de encontrarse con el vector. Las casas bajas con jardines tienen riesgo mayor. El peligro va disminuyendo hacia el piedemonte. El riesgo aumenta hacia donde están las personas”, destacó. También resaltó que durante los trabajos de campo detectaron muchos criaderos de mosquitos a pesar de la limpieza de terrenos baldíos.
Mapa de riesgo de contraer dengue en el Gran San Miguel de Tucumán:
ROJO: RIESGO ALTO
AMARILLO: RIESGO ALTO MEDIO
VERDE: RIESGO MEDIO
AZUL: RIESGO BAJO (ZÓNAS CÉNTRICAS)
“La gente no dimensiona la capacidad que tiene el Aedes aegypti para colonizar los ambientes humanos. Es una especie que se adapta perfectamente a nuestro comportamiento”, puntualizó Rodríguez, quien también participa del proyecto “Prevención del dengue, Zika, chikungunya, leishmaniasis y filariasis mediante educación y control de vectores en el municipio de Yerba Buena”.
¿Notaron en su trabajo que es una enfermedad relacionada con la pobreza o con las malas condiciones de vida? “No necesariamente. El Aedes aegypti está en todos lados. Es el mosquito más común en esta época. Encontramos varios criaderos en hogares de clase media y alta”, indicó. Y agregó: “si bien la generación de residuos es un factor muy importante, el desorden urbano y las condiciones de precariedad también influyen; por eso los sectores más pobres son los más vulnerables. En muchos casos no tienen recolección de residuos ni suministro de agua potable, entonces hacen lo que pueden. El Aedes no distingue entre clases sociales, pero es cierto que las clases más bajas se ven más expuestas debido al abandono del Estado”.
Según la experta, hay que derribar el mito de que el dengue es una enfermedad de la pobreza porque si no la gente se relaja. Finalmente recordó cuáles son los métodos más efectivos de prevención: revisar con frecuencia el fondo de casa, en especial después de cada lluvia. Sacar todos los recipientes que puedan acumular agua. Si tenés Aedes adultos en tu casa, significa que en tu manzana hay criaderos. La hembra adulta no suele desplazarse más de 100 metros de donde nació. Por eso es tan importante la participación comunitaria. Las tareas sirven cuando todos los vecinos la hacen. Lo mismo la fumigación, que solo es recomendada en caso de epidemia y como último recurso.
Aquí podés tener criaderos de mosquitos:
Pileta de lavadero
Latas
Botellas sin tapa
Bebederos de animales
Bolsas
Ladrillos huecos
Neumáticos
Inodoros
Vehiculos
Pelotas pinchadas
Baldes
Canaletas
Barriles
Cisternas
Portamacetas
Rejillas
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