Luto en el atletismo: Braian Toledo seguirá brillando

Luto en el atletismo: Braian Toledo seguirá brillando

Toledo será recordado como un gran atleta y como una excelente persona

ATLETA. En los Juegos Olímpicos de Río 2016 lanzando durante la final. reuters ATLETA. En los Juegos Olímpicos de Río 2016 lanzando durante la final. reuters
28 Febrero 2020

Allá, por el año 2013, Braian Toledo visitaba Tucumán. Venía de vacaciones con su entrenador, Gustavo Osorio, que quiso mostrarle su tierra porque quien descubrió al joven atleta que falleció en un accidente al chocar con su moto, era tucumano.

“No va a haber otro parecido a él”, sentencia el nacido en Acheral. Osorio, que entrenó a Toledo los primeros 13 años de su carrera deportiva, estaba en San Pablo, Brasil, cuando se enteró de la tragedia. Inmediatamente, le puso una pausa a los trabajos que estaba realizando y armó todo para estar anoche y todo el día de hoy junto a la familia de su ex pupilo en la ciudad bonaerense de Marcos Paz, donde vivía y sucedió el hecho.

“Siempre será el deportista más importante que entrené. Para él, creo que también fui importante porque trabajamos desde abajo, pasando todas las adversidades. Pudimos crecer mucho los dos y, en ese aspecto, fuimos importantes entre nosotros”, destacó.

Luego de empezar a estudiar en Tucumán, Osorio emigró a Buenos Aires donde completó los estudios, se convirtió en profesor de atletismo. Y se topó con Toledo, hasta ese momento un atleta, pero sin ninguna especialidad definida. Es más, el lanzamiento de jabalina tardó es ser descubierto como fortaleza de aquel niño. “Nunca le vi aptitud para la jabalina. Siempre lo hice jugar, desarrollar sus habilidades motrices para que, cuando llegue a lo específico de alguna disciplina, pueda tener una mayor transferencia”, recordó el proceso que encaró con Toledo.

En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 llegó hasta la final, un logro que ningún argentino había alcanzado en el lanzamiento de jabalina desde que lo hiciera Ricardo Heber en Helsinki 1952. Con el objetivo de llegar lo mejor preparado a los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, Toledo estaba radicado desde hace meses en Finlandia, donde se encuentran los mejores especialistas de esa disciplina atlética.

Precisamente, esa decisión trascendental, se tornó necesaria para el atleta. “Me cansé de que me ganaran siempre. Sentir que estás ahí, pero que faltan siempre cinco para el peso. La Argentina me dio muchísimo, mi ex entrenador también, pero justamente la jabalina crece en Europa”, contó Toledo en una entrevista a La Nación cuando se fue del país.

Guillermo Rubino, que fue presidente de la Federación Tucumana de Atletismo durante 35 años y también juez en competencias en las que estuvo Toledo, analizó esa decisión. “No es que en el país haya hecho mal las cosas. Al contrario, las hicieron muy bien, su entrenador y él. Pero, a nivel internacional, los entrenamientos son mucho más finos y avanzados”, sintetizó Rubino algunas de las características de la planificación que desarrollaba el finlandés Kari Ihalainen para que Toledo sea por segunda vez finalista olímpico.

Rubino, también entrenador, fue más allá del deportista y elogió al ser humano. “Era una excelentísima persona. Se fue una estrella que brilló fuertemente en la tierra para seguir brillando en el cielo. Dios estaba necesitando ayuda”, dijo conmovido. Toledo, cuando volvía al país, no dejaba de colaborar junto a su novia con los más necesitados. “Estaba llegando a su plenitud. Es una noticia que uno nunca cree que llegará a leer; una gran pérdida”, lamentó.

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