Cerro El Pelao, una muestra del abandono del Estado

Cerro El Pelao, una muestra del abandono del Estado

Es tan grave la falta de controles que una residente la ha calificado como la "desnaturalización" de la montaña.

12 Febrero 2020

La compleja situación generada con la urbanización descontrolada del cerro El Pelao, ubicado en el área de influencia de Tafí del Valle, ha llegado a una instancia de riesgo ambiental que debe ser afrontada de inmediato para evitar problemas serios. Es así que un grupo de vecinos ha reclamado por la inacción del Estado, ya que carecen de títulos, de agua en condiciones y de servicio de recolección de residuos, además del peligro de que haya derrumbes, sin mencionar la falta de preservación de sitios arqueológicos halladas en la zona.

Se trata de un sector del tipo “fronterizo” entre dos jurisdicciones y por lo tanto prácticamente abandonado a su suerte. Pertenece a la Comuna de El Mollar pero sus habitantes pagan luz y tasas en Tafí del Valle. Hace 20 años, con el parcelamiento de terrenos por venta de sus dueños originarios, comenzó a urbanizarse el cerro, y el conflicto central se dio en la parte baja, junto al arroyo Los Morales, donde las parcelas fueron divididas en parcelas más pequeñas e incluso se edificó junto al camino de sirga, con lo cual el riesgo de aluviones es elevado para esos residentes. “El 70% o el 80% del parcelamiento se hizo sin intervención de autoridad pública, dijo uno de los antiguos dueños.

Por ahora no están claras las responsabilidades. La empresa que inició el proceso de urbanización dijo que comisionó a una persona para las ventas y que esta recibió también terrenos que luego parceló. Además, esta persona -que ha sido concejal durante 16 años- ha constituido una cooperativa para la provisión de agua que no sólo cobra por el servicio sin dar recibo sino que el líquido no ofrece garantías por lo que los vecinos deben comprar agua en bidones o ir a buscar a una vertiente. Con el tiempo se fue degradando la situación, a medida que aumentaba la urbanización, que se hizo acelerada cuando se dio el boom urbanístico que ahora genera preocupación en todo el valle. En El Pelao se fueron haciendo caminos en lugares inadecuados y de dimensiones peligrosas y se construyeron casas en balcones y el lugares totalmente inadecuados. Una residente ha calificado esta situación como la “desnaturalización de la montaña”.

Las autoridades y los responsables políticos están en una encrucijada. El intendente de Tafí del Valle sugiere anexar el área directamente, para intervenir desde su administración; el delegado comunal de El Mollar dice que eso le quitaría a la comuna el 60% de su territorio y propone municipalizar su área de influencia, lo cual, dice, le permitiría actuar. “Nosotros estamos muy limitados en cuanto al poder legal: tenemos facultades para parar obras, pero no para clausurarlas y carecemos de la posibilidad de hacer una ordenanza”, explicó. Un legislador, ex intendente de Tafí del Valle, tiene una tercera propuesta que es anexar a Tafí el área de El Pelao pero advierte que el descontrol afecta también otras dos zonas tafinistas: La Costa II y Ojo de Agua.

Hay quienes han propuesto que en la provisión de agua deben intervenir el Sepapys o la SAT, y que debe haber un convenio entre Tafí y la Comuna, para que se lleve a cabo una planificación ordenada. Parece que el problema es más grave y que debe haber un involucramiento serio de todos los factores responsables en la cuestión -provincia, municipio, comuna y vecinos- y que a partir de este conflicto se asuma de una vez por todas la necesidad de pensar y ordenar el crecimiento de este paraíso que es el valle y que se encuentra desmadrado.

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