Conferencia de Madrid: cuál es el punto donde encalla la Cumbre del Clima

Conferencia de Madrid: cuál es el punto donde encalla la Cumbre del Clima

Los negociadores deben cerrar el debate sobre el intercambio de emisiones de dióxido de carbono.

VISIBILIDAD. El lunes, la sueca Greta Thunberg destacó la lucha indígena. VISIBILIDAD. El lunes, la sueca Greta Thunberg destacó la lucha indígena. REUTERS

La Cumbre del Clima de Naciones Unidas en Madrid (COP25) entra esta semana en una etapa decisiva: las reuniones de los comités científicos y técnicos han ocupado el primer tramo; desde ahora y hasta el viernes 13 -en cambio- serán los líderes del mundo quienes protagonicen el encuentro, con el artículo seis del Acuerdo de París en el centro de la negociación. Lamentablemente, la brecha entre lo que hay sobre la mesa y lo que se debe hacer es grande, todavía.

El artículo seis es el que regula -básicamente- cómo funcionan los mercados de carbono. En la víspera, los negociadores han intercambiado varios borradores. Pero muchos puntos continúan abiertos. Y deberán ser los ministros de medio ambiente de las diferentes naciones quienes intenten cerrarlo. El secretario general la ONU, António Guterres, ya ha fijado la postura de esa organización, sin ambigüedades: ha dicho que deben establecerse impuestos a las emisiones de carbono y -a la vez- deben acabarse los subsidios, estimados en billones de dólares.

¿Qué es el artículo seis?

El Acuerdo de París necesita un reglamento de desarrollo. Desde 2015, cuando entró en vigencia, los representantes de los casi 200 países firmantes han ido cerrando esa reglamentación. Pero en el artículo seis se han encallado las tratativas. Este artículo hace referencia a los intercambios de derechos o unidades de emisiones de gases de efecto invernadero entre países. Además, es el único de todo el acuerdo que incluye al sector privado, ya que les abre las puertas a las empresas para que puedan adquirir esos derechos.

¿Cuál es el problema?

En el Protocolo de Kioto existía un sistema por el cual un país que no conseguía recortar sus gases, podía comprarle a otro sus derechos de emisiones. Ese sistema se supone que seguirá con París. El principal debate radica en cómo evitar la doble contabilidad. Esta contradicción volaría por los aires cualquier sentido que pudieran tener los objetivos de emisiones.

La otra pata que se debe desarrollar afecta a las empresas de los sectores obligados a hacer recortes. Por ejemplo, la aviación: las compañías tendrán que comprar esos derechos para compensar sus emisiones. Seguramente, eso encarecerá los pasajes. Pero también (y es el objetivo) moverá u obligará a las industrias a virar hacia energías sustentables.

El peor escenario de Madrid sería que las partes no puedan cerrar el acuerdo de forma consensuada. En ese caso, el asunto deberá ser resuelto en la COP26, que se hará en noviembre del año que viene en Glasgow, Escocia.

Jóvenes indígenas

Mientras tanto, Greta Thunberg ha participado ayer en otra masiva comparecencia. La mayor parte del tiempo se mantuvo en silencio para cederles protagonismo a jóvenes indígenas de Estados Unidos, Chile, Rusia, Uganda, Filipinas y las Islas Marshal. “Sus derechos están siendo violados en todo el mundo. Ellos están entre los primeros y más afectados por la emergencia climática”, expresó la activista sueca.

En rigor, las comunidades aborígenes no contribuyen, casi en absoluto, a las emisiones de combustibles fósiles. Empero, las condiciones meteorológicas extremas y la pérdida de la biodiversidad impactan fuertemente en sus entornos. “La crisis climática es una crisis espiritual. Nuestras soluciones deben entrelazar la ciencia y la espiritualidad”, se oyó decir a Santee Dakota, nativa de Minnesota. “Mientras los países se felicitan entre sí por sus débiles compromisos, el mundo se está quemando”, añadió la adolescente chilena Angela Valenzuela. Los activistas esperan presionar a los delegados para incluir objetivos más ambiciosos.

Urgencia

La COP25 reúne a representantes de todo el mundo con el fin de encontrar vías para reforzar el cumplimiento del Acuerdo de París. Coincide con la publicación de datos que muestran que la emergencia climática empeora cada día. Si no adoptamos medidas urgentes, la humanidad llegará a finales de este siglo con un aumento de la temperatura de más de 3 ° centígrados con respecto a los niveles preindustriales (hasta octubre se midieron 1,1° centígrados de incremento). De ocurrir, será catastrófico. Los glaciares de la Antártida colapsarán por completo, se acidificarán los océanos y habrá más sequías, más incendios y más ciclones tropicales y más inundaciones.

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