Crítica de cine: Midway: ataque en alta mar

Crítica de cine: Midway: ataque en alta mar

El clásico cine bélico no se rinde.


Buena | Acción/thriller - PM13 - 138’

ORIGEN: EEUU, 2019. DIRECCIÓN: Roland Emmerich. CON: Ed Skrein, Patrick Wilson, Woody Harrelson, Luke Evans, Mandy Moore, Dennis Quaid, Aaron Eckhart, Etsushi Toyokawa, Nick Jonas. GUIÓN: Wes Tooke. FOTOGRAFÍA: Robby Baumgartner. MÚSICA: Harald Kloser y Thomas Wanker.

Bombarderos que se lanzan en picada, entre una lluvia de metralla. Portaviones y acorazados que explotan. Cazas maniobrando y disparando entre las nubes. Batallas en el cielo y en el mar. Ese espectacular despliegue visual es el juego en el que más cómodo se siente Roland Emmerich. ¿Hace falta pirotecnia para vestir una superproducción? Llamen a Emmerich, responsable de títulos que lo dicen todo: “Día de la Independencia” (y su secuela), la primera “Godzilla”, “2012”, y siguen las firmas. Para los apasionados de estas máquinas de guerra -y más viéndolas en acción-, “Midway: ataque en alta mar” es una fiesta, subrayada por la notable reconstrucción de cada una de las acciones.

Emmerich hizo una película como las de antes. Un cine bélico clásico, lineal, salpicado de figuras de bronce (en este caso con el almirante Nimitz -interpretado por Woody Harrelson- a la cabeza) y netamente binario en su concepción de la historia. Entonces en “Midway” los estadounidenses son nobles, valientes y sagaces, mientras los japoneses lucen arrogantes y un poco estúpidos, con la excepción del almirante Yamamoto (Etsushi Toyokawa), porque a fin de cuentas algo de condescendencia hay que entregar.

Si la batalla de Midway cambió realmente el curso de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico es un debate de historiadores. La película no entra en discusiones y afirma que sí. Para concretar esa victoria -y este sí es un dato de la realidad- fue clave el aporte de la inteligencia naval estadounidense, ya que interceptó y descifró los mensajes en clave japoneses. El cerebro detrás de esta operación fue Edwin Layton, personaje que encarna Patrick Wilson.

Lo que no puede pedírsele a Emmerich es profundidad. Los diálogos y el componente dramático, que gira en torno a las hazañas del piloto Dick Best (Ed Skrein) y de su escuadrón, son de una simpleza que por momentos desorienta. Propia del más elemental de los telefilms. Pero lo que le falta a “Midway” en materia de sutileza le sobra en grandilocuencia, desde el elenco, enorme y lleno de figuras, hasta el presupuesto que habilitó la gran puesta en escena.

El estreno perdido: "En buenas manos"

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