Nada es imposible para Lucas González

Nada es imposible para Lucas González

El delantero superó escollos y se transformó en un recambio importante.

BUEN POTENCIAL. González tiene buen cabezazo, sabe jugar de espaldas al arco y maneja bien la pelota con los pies. la gaceta / foto de Ines Quinteros Orio BUEN POTENCIAL. González tiene buen cabezazo, sabe jugar de espaldas al arco y maneja bien la pelota con los pies. la gaceta / foto de Ines Quinteros Orio
16 Noviembre 2019

Constancia, esfuerzo, trabajo, tenacidad, amor propio, goles y fe; mucha fe. Esas cualidades son una marca registrada en la vida de Lucas González, el delantero juvenil de San Martín que poco a poco va ganando terreno en un equipo que cada día se muestra más firme en la Primera Nacional.

Nunca nadie le regaló nada, todo se lo ganó en base a sus ganas de trascender en el fútbol en un puesto en el la confianza se paga con goles. Volvió a jugar a los 18 años tras una lesión en el ciático que lo había marginado de las canchas durante algunos años, durante su adolescencia, y que amenazaba con cortarle el sueño. Pero él hizo todo lo que estaba a su alcance y volvió con todo.

Rompió redes en la Liga Tucumana, fue uno de los capo cannonieri en el último torneo de Reserva de AFA y se ganó la confianza de Ricardo Caruso Lombardi (quien lo hizo de debutar en Primera), primero, y de Favio Orsi y Sergio Gómez, después.

Así, en este torneo, estuvo en el banco en ocho de los 12 juegos que el equipo lleva disputados (relegando a jugadores de buena talla como Ramiro Costa y Sebastián Matos) ingresó en cuatro oportunidades y ya marcó un tanto -a Sarmiento, en la derrota 1-3 en Junín-.

Sus números son llamativos. Entre Superliga, Copa de la Superliga, Copa Argentina y Primera Nacional, Lucas lleva disputados 239 minutos (poco más de dos partidos y medio en total) y ya marcó dos tantos (antes del gol de Junín, le había convertido a Agropecuario por la Copa). Pero eso no es todo.

Él también aporta en el juego. El domingo, contra Gimnasia de Jujuy, fue clave para abrir un partido “chivo”. Ingresó lúcido, pivoteó bien de espaldas al arco y asistió de gran manera a Luciano Pons para que marcara el 1-0. “Estoy feliz porque las cosas me vienen saliendo bien”, confiesa, dejando en claro que nada fue fácil para él. “Hice un gran esfuerzo para poder llegar hasta acá. Superé muchísimos obstáculos y nunca me di por vencido”, agrega.

Pasaron los entrenadores y él siempre apareció como una buena opción en ataque. Está ahí, esperando su chance para tratar de aprovecharla; igual que cuando aparece dentro del área y la pelota le cae del cielo. “Este es un gran plantel y debo estar muy atento y concentrado cada vez que me dan la oportunidad de jugar. Pelear por un lugar en este equipo no es nada sencillo”, avisa.

La constancia en el trabajo no la negocia. González considera que eso fue clave para poder llegar a donde hoy está. “Para un ‘9’ meter goles es lo mejor, es lo que te hace ser importante. Pero todo se basa en el trabajo, hay que serle útil al equipo y tratar de mejorar siempre. Eso lo intento día a día. Quiero crecer para poder triunfar en mi carrera”, sentencia.

Su buen momento va de la mano con el de un San Martín que camina a paso firme. “Este presente vale doble para mí. Soy hincha de este club y poder ser parte de este proceso es muy especial. Pero no hay que confiarse, queda mucho camino y hay que seguir mejorando”, dice antes de pensar en Santamarina. “Va a ser un rival difícil, como todos. Pero nosotros tenemos material para hacer un buen partido”, remata González, el goleador para el que nada es imposible.

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