08 Noviembre 2019
La creadora del famoso Topo Gigio, María Perego, falleció este viernes a los 96 años en su casa de Milán en compañía de sus seres queridos.
Alessandro Rossi, administrador de Topo Gigio Srl, confirmó la noticia. “Era una embajadora excepcional de la creatividad italiana. Topo Gigio parecía quitarle la vida de las manos y con ella viajó a países de todo el mundo. Era una trabajadora incansable y trabajó en nuevos proyectos hasta el final, el último de los cuales es la nueva serie de dibujos animados en Topo Gigio que pronto será transmitida por Rai Yoyo. La extrañaremos mucho”, escribió en un comunicado.
María nació en Venecia en 1923 y era nieta de un titiritero. Estudió en la Academia de Arte Dramático e inventó varios personajes, incluido Picchio Cannocchiale. El verdadero éxito se produjo a principios de la década de 1960 con la creación, junto con su esposo Federico Caldura, de Topo Gigio inspirado en Mickey Mouse. En italiano, topo es ratón. Gigi es un derivado de Luigi (Luis en castellano).
En 1968 llegó al país para debutar en el programa de Teleonce La Galera. A fines de los ochenta tuvo su fuerte revival en nuestro país. En 1987 Canal 11 emitió La Hora del Topo Gigio. Eso derivó en una obra teatral que desembarcó en el Tabarís en vacaciones de invierno.
Además, su figuro también tuvo auge en el ambiente futbolístico, cuando Juan Román Riquelme popularizó su festejo sosteniendo su orejas. Una imagen que luego fue repetida por muchos otros jugadores.
El topo más querido
El ratón de gomaespuma, vestido como un ser humano, hablaba y tenía sueño, bajaba sus ojos cuando sentía vergüenza y enamoraba a los televidentes. “Hasta mañana, si Dios quiere, que descansen bien, llegó la hora de acostarse y soñar también, porque mañana será otro día, hay que vivirlo con alegría“, decía el Topo Gigio con una canción.
El ratón fue creado en 1958 por Perego y apareció por primera vez en la televisión italiana. Pero en su país no tuvo mucha repercusión. Por eso, su creadora se animó a exportar su contenido y consiguió un éxito impensado. En América latina se volvió popular a mediados de los años 80.
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