LA GACETA en Japón: Inglaterra-Nueva Zelanda, un cruce que será una final anticipada

LA GACETA en Japón: Inglaterra-Nueva Zelanda, un cruce que será una final anticipada

Por lo que demostraron en la Copa del Mundo, es dable pensar que de esta llave saldrá el campeón.

FELICIDAD. Los hombres de negro, en semis. FELICIDAD. Los hombres de negro, en semis.

(De nuestro enviado especial) Ya están definidos los dos primeros semifinalistas del Mundial: Inglaterra y Nueva Zelanda. Por lo que ambos han mostrado hasta aquí, y también por lo que han mostrado los de la otra parte del cuadro en la fase clasificatoria, es dable pensar que de esa llave saldrá el campeón. No es por desmerecer lo de Sudáfrica, lo de Gales o lo de Japón, pero lo de ingleses y neozelandeses está claramente a otro nivel. Unos y otros sentaron clarísimas diferencias sobre Australia e Irlanda, respectivamente, y protagonizarán un cruce que será una final anticipada entre el pragmatismo y el poderío físico de “La Rosa” contra la eficacia y la espectacularidad de los All Blacks.

En el primer turno, en Oita, Inglaterra se encargó de sacar a Australia del camino y evitar que se repitiera la hegemonía del Hemisferio Sur en semifinales, como sucedió en el Mundial que se jugó en su casa. Para el equipo de Eddie Jones, era la prueba de demostrar realmente hasta qué punto hay que tomarlo en serio: sus triunfos contra Tonga y EE.UU no podían ser tomados como parámetro, y el duelo contra Los Pumas tampoco había resultado la prueba de fuego que se creía. Hubiera sido interesado verlo contra Francia, que lo conoce muy bien por la habitualidad del Seis Naciones, pero el tifón Hagibis se metió en el medio. Finalmente, Inglaterra demostró que está en condiciones de borrar la mancha del Mundial pasado con el único jabón que la puede quitar: la del título en Japón. Claro, para eso tendrá que rozar la perfección, que es la vara que exigen los actuales campeones del mundo.

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La defensa australiana hizo agua y no pudo detener las invasiones inglesas, que fueron cayendo de a una y deteriorando la seguridad de los Wallabies. Para colmo, Owen Farrell tuvo toda la efectividad que le faltó frente a Los Pumas: acertó sus ocho intentos (4/4 en penales y 4/4 en conversiones) para un total de 20 puntos. Será clave que la conserve para el partido del próximo fin de semana: Nueva Zelanda no concede muchas oportunidades, y por eso el mandamiento número 1 es sacarle el máximo provecho a cada una, como suelen hacer ellos.

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Repasar la actuación de Irlanda puede servirle a Inglaterra para hacer una lista de los errores que no debe cometer. La pasó mal el “Trébol”, que volvió a chocar con la misma pared de siempre, la de los cuartos de final. Para colmo, con una paliza como la que sufrió hace cuatro años a manos de Los Pumas de Daniel Hourcade. Esta vez, fue 46-14 a merced de otra catedrática actuación de los All Blacks. Su defensa, prolija y contundente, fue el jab con el que martilleó la mandíbula de Irlanda hasta dejarlo a punto caramelo y ahí sí, fuego a discreción. Rompiendo con Read, Cane y Whitelock, construyendo y definiendo con Smith, Barrett y Reece. Donde se advierte mejor la calidad del triunfo es en la estadística de la posesión: 50% para cada uno. La cuestión es lo que hizo cada uno con su mitad. Jonathan Sexton, el hombre clave de Irlanda, estuvo bien controlado y no tuvo la lucidez de otros días en términos de conducción y ejecución.

Mañana temprano, será el turno de ver en acción a los otros cuatro que buscan semifinales. A las 5, en el espectacular estadio de Oita, será el turno de Gales de sumarse al lote de candidatos firmes contra un Francia que aparece como el más flojo de los ocho clasificados. Luego, a las 7.15, le tocará a Japón medirse contra un Sudáfrica que lleva cuatro años esperando por la revancha de esa derrota histórica en Inglaterra. Sin embargo, este Japón es todavía más fuerte y ambicioso que aquél, por lo que los Boks deberán tener mucho cuidado y salir desde el arranque a imponer condiciones desde la defensa. En eso, será clave no darle espacios a Kotaro Matushima y a Kenki Fukuoka, que cuando agarran velocidad le pintan la cara a cualquiera.

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