Rally Transmontaña de enduro: mejor si queda en familia

Rally Transmontaña de enduro: mejor si queda en familia

Padres, hijos y hermanos conquistaron la dura carrera con la fuerza del vínculo.

EL MEJOR COMPAÑERO. José Soria, acostumbrado a correr con amigos, probó con su hijo y ahora no lo cambia por nadie. la gaceta / fotos de antonio ferroni EL MEJOR COMPAÑERO. José Soria, acostumbrado a correr con amigos, probó con su hijo y ahora no lo cambia por nadie. la gaceta / fotos de antonio ferroni
15 Octubre 2019

Cuando al Transmontaña se lo encara en familia es mejor. Saber que alguien de la misma sangre es el que acompaña en la aventura de desafiar a la montaña a la velocidad más alta posible, genera una sensación totalmente distinta para los pilotos. “Ya no voy a dejar de correr con él”, asegura José Manuel Soria. El hombre de 46 años hizo seña con su mentón hacia abajo. A varios centímetros de altura estaba su hijo Máximo, 40 años menor que él.

Por una lesión, Soria padre tuvo que aflojar un poco su vida deportiva, así que formar pareja con algún colega de su edad era complicado. Por eso se abrió la oportunidad de correr con el pequeño de apenas seis años. “Me saltaron las lágrimas. Fue muy distinto todo”, reconoció José. “A mi me costó, pero me siento bien”, le hizo el guiño con palabras Máximo a su papá. El “no voy a dejar de correr con él” de papá seguramente repercutió en el nene que tiene sueños grandes encima de la moto. Para él, deben quedar un par de años, y nada más, siguiendo a papá en la senda como pasó en la carrera.

“Se me rompió la cadena”, detalló Máximo. “Dejamos la moto a mi señora y por eso llegamos los dos en la mía”, completó el relato emocionado José al completar el trayecto de unos 30 kilómetros.

DESDE CÓRDOBA. Ariel Zotelo y su hija Magalí (desde la izquierda) acompañados por otra de las tantas duplas cordobesas que llegaron. DESDE CÓRDOBA. Ariel Zotelo y su hija Magalí (desde la izquierda) acompañados por otra de las tantas duplas cordobesas que llegaron.

De la misma manera llegaron Juan Carlos y Martín. Los Miroli son hermanos. “Rompí cadena antes de llegar al puente de Vipos. Veníamos cerca y nos enancamos; le metimos con todo para llegar”, relató Juan. A la estrategia del Transmontaña le pusieron la filosofía de vida que siempre los acompaña: no distanciarse demasiado. Su arribo a la meta en la zona de El Cadillal generó algunos aplausos emocionantes. “Sí. Es más difícil manejar con otra persona atrás porque la moto está ajustada para mi peso, pero pensé: ‘estamos los dos, vamos terminemos’”, explicó Martín. Además la jornada de competencia no había empezado de la mejor manera y ningún obstáculo los iba a detener para llegar a la meta como ya lo habían hecho en dos ediciones anteriores. “Justo otro hermano iba a correr, pero tuvo un problema en un ojo. Nosotros tuvimos que largar recategorizados. Aunque sea en una moto, pero llegamos”, celebró desde atrás de la máquina Juan Carlos.

A los hermanos que le salieron mejor los planes que a los Miroli fueron los riojanos Carla y Adolfo Scaglioni. “Llegamos terceros”, indicó la dama de 23 años. Carla parecía más feliz por el hecho de que su hermano, en su primera participación en la carrera por duplas, se haya subido al podio.

RIOJANOS. Los hermanos Scaglioni. RIOJANOS. Los hermanos Scaglioni.

“Nos llevamos mejor en la carrera que en la casa”, bromeó el muchacho de 13 años. “La idea de correr juntos salió de la nada”, agregó. Sucede que su hermana tenía planeado correr en la categoría Damas, pero su compañera desistió. No es fácil conseguir otra colega que se anime a la clásica carrera tucumana por lo que decidió no correr en la categoría femenina y se mudó a la divisional Mixta.

“Nunca pensé mucho si hay diferencia en correr con un familiar o amigos, como lo hice antes, pero sin dudas es distinto. Hay más empatía y uno se divierte más. La preparación también es importante porque hay charlas previas a la carrera, analizamos juntos las estrategias a seguir. Eso es muy lindo entre hermanos. Es cierto, le da un toque especial, ahora que lo pienso”, reflexionó Carla.

Otro que como la riojana sigue descubriendo emociones familiares fue el cordobés Ariel Zotelo. “Ya corrí con mi hija. Con ella es la primera vez. Vamos ‘quemando’ etapas, je...”, contó el piloto. Con su hija de 15 años la dinastía completó un Transmontaña más. “Desde hace mucho venía pensando en correrlo, pero no se me daba por la falta de experiencia. Este año me fue bien en varias carreras y fui invitada a una preselección para el enduro chileno. No quedé, pero fue una linda oportunidad. Todo eso me animó a probar”, reconoció la cordobesa de Villa Carlos Paz.

RIOJANOS. Los hermanos Scaglioni. RIOJANOS. Los hermanos Scaglioni.
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