Atlético no tuvo partido pero sí festejo por el cumpleaños de Zielinski

Atlético no tuvo partido pero sí festejo por el cumpleaños de Zielinski

El "Ruso" sopló 60 velitas y viajó a Buenos Aires a celebrar.

CUMPLEAÑOS FELIZ. Zielinski, con la pelota bajo la suela y junto a su ayudante Emanuel Depaoli y Diego Erroz, durante un entrenamiento del “Decano”. El entrenador llegó a los 60, ayer.  la gaceta / foto de franco vera CUMPLEAÑOS FELIZ. Zielinski, con la pelota bajo la suela y junto a su ayudante Emanuel Depaoli y Diego Erroz, durante un entrenamiento del “Decano”. El entrenador llegó a los 60, ayer. la gaceta / foto de franco vera
15 Octubre 2019

Ricardo Zielinski no parece una persona muy aferrada a cábalas o rituales que supuestamente traen suerte o a evitar los que atraen lo contrario. De plano desestimó en su momento que la famosa camisa negra con la que dirigió gran parte de sus partidos de Atlético se debía a algo supersticioso. Quizás por todo esto, el entrenador haya cometido el “pecado” de festejar su cumpleaños 60 -que fue ayer-, un día antes.

Luego del entrenamiento del sábado por la mañana, el entrenador esperó un tiempo a que se superen los problemas con los vuelos que conectaban al aeropuerto Benjamín Matienzo con el de Aeroparque en Buenos Aires y finalmente voló hasta allí. Lo esperaban su esposa y sus hijos para transformar lo que quedaba del fin de semana largo en uno de festejos por su cumpleaños.

La celebración más importante fue el domingo y si bien los Zielinski esperaron a las 0 del lunes para festejar la llegada oficial de sus 60 años, lo mejor ya había pasado. Aún así, a la hora de enfrentar la torta seguramente no pudo evitar pensar en los últimos dos años que pasó con Atlético. Después de todo, si bien Belgrano es su “casa”, el “Decano” es prácticamente el 4% de su vida si hacemos la relación entre los 60 que cumplió y los más de dos que ya pasó en Atlético desde junio de 2017.

“Acá estoy bien, cómodo y fue una decisión que tomamos con mi familia. El dinero no importa. Jamás me importó eso. Basta con que acá estoy cómodo y feliz por todo el cariño que la gente me ha brindado”, dijo el “Ruso” luego de renovar su contrato con el club en mayo pasado, para que esos dos años se transformen en tres, como mínimo.

Claro, Zielinski había tenido varias ofertas para abandonar en el pasado invierno y más suculentas en lo económico que lo que tenía para ofrecer Atlético.

El viaje a Buenos Aires a reencontrarse con su familia en este momento del calendario es una pequeña caricia al entrenador que vive solo en Tucumán. Su esposa y sus dos hijos trabajan y residen en Buenos Aires. “Antepuso (cuando renovó su contrato) sus ganas de volver a Buenos Aires para estar con su familia por el club. Eso habla de lo grande que es como persona”, definió Miguel Abbondándolo, vicepresidente de Atlético.

Pero aún a la lejanía o en reencuentros como los de este fin de semana, su familia se encargó en varios de sus 60 años de mostrarle que son igual de futboleros que él. “Desde hace muchos años se juntan todos a ver los partidos que yo dirijo. Y es un problema grande. Hay discusiones de todo tipo. Debates que luego me transmiten por teléfono”, explicó el entrenador que este fin de semana tuvo que sufrir nuevamente en carne propia las críticas de sus más queridos.

Ayer al mediodía, el viaje -un pequeño oasis en el desierto de una temporada que no suele dar respiros- llegó a su fin. El entrenador regresó a la provincia también en avión para reanudar los entrenamientos con el plantel. Por la mañana, el club, a través de las redes sociales también lo saludó. “¡Feliz ‘cumple al hombre que llevó un equipo tucumano donde nunca antes había llegado! Que sea un gran día”, expresó el club en sus diferentes plataformas.

Por la tarde los jugadores del plantel lo felicitaron antes de la práctica pero no hubo torta ni velitas ni regalos como en su visita a Buenos Aires.

Quizás el mayor regalo sea una victoria ante Banfield, el próximo sábado desde las 13.15, en la provincia de Buenos Aires. Algo que el entrenador apreciaría y mucho.

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