Los indígenas aceptan dialogar con Moreno

Los indígenas aceptan dialogar con Moreno

El Gobierno decreta el toque de queda y la militarización de Quito. Ayer fue el décimo día de manifestaciones contra la quita del subsidio al combustible. Ya hay al menos cuatro muertos. Moreno acusa a Maduro y Correa.

REVUELTA. Mujeres ecuatorianas protestan en las calles de Quito contra el control del déficit fiscal emprendido por el Gobierno de Moreno. reuters REVUELTA. Mujeres ecuatorianas protestan en las calles de Quito contra el control del déficit fiscal emprendido por el Gobierno de Moreno. reuters
13 Octubre 2019

QUITO.- El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, le contestó con la militarización de la capital y el toque de queda a la primera señal conciliatoria de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie). Después del décimo día de protestas contra la quita del subsidio al combustible y de que los aborígenes anunciaran por Twitter su apertura al diálogo, Moreno utilizó la misma vía para advertir de que había decidido facilitar “la actuación de la fuerza pública frente a los intolerables desmanes de violencia”.

La Conaie es el principal entre los grupos de presión de los pueblos originarios que exigen la derogación de las medidas de austeridad dispuestas por el Gobierno para controlar el déficit fiscal y cumplir con las condiciones del préstamo por U$S 4.200 millones que le otorgó el Fondo Monetario Internacional (FMI). Hasta ahora al menos cuatro personas han perdido la vida en las revueltas, mientras que más de 850 han resultado heridas y alrededor de 1.000 han sido arrestadas.

Las exigencias de la Conaie incluían al principio las renuncias de los ministros de Gobierno, María Paula Romo, y Defensa, Oswaldo Jarrín, a quienes los dirigentes aborígenes consideran responsables de la represión de las protestas. Sin embargo, ahora el movimiento indígena ha transmitido que dialogará con miras a la derogación o revisión del decreto de quita de subsidios, pero no ha mencionado a los ministros.

Día de disturbios

Ayer por la mañana, antes de los anuncios de la Conaie y Moreno, las calles del centro de Quito, envueltas en humo y repletas de ladrillos tirados y pequeños incendios, parecían una zona de guerra. Mientras los grupos de derechos humanos denunciaban represión, la Policía alegaba que las protestas no eran pacíficas. Entretanto, los agentes antidisturbios lanzaban gases lacrimógenos y algunos manifestantes cócteles molotov.

Además, los supermercados de Quito habían cerrado sus puertas para evitar saqueos, las calles periféricas del sur permanecían desiertas y las del norte estaban cortadas por manifestantes que quemaban gomas y exigían la renuncia de Moreno con pancartas: “¡Fuera Lenín!”.

Denuncia contra Maduro

El Gobierno ecuatoriano ha acusado a Nicolás Maduro y Rafael Correa de orquestar el alboroto y los disturbios durante las protestas, aunque el régimen de Venezuela y el antecesor de Moreno han negado su implicación en la crisis. Por su parte, la representación de las Naciones Unidas en Ecuador ha tratado de mediar en el conflicto: “estamos listos -publicó ayer en Twitter- para apoyar un proceso eficiente e inclusivo que genere soluciones duraderas para el desarrollo y la paz del país”.

Los manifestantes han cerrado pozos petroleros en varias partes del país y reducido la producción en más de 1 millón de barriles de crudo hasta la fecha, según el Ministerio de Energía. Además, una mina de cobre de propiedad china anunció ayer la limitación temporal de sus operaciones como medida de precaución. (Reuters y Télam)

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