Intenso cruce verbal entre cuatro candidatas a diputadas

Intenso cruce verbal entre cuatro candidatas a diputadas

La postulante de la Izquierda, Arreguez, fue la que se trenzó con todas sus adversarias. Ascárate defendió a Macri, Carrizo cuestionó al Gobierno nacional y Pecci sostuvo que FR es la única alternativa.

CADA UNA CON SU RETRATO. Carrizo, Pecci, Arreguez y Ascárate muestran los dibujos que realizaron los ilustradores Ricardo Heredia y Héctor Palacios la gaceta/ foto de josé nuno CADA UNA CON SU RETRATO. Carrizo, Pecci, Arreguez y Ascárate muestran los dibujos que realizaron los ilustradores Ricardo Heredia y Héctor Palacios la gaceta/ foto de josé nuno
10 Octubre 2019

Intensos. Así fueron los dos turnos de ocho minutos libres que tuvieron anoche las cuatro candidatas a diputadas nacionales en el debate de “Panorama Tucumano”. En el “primer round” quien se movió a sus anchas fue Alejandra Arreguez, la referente del Frente de Izquierda Unida, que provocó las reacciones de todas sus contendientes, ya que cuestionó a las fuerzas políticas adversarias por igual. Fue la voz cantante, dijo lo que quiso y prácticamente ocupó la casilla del medio en la discusión.

Acusó duramente, y en especial, a la representante de Fuerza Republicana, Nadima Pecci, más que nada por la expresión partidaria que esta integra y desde el plano ideológico, sosteniendo que el líder de FR -Antonio Bussi- fue un “genocida”, al que acusó por los desaparecidos en el país. Pecci, en este tramo, fue la que más le replicó, aunque por momentos no se escucharan. Entre las dos fue el duelo verbal más duro.

A la dirigente del Frente de Todos, la ex diputada nacional Mabel Carrizo, le enrostró que el gobernador, Juan Manzur -al que tildó de “hipócrita”-, “permitió que muriera una niña”. Carrizo, que pareció nerviosa por momentos, atinó a quejarse de que no se aprovechase el tiempo para exponer propuestas y se muestre una imagen que no favorecía el debate. “Chicas”, exclamó en un momento y defendió al postulante a presidente del FdT, Alberto Fernández: “vamos a dar contención social frente a la crisis que deja Macri”.

A Lidia Ascárate (Juntos por el Cambio), Arreguez -que portó un pañuelo verde en su muñeca izquierda- le reprochó integrar una expresión política que está en contra del aborto legal. La radical -hermana del legislador electo, Ricardo Ascárate-, que en este primer round permaneció en silencio gran parte de la discusión, salió a replicarle y defendió la gestión de Patricia Bullrich (ministra de Seguridad) y de la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, en cuanto al ataque al narcotráfico y a la política contra la inseguridad.

El aborto legal y la defensa de las dos vidas fue sobre lo que más intensamente se discutió en este tramo y que enfrentó a Arreguez con el resto de las postulantes. “Reivindico los 30.000 desaparecidos”, dijo en otro momento para cuestionar a FR. “No fueron 30.000”, respondió Pecci, que llevó un pañuelo celeste en su brazo derecho. “Hay que mirar para adelante”, añadió.

El segundo round, o los segundos ocho minutos, fueron igual de tensos que los primeros, aunque esta vez las que se trenzaron verbalmente de entrada fueron Carrizo, la esposa del ex legislador Jesús Salim, y Ascárate. La peronista fustigó en la persona de la candidata de Juntos por el Cambio al Gobierno nacional y fue dura con el ex ministro de Economía, Nicolás Dujovne, al que calificó de “degenerado” por tener dinero depositado en el exterior. La radical tomó la palabra para salir en defensa de Macri. “Fue el Presidente más federal, el que le repuso los fondos que Cristina (Fernández) no les daba a los gobernadores, que se arrodillaban frente a ella”. “Eso es mentira, como el Plan Belgrano, puro humo”, interrumpió Carrizo.

En ese instante, cual si estuviera esperando que mencionaran dicho plan, la radical se cruzó frente a las cámaras hasta la tarima de la peronista para entregarle una carpeta con obras realizadas con esa iniciativa. Carrizó sonrió y la desafió a que diga una obra que se haya realizado en la provincia. Ascárate le recordó el jardín de infantes que el Presidente inauguró recientemente en Tafí Viejo “con los bolsos de Báez (sic)” y la planta potabilizadora de Las Talitas. “Sólo una escuela, un jardín, en cuatro años”, deslizó en tono irónico Carrizo.

Arreguez, alzó la voz y fustigó a las dos candidatas de las principales fuerzas: “son cómplices, el Gobierno nacional y el peronismo, del ajuste más brutal que se hizo en el país”. Luego, cuando Pecci pudo hacerse oír, le objetó a Ascárate que Juntos por el Cambio lleve a un peronista como Miguel Pichetto, como candidato a vicepresidente y a Domingo Amaya para la diputación nacional, “alguien que le puso el nombre de Néstor Kirchner a una avenida”. “Son lo mismo”, agregó refiriéndose al Frente de Todos y a la coalición oficialista. “Kirchnerismo puro y kirchnerismo blanco”, añadió.

“¿Por qué deberíamos creerles ahora?”, se preguntó Arreguez aludiendo a la coalición peronista y a la alianza oficialista, para seguir descalificando a las dos fuerzas, pidiendo el voto por Nicolás del Caño. Ese instante fue aprovechado por Pecci para involucrarse con una sonrisa y decir con ironía: “coincido”, cuando en todo el debate fueron las que más enfrentadas estuvieron. “Somos la única alternativa”, sentenció.

Estos segundos ocho minutos no tuvieron la tensión de los primeros, aunque siguieron cruzándose entre ellas, tratando de mostrar que son diferentes desde lo ideológico y desde las propuestas que defienden.

Cuando LA GACETA les preguntó con quién sintieron que se diferenciaron más en este tiempo, Arreguez dijo: “me ofusqué con la bussista por la impunidad conque reivindica la dictadura”. Ascárate señaló: “me molestó que no se escucharan”. Carrizo: “me sentí bien, de Arreguez sabemos que es así”. Pecci se molestó más con la candidata de la izquierda: “no dejaba hablar”.

Qué transmitieron las candidatas

Por Hugo lescano / director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal

En el debate se evidenciaron emociones en tono desafiantes de parte las candidatas hacia sus contrincantes y no dirigieron el discurso al televidente.

1 Alejandra Arreguez (Fit Unidad)

Tuvo el discurso más natural y acertivo

Acertibilidad y naturalidad fue lo que primó en su alocución. Fue la que tuvo el discurso más natural y acertivo. Hubo momento en los que mostró desprecio, sobre todo en los primeros ocho minutos de debate libre, pero la mayor parte mostró una gran consonancia entre su lenguaje no verbal y su discurso. Mostró las manos de manera permanente y también cierto carisma. Tuvo un paralenguaje bastante equilibrado, y habló de manera coloquial y comprensible.

2 Lidia Ascárate (Juntos x el Cambio)

Su emoción preponderante fue la irA

La emoción preponderante fue la agresividad, la ira. Lo pudimos ver en su gestualidad manual, con el dedo índice levantado. En algunos casos tenía ira expresada en su rostro, con el entrecejo fruncido. También hubo perlas: miró al centro y abajo, denotando vergüenza, cuando se habló de narcotráfico. Podríamos decir que le dio vergüenza mencionar a Macri. Cuando habló del aborto se sintió vulnerable y quiso compensar eso con dos golpes en el atril.

3 Mabel Carrizo (Frente de Todos)

Su cuerpo denotaba un nerviosismo muy intenso

Tuvo gestos ilustradores potentes, aunque el movimiento pendular de su cuerpo denotaba un nerviosismo intenso. Por momentos estuvo muy atada a lo que tenía escrito. En el primer debate golpeó sobre mesa con los gráficos, en un gesto de enojo. Cuando habló del FMI se mojó los labios en muchas oportunidades, eso denota nerviosismo extremo. Cerró los ojos varias veces, en un intento de concentración. Se mostró más segura sobre el final.

4 Nadima Pecci (Fuerza Republicana)

Tuvo un tono natural, pero teñido de ira todo el debate

Se ancló en la lapicera. La tomó y eso le permitió liberar la tensión que le producía hablar, especialmente cuando se habló de narcotráfico. Tuvo un tono natural en la conversación, aunque teñido de enojo y de ira todo el debate. Hacía un esfuerzo por disimular el desprecio, pero salía a la luz, en especial cuando se dirigía a Arreguez. Cuando habló de medioambiente hubo un cambio en sus emociones: mostró equilibrio y gestualidad armónica.

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