Cartas de lectores
07 Octubre 2019

CAMPO NORTE

Como bien dice el Editorial de LA GACETA del 5 de octubre, fue la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, por iniciativa de su presidenta, Teresa Piossek Prebisch, quien en 2014, desde la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, propuso la creación de un “Parque Botánico del Bicentenario que tuviese especies autóctonas”, proyecto que se volvió a presentar en febrero de 2016. La “cuestión Parque Norte” fue preocupación constante por todos los medios de comunicación de la presidenta de la junta de ese entonces con el apoyo de sus miembros. Pero así las cosas, vemos que pasa el tiempo y ese excelente proyecto queda en la nada. Sería bueno que hoy, que nos preocupamos tanto por la preservación de la naturaleza, del medio ambiente y del cambio climático se retome el tema. Un parque botánico proporcionaría a la ciudad un gran espacio natural con nuestras especies botánicas. Es una pena que estas propuestas importantes para Tucumán, como muchas otras de diversas instituciones y de ciudadanos, queden en el olvido de los poderes públicos.

Sara Peña de Bascary

SHUNKO Y TOMÁS ELOY MARTÍNEZ

A 70 años de la primera edición de “Shunko”, de Jorge W. Ábalos, me parece oportuno recordar que en esta novela aparece un poema del joven Tomás Eloy (no aparece el apellido Martínez). La duda que se podría plantear quedó aclarada el 18 de julio de 2007, cuando el consagrado novelista Tomás Eloy Martínez, invitado por LA GACETA, pronunció una conferencia en el Centro Cultural Virla. Durante las consultas del público confesó ser el autor de “Lamentación por Ana Vieyra”, que se incluye fragmentado en el Capítulo XI de “Shunko”. Ana Vieyra es una pastora de 13 años, compañera de Shunko, que tenía una especial habilidad por el dibujo. En uno de los momentos más dramáticos, la niña que cuidaba su rebaño muere arrastrada por el río cuando intenta salvar a una oveja. Ábalos cuenta que le relató este episodio al poeta Tomás Eloy, quien agobiado por el insomnio se levantó de madrugada y escribió el poema: “No encenderá tu amor, como la oveja, el viento en los vellones fugitivos, ni tu perfil de alondra en las espumas, de un verano desnudo”.

Ramona S. de Brunetti

CRISIS

Esta carta se origina al leer la nota del señor Bravo (Crisis I). A tal fin felicito su suerte por haberle otorgado ese espacio para criticar al Gobierno nacional. En su extendido texto se pregunta: “¿cómo hacemos para llegar hasta el momento de entregar el poder al futuro presidente...?”. Pues le contesto: que la Justicia termine con tanta impunidad y les embargue a todos los delincuentes políticos de la dékada ganada, desde la ex presidenta, gobernadores, intendentes, gremialistas, choferes, jardineros, etcétera, y usted verá que los bienes recuperados permitirán pagar nuestras deudas y nos sobrará dinero. De paso, lo felicito nuevamente por su instinto clarividente al nombrar a quien, para usted, será el futuro presidente. Debería ofrecer sus servicios si tan seguro está. Así, el país se ahorraría gastos superfluos en elecciones cada dos años.

Julio César Pérez

EL FMI, MACRI Y TRUMP

Nada es eterno, hasta las amistades relatadas como sinceras y sólidas, en algún momento se esfuman. Es lo que le paso al presidente, Mauricio Macri, en su relación casi carnal con Donald Trump. Al inicio de su gestión como mandatario de los argentinos, Macri relataba ante un grupo de gobernadores que el presidente del país del Norte lo había llamado “amigo”. Se regocijaba porque, en algún momento, Trump le habría susurrado al oído, que “el modelo de Argentina es el futuro…”, al tiempo que lo felicitaba por “el liderazgo y las medidas audaces que ha tomado…”. El 17/05/18, le recalcó, “…excelente trabajo, felicitaciones para ti…”. Estas adulaciones tienen cierta similitud con un dicho popular: “… alaba al inepto, y lo verás entregar el patrimonio nacional…”. En realidad, Trump estaba adulando a Macri para empujarlo al fango del endeudamiento, y luego imponerle sus condiciones. Para eso usó al FMI, un organismo internacional de crédito, que en el mundo tiene la tarea de garantizar los grandes negocios comerciales y financieros de las potencias más poderosas del planeta, dejando a su paso sólo hambre y desolación a los países que recurrieron a su ayuda. El fracaso de Macri como presidente hizo reaccionar rápidamente a Trump, quien en el acto utilizó los servicios del director interino del organismo de crédito, David Lipton, para transmitirle que ya no le tenía la confianza ni el aprecio de antaño, que en el léxico popular significa: ya no somos amigos. El mensaje fue cortito y contundente, “se suspende el envío de los U$S 5.400 millones que faltan”. Fue un portazo para Macri, porque los cuatro años de su mandato se los pasó criticando los 70 años de gobiernos populistas en Argentina, pero nunca se refirió a los 70 años del FMI que a su paso por el mundo sólo dejó desastres y hambre en los pueblos. Cuando pudo reaccionar, después de semejante noticia, el jefe de Estado argentino sólo atinó a decir, tímidamente, que él había cumplido con todos los compromisos asumidos con el FMI, y que en realidad no le preocupaba que llegaran o no los dólares que faltan del acuerdo, una de las más atroces mentiras de Macri respaldada por un dólar sin control, una cesación de pago encubierta. Todo esto pone en evidencia que el apoyo del FMI no fue precisamente por las condiciones de estadista de Macri. Fue una orden del presidente estadounidense al organismo de crédito. Las declaraciones de un ex economista del FMI, Kenneth Rogoff, lo confirma, cuando menciona que “Trump presionó al FMI, para que lo financie a Macri…”, no a la Argentina.

José Emilio Gómez

POBREZA ARGENTINA

Es notable la pobreza. Ayer, los índices eran altos; hoy ya son una vergüenza. Es intolerable. Esto nos lleva a una crisis moral, porque en un país que está en estas condiciones, se siguen aumentando los sueldos quienes gobiernan la Nación de una manera agigantada, sin miramientos y flagelando al que menos tiene. En estos cuatro años, el trabajador fue humillado, castigado, sometido a sufrir, recibiendo sólo aumentos de sueldos que resultan migajas. ¿La Constitución no instrumenta cuánto ganará un funcionario o un representante del pueblo? ¿Merecen ganar lo que ganan?

Carlos Rubén Ávila

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