Por Gustavo Frías Silva
05 Octubre 2019
El suelo, para cualquier hombre de campo, es un recurso indispensable para los actuales sistemas tradicionales de producción, por lo que su cuidado resulta fundamental pensando en el futuro.
En otros países, donde los suelos son escasos, utilizan soportes inertes y todo lo que la planta necesita para crecer y desarrollarse. Así, el hombre utiliza toda la tecnología disponible para producir a través de un sistema como es la hidroponía.
En este caso, países muy desarrollados y que tienen el recurso suelo escaso, avanzaron muchísimo en la utilización de esta tecnología, lo que les permite producir una infinidad de cultivos y vegetales que, día a día, son más solicitados por los consumidores.
Japón, Indonesia, Nueva Zelanda, Australia e Israel son algunos de los países que más avanzaron en esta tecnología. Realmente deslumbra ver importantes superficies bajo invernáculo destinadas a producir una multiplicidad de frutas, verduras, granos, flores, especies arbóreas y otros cultivos, que ellos necesitan producir para no depender de otros mercados, o porque realmente lo producen por necesidad.
En general, es muy poco lo que se produce en el mundo para pensar en que algún día se pueda llegar a satisfacer las necesidades alimentarias globales. Pero, sin duda, se trata de una tendencia que avanza y que, seguramente, seguirá creciendo dependiendo de la demanda de estos productos, por lo que el suelo agrícola sigue siendo el caballito de batalla a la hora de producir alimentos.
Es por ello que el suelo es el soporte de toda vida, tanto animal como vegetal, que se da en la Tierra, y debe ser cuidado para que las generaciones venideras puedan producir sus alimentos, para ahora y para el futuro que los suceda en este planeta. En definitiva, el suelo permite la vida en todo el sentido de la palabra.
El impacto climático
Actualmente, el calentamiento global en la Tierra produce la elevación de las temperaturas debido a las emisiones de gases de efectos invernadero, provocando demasiada inestabilidad ambiental y variados fenómenos climáticos que perjudican al suelo y a todo ser vivo.
Éstos son algunos de los efectos que ya se están haciendo sentir en la Argentina, y en el mundo, y que podrían repetirse con intensidad creciente en los próximos años o décadas si es que no se logra, de alguna manera, morigerar los efectos perjudiciales de las acciones antrópicas que perjudican el ambiente y el suelo.
Es indudable que se debe seguir trabajando de manera incansable y consciente en evitar o disminuir acciones productivas, industriales y efectos provocados por el crecimiento poblacional, que originen gases de efecto invernadero y, de esa manera, no perjudicar más al planeta. Tomando de ejemplo nuestro país, desde hace varios años que los desequilibrios climáticos vienen generando sequías e inundaciones de manera reiteradas a lo largo del calendario y en diversas zonas del país.
Daños en Tucumán
En nuestra provincia, las lluvias torrenciales que causaron diferentes daños a cultivos y poblaciones, sumado a la aparición posterior de fuertes carencias de agua y altas temperaturas que afectan a distintos cultivos, con un ida y vuelta de estos fenómenos, a medida que pasa el tiempo nos deben servir para darnos cuenta de que el clima nos quiere decir algo.
Es importante comentar que, desde hace mucho tiempo, el sector agropecuario regional y nacional tienen desafíos diversos y numerosos relacionados con el desafío de producir conservando el ambiente, aspectos que deben ser profundizados para mejorar la forma de producir para que constituya una aporte más a la conservación del ambiente.
La siembra directa, es un hecho, pero debe ir acompañada de otras herramientas que ayuden a conservar los suelos y en este caso las instituciones de investigación agropecuaria vienen bregando en este sentido.
En esta edición de LA GACETA Rural abordamos la problemática del cultivo de maíz, que sirve como un gran eslabón en el sistema de rotaciones de cultivos que se deben realizar en nuestra región, en procura de conservar los suelos y ayudar al medio ambiente. Los presentes informes son parte de las investigaciones que lleva adelante la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).
Es importante que en el NOA se sostengan y se impulse avanzar hacia un mayor uso de las rotaciones con este tipo de cultivo para mejorar el sistema productivo, algo que se va logrando, año tras año, como sucede en el actual período, donde se sembró una mayor superficie con maíz respeto a las campañas pasadas, aun cuando las actuales condiciones de producción y comercialización del cultivo son, a veces, un impedimento para que los productores de la región se lancen a sembrar, aun sin importar su escala productiva.
Por suerte, la mayoría de los productores de Tucumán tomaron conciencia de la importancia real que tienen las rotaciones con gramíneas y de los beneficios que trae al sistema productivo de granos del NOA para evitar los efectos nocivos que provoca el monocultivo de soja.
Solo es necesario que se siga pensando, para nuestra región, que debemos ser tratados como una economía regional, y que en la toma de decisiones políticas agropecuarias consideren que tenemos condiciones agroclimáticas y geográficas diferentes, y que, de esa manera, se afiance a un cultivo tan importante como el maíz para cumplir con el objetivo de ayudar al suelo y al ambiente.
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