Pintaron la ola de dorado

Pintaron la ola de dorado

JUNTAS. Luego de las entrevistas, Paz y Podoroska encontraron el momento de calma para posar con la medalla.  JUNTAS. Luego de las entrevistas, Paz y Podoroska encontraron el momento de calma para posar con la medalla.

“Llamame en cinco minutos exactos que estoy haciendo el pool con los chicos”, respondió Mercedes Paz al primer llamado telefónico. Era un miércoles, siesta tucumana, “Mecha” ya se había sacado definitivamente el traje de capitana del equipo femenino de tenis que compitió en los Juegos Panamericanos y se calzó el de mamá. Pero Paz tiene tiempo, más aún, se lo hace porque quiere seguir contando lo que vivió en Lima. Ella tuvo una incidencia clave sobre Nadia Podoroska, la medallista de oro del equipo. “Dirigir tiene que ver con los sentimientos para mí. Si no llegás a alguien, no te entregás de la misma manera, pero sí ves que hay ese feedback, la confianza va creciendo”, sintetizó “Mecha” su filosofía.

Aunque ella consideró que fue complicado conocer a Podoroska en apenas siete días, pudo lograr lo que buscaba. “Su entrenador me decía que se sentía cómoda conmigo, pero fue todo muy express”, definió con una palabra justa. “Nadia sí ‘compró’ el mensaje que yo traté de darle de ser la abanderada del tenis femenino. Eso la agrandó. Después del partido me dijo: ‘Cuando sacaba match point, sabía que era por mí, pero también por todo el tenis femenino de Argentina’. Hay jugadoras a las que eso las presiona, pero ella tiene personalidad de líder”, especificó sobre su dirigida.

Antes de partir hacia la tierra peruana, la delegación argentina, con los varones incluidos, tuvieron un almuerzo, pero la medallista no estaba ahí todavía, ya que competía en Europa. No escuchó el discurso en conjunto de Paz, que en ese momento se transformó en una especie de capitana general. “Como era medio la veterana del grupo de tenis, tomé la palabra. Dije que una competencia, como los Juegos Panamericanos, es distinta: no gana el que tiene el mejor ranking sino el que sabe manejar la presión de representar al país”, reveló la intimidad del diálogo. Como un ritual, “Mecha” dio a todos los integrantes una cinta celeste y blanca. “Nadia se incorporó al grupo en la Villa. Tuvo el curso intensivo -se ríe-. Hicimos una especie de ceremonia en uno de los departamentos de la Villa, ahí le puse la cintita y le dije el mismo speech que a todos”, detalló la capitana. “A la final no la jugué con muñequera justamente para verla”, dijo luego en los reportajes Podoroska.

Pintaron la ola de dorado

Las metas

Para ninguna de las integrantes del equipo hubo exigencias de resultados. Si había que exigirle a alguna de las tres argentinas, era a Podoroska, que tenía el mejor ranking. “A Nadia nunca le hablé de medallas. Mi discurso fue que jueguen su mejor tenis porque, jugando de lo mejor, la medalla vendría por añadidura. En el tenis no hay que pensar en el punto que perdiste, ni en el futuro, tenés que pensar en el presente, en este punto”, reflexionó la primera ganadora de un título femenino para Argentina.

La rosarina hizo que el tenis argentino se sume a un presente particular, según Paz. “¿Por qué digo que este es un momento ideal? Porque hay toda una movida con respecto a la mujer. Su medalla nos sumó a la ola de la mujer, justo a tiempo”, advirtió Paz. La referencia de la ex tenista es hacia la gran visibilidad y el terreno deportivo que la selección de fútbol femenino logró tras 12 años de ausencia en un Mundial, también sumada la profesionalización de las futbolistas en varios clubes. “Si yo hubiese tenido que elegir desde afuera alguna circunstancia para ganar, hubiera elegido estas porque fueron perfectas. El partido fue épico, impresionante, tuvo todos los condimentos justos para que la gente lo viera y se enganche”, analizó Paz. “Hasta el horario nos favoreció. Nadie sabía quién era Nadia Podoroska. Creo que si hubiese sido un título del circuito profesional, la repercusión no hubiese sido tanta. Fue como ganar un Grand Slam”, contó con orgullo Paz.

Las expectativas de sumar con el tenis estaban depositadas en los caballeros que ganaron medallas, pero quizás del color que no se esperaba. “Hay que recalcar el espíritu de equipo que hubo. Los chicos fueron súper compañeros. Ellos eran las estrellas del equipo y tuvieron la humildad de darles el lugar que se merecían. Paz insistió: “este es el momento del tenis femenino hay que aprovecharlo y subirse a la ola”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios