Cartas de lectores
19 Julio 2019

INGENIO BELLA VISTA

Hace 50 años, el 19 de julio de 1969, el ingenio Bella Vista inició su zafra por primera vez. Desde 1966 la comunidad de Bella Vista había puesto freno al cierre de ingenios en Tucumán. El 22 de noviembre de 1968 se realizó en el Colegio San José la reunión convocada, a pedido de Atilio Santillán, para considerar la crisis por la que atravesaba el ingenio. Participaron representantes de los obreros, empleados, cañeros, profesionales, comerciantes, docentes y miembros de entidades de Bella Vista. En ese momento el ingenio había sido vaciado por la firma propietaria (Gettas - Fiad). Habían vendido todo el azúcar y el alcohol producido durante la zafra, más el cupo cañero de las tierras de propiedad de la compañía (4.500 hectáreas); y enajenado hasta las cadenas que se usaban para atar los paquetes de cañas. Además, estaban sin pagar los salarios obreros de cuatro meses; se debía a los cañeros, contratistas y proveedores del ingenio, como así también los impuestos nacionales, provinciales y municipales. Los responsables de la empresa hicieron abandono total del ingenio, que quedó a cuidado de los trabajadores. Ese día, 22 de noviembre, se formó la Comisión Pro Defensa, presidida por el cura párroco, Francisco Hilario Albornoz; vicepresidente fue Marcelino Ledesma; secretarios, Manuel Roberto Valeros y Raúl Oscar Chabán; tesorero, Eduardo Yubrín, y la integraban Atilio Santillán, Víctor Manuel Ocaranza, Julio César Lezcano, Luis Zapata, Carlos Corbalán, Damián Suárez, Matías Romano, Ramón Vera y Ángel Saifan, en representación de los cañeros. El 5 de diciembre de 1968 la Comisión entrevistó al secretario de Comercio de la Nación, Raúl Peyceré, quien respondió: “el gobierno no modificará la política azucarera que aplica”, y se refirió a la sangría que significó para el pueblo argentino la permanente subvención a Tucumán. El asesor presidencial, ingeniero Huber, manifestó que “en Tucumán no subsistirán más de ocho o nueve ingenios”. La Comisión elaboró un plan de movilización; el 15 de enero de 1969, más de 10.000 personas reclamaron en un acto la continuidad del ingenio; desde el 23 al 26 de enero 36 personas hicieron una huelga de hambre en el hospital del ingenio. Se realizaron actos en San Miguel de Tucumán y se detuvieron trenes en Bella Vista; la población no se censó ese año; se enviaron más de 2.500 cartas de jefes de familia a la Presidencia de la Nación, y los padres no enviaron sus hijos a las escuelas. El 2 de marzo se anunció para el jueves 13 la marcha sobre San Miguel de Tucumán de la población de Bella Vista, de la que participaron hombres y mujeres, chicos y grandes, sanos y enfermos, encabezada por sus dirigentes y una bandera nacional, símbolo del patriotismo del pueblo. El anuncio de la marcha preocupó al gobierno: el 7 de marzo, el director nacional del Azúcar, Guillermo Arechaga, convocó a Buenos Aires a la Comisión; asistió una delegación integrada por Santillán, Manuel Valeros y Lisandro Caballero. Allí les manifestaron que: “si bien el gobierno estaba dispuesto a que Bella Vista moliera ese año, de ningún modo lo haría en forma directa”. Dijo que se trataba de una salida de emergencia y que la Comisión debía formar una sociedad. El 9 de marzo, en una asamblea en el Colegio San José, se resolvió por unanimidad aceptar el ofrecimiento y se dispuso constituir una Cooperativa con los trabajadores del ingenio. Por otro lado, la Caja Popular de Ahorros arrendó el ingenio y junto con la Cooperativa de Producción Bella Vista Ltda. realizó las zafras. El 19 de julio de 1969 comenzó la zafra con un acto al que asistió el gobernador de facto, Jorge Nanclares. La misa la celebró el Arzobispo de Tucumán, Blas Victorio Conrero, presidida por la imagen de San José Obrero.

Manuel Roberto Valeros

SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO

Señora ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich: A su anuncio sobre la creación de un Servicio Cívico Voluntario de Jóvenes de entre 16 y 20 años, lo tomé con preocupación y con miedo, pero también con la certeza de que ustedes vinieron con un plan y lo están ejecutando sin desviarse un milímetro. Quizás -en ocasiones- debieron disminuir la velocidad y utilizaron ese falso gesto de humildad que llamaban “prueba y error”, el que no era otra cosa más que un artilugio para anestesiar el humor social y amortiguar a las víctimas de su perverso plan. Dice la Resolución 2019-598-APN-MSG: “Que desde el Ministerio de Seguridad, el compromiso con los jóvenes consiste en trabajar por una Argentina sin narcotráfico, donde el resguardo de la vida y la libertad de quienes podrían encontrarse en situación de vulnerabilidad social sea prioritario; por ello, el Servicio Cívico Voluntario en valores nace como una herramienta para brindar oportunidades de formación a los jóvenes a través de los valores democráticos y republicanos, que suponen compromiso cívico para que conozcan sus derechos y sus responsabilidades, sus capacidades y potencialidades personales, el sentido del deber, la capacitación en nuevas destrezas y habilidades, el compromiso con el bien común y el estímulo a capacitarse continuamente”. Señora ministra: no puedo más que dudar de las intenciones de este engendro que acaban de parir y las preguntas surgen sin esfuerzo alguno. ¿No cree que las “oportunidades” nacen desde el hogar; desde el entorno social y desde el acceso de los padres y madres a un trabajo y un salario dignos? ¿No considera que son la escuela, el colegio y la universidad (públicos), quienes forman ciudadanos cabalmente conscientes de sus derechos y obligaciones? ¿De qué nuevas “destrezas y habilidades” habla la resolución, señora ministra, que no estén ya contempladas en los actuales programas de estudio? Muchas preguntas, pero ninguna duda desde mi óptica, porque los valores que ustedes pregonan son diametralmente opuestos a los que en casa transmitimos a nuestros hijos; porque el modelo económico de entrega nacional que su gobierno ejecuta, solo cierra con represión, y es por eso que quieren que sea Gendarmería y no la escuela y la familia quienes formen ciudadanos. Tuvieron miedo de usar la palabra maldita, pero no tengo dudas de que estuvieron a punto de llamarlo Servicio Cívico Militar, porque lo llevan en la sangre, en su ADN. Ahora buscan mano de obra para más represión, pero -como lo hicieron siempre- buscando la complicidad civil, complicidad que puede ser consciente o inconsciente; después de todo, quiénes mejores que ustedes conocen eso de “a río revuelto...” Y ahí salta el engaño, señora ministra, a todas luces, sin dejar lugar a dudas: el Plan Cóndor II está en plena ejecución, con entrega del país y de sus riquezas (al imperialismo siglo XXI y al FMI); con una promoción del odio a hermanos latinoamericanos y con la creación del supuesto “enemigo interno”. Ustedes son “argentuza”, hablando de argenzuela; neoconservadores, instalando el neocoloniaje. Abran el Estado al servicio del pueblo, señora ministra y, para la juventud, habrán escuelas, clubes de barrio; bibliotecas populares y acceso a ciencia y tecnología. Ya verá qué ciudadanos se formarán, aunque dudo que estos cumplan con el perfil por ustedes soñado.

Javier Guardia Bosñak

EL RECUERDO DEL SERVICIO MILITAR

Agosto se acerca y me trae el recuerdo de la “colimba” (ex Servicio Militar Obligatorio): el largo viaje en el tren militar rumbo a la Capital Federal, 18 años de edad y grandes expectativas. Fue una vivencia muy singular, única e irrepetible, me esperaba en la Armada Argentina a cuyo encuentro partía. Mi llegada a Buenos Aires, el “rape” a mi cabellera (rapado es el corte de pelo que sigue la forma del cráneo no dejando ningún pelo, es decir llegando a afeitar el cráneo), la dolorosa vacuna en la espalda y el silbato que mandaba. Las altas camas cuchetas, las noches cortas, el ritmo de vida cambiante y las energías despiertas en forma vibrante; corriendo, saltando, arrojándome al piso; la tierra pegada en mi piel y mis ojos, gritando como cuando era niño. De pronto me encontré con mi corazón latiendo aceleradamente, comiendo vorazmente como nunca lo hice, y conociéndome velozmente, como tal vez nunca lo quise. Así dejaba atrás mi niñez, de a ratos, alegre; de a ratos, triste; con nostalgia de mi casa y asombro por el Río de la Plata. Aún recuerdo las largas filas para entrar al baño con la panza apurándome, y al viento castigándome en la cara, las manos y las orejas; el mes de entrenamiento duro y, a continuación, mi destino final: la aventura sin igual de aprender a amar a mi Patria, a mi casa, y a mi tierra lejana; a las cartas que llegaban, al Himno Nacional Argentino, a mi Bandera Nacional, a las marchas y al toque de silencio que callaba; al respeto a la Bandera que se alzaba, y al compañero que compartía la parada. Dieciocho meses vestí de marino con el viento del sur como testigo.

Daniel E. Chávez

“DESCUIDISTAS”

En estos días se difundió por LA GACETA y otros medios, el recurrente tema de las “mecheras” (una endemia instalada en la zona céntrica desde años atrás). En Estados Unidos, cuando se instala un delincuente reiterativo, pedófilo, violador serial, etcétera, se pone sobre aviso a los vecinos incluso publicitando su imagen. Acá, según se aprecia, son siempre las mismas y mismos, a quienes los comerciantes y la misma Policía tienen identificados perfectamente, incluso se burlan de ellos. Todo esto nos indica que hay que modificar algo: llámense leyes, decretos o lo que sea, porque al poco tiempo (horas tal vez), están en lo mismo. Esto nos lleva a la siguiente reflexión: con la milésima parte que costaron los pasacalles y afiches proselitistas, con imágenes de candidatos sonrientes luciendo sus dentaduras perfectas, se podría empapelar la provincia con fotografías de este tipo de delincuentes, para que el ciudadano común los conozca y se puedan evitar desagradables situaciones.

Alberto Antonio Segulja

PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

Con cierta pena, más que enojo, leo versiones e informaciones acerca de futuras demoliciones en la ciudad. Reconforta, también, leer opiniones contrarias a las decisiones, no siempre acertadas, de echar abajo parte de nuestro patrimonio arquitectónico. Es mi opinión, más como tucumano que como arquitecto, que se deben poner en claro ciertas premisas a ese respecto. El viejo local del ex cine Edison, aún siendo un sencillo ejemplo del “art deco”, no puede ser considerado más que una construcción añeja, que nada agrega al mentado patrimonio. La misma opinión me mereció el tan discutido edificio de San Martín al 700. Ya demolido por peligroso, sólo queda esperar que su reemplazo no sea otra jaula vidriada (no vivimos en Oslo). Sí, en cambio, me cabe rogar a quien pueda corresponder, que la simpática Capilla del Buen Pastor, en Mendoza al 800, no sufra la triste suerte de ser tan sólo una foto en páginas futuras. Su estructura no corre peligro, su belleza es innegable, y su jerarquía de lugar de culto debiera preservarse. Nada se perderá si se conserva; pocas serán las ventajas de demolerla.

Ignacio Páez de la Torre

EMPANADAS TUCUMANAS

Realicé el Servicio Militar en Tupungato (Mendoza), en plena precordillera. Me pusieron de barman en el Casino de Suboficiales; a los pocos días me pasaron a cocinero con dos tucumanos como ayudantes. De a poco fuimos imponiendo nuestro menú. Nuestras madres, por correo, nos mandaban las recetas. Era obligación, una vez por semana, preparar nuestro locro pulsudo, estofado picante de mondongo, “sánguche” de milanesa, siempre, y domingos, fiestas y otros eventos nuestra especialidad: empanadas tucumanas (de piernas abiertas), fritas y horneadas. Llegamos a prepararlas para los oficiales y la plana mayor del Ejército en Mendoza capital. La empanada mendocina era de carne molida, abundante cebolla y aceitunas. Esta historia a se remonta a 40 años atrás. Hoy (días pasados), en un concurso organizado por los porteños salió campeona nacional de la Empanada una mendocina, utilizando la aceituna como uno de sus ingredientes principales... ¡Qué locura es esta! dirán nuestras campeonas, y si viviera Doña Sara Figueroa les daría cátedra en hacer empanadas. Sin desmerecer a las cuyanas, esto es ofensivo para las norteñas. Es como competir y ganarles a los mexicanos a hacer tacos, a los “tanos” a hacer pizza, a los chaqueños a cebar mate y a los mendocinos a hacer vino. ¡Cada uno con su cada cual!

Francisco Amable Díaz

Pedro G. Sal 1.180 - Barrio 20 de Junio
San Miguel de Tucumán


ATENTADO A LA AMIA

Hoy 18 de julio (ayer) se cumplen 25 años del tremendo atentado a la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), y como argentinos debemos rendir sentido homenaje a nuestros 85 conciudadanos que fueron asesinados por una organización terrorista y posiblemente con la anuencia de los gobernantes de turno. Acompañamos a sus familiares y amigos. Lo que es indignante es que, hasta la fecha, la Justicia no ha podido determinar a los responsables de tal crimen. Gobiernos posteriores intentaron, mediante un memorándum firmado en la ciudad de Alepo (Siria), conjuntamente con líderes de la República Islámica de Irán, borrar este crimen, no solo el atentado en sí mismo, sino también a nuestro país en un acto de traición a la Argentina. En la confianza de que en un futuro cercano la Justicia castigue severamente dicha masacre, que ha mancillado a nuestro querido país y demostrar que la Justicia existe (una justicia lerda deja de ser justicia y se convierte en injusticia). Recordemos que algunos años atrás también, al parecer, esa misma organización atentó contra la sede de la Embajada de Israel en Buenos Aires y también con el resultado de muchas víctimas. Estos dos crímenes no pueden quedar de ninguna manera impunes y el actual Gobierno nacional debe, como un acto de reparación a los familiares de las víctimas, investigar y lograr un esclarecimiento de dichos crímenes y traiciones, en bien de nuestra querida Patria. Agradezco a LA GACETA por brindarnos este espacio.

Carlos Jorge y Mirta Dumit

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