Ochavas en las esquinas

Ochavas en las esquinas

La medida municipal se estableció en 1911.

ESQUINA DE LA CATEDRAL EN 1900. Uno de los pocos edificios que no cumplieron, en 1911, con el ochavado. ESQUINA DE LA CATEDRAL EN 1900. Uno de los pocos edificios que no cumplieron, en 1911, con el ochavado.

En nuestra ciudad capital, hasta los primeros años del siglo que pasó, los edificios de las esquinas de las calles terminaban en aristas. Esto hasta que la Municipalidad sancionó la Ordenanza General de Construcciones, promulgada el 2 de diciembre de 1911 por el intendente Eduardo Paz. Allí se dispuso la obligatoriedad de las ochavas, entre muchas otras disposiciones que buscaban modernizar a San Miguel de Tucumán.

En la extensa norma, los artículos 40 al 42 se referían a las ochavas. Se declaraba “de utilidad pública para el Municipio, la formación y ensanche de las ochavas en las esquinas que forman la encrucijada de las calles”. Establecía que el Departamento Ejecutivo procedería a efectuarlas, “a medida que se solicite la construcción de nuevos edificios y cercas; la reedificación de los existentes; la construcción de pisos altos o la excavación de sótanos que lleguen hasta la línea municipal; o refecciones en el frente que impliquen un aumento de seguridad del edificio”,

Disponía asimismo la ordenanza, que “el frente de las ochavas de los edificios que forman esquinas, será de 6 metros 65 centímetros, debiendo concederse la línea de la ochava, libre de derechos, a cambio de la expropiación”. Y, “en los casos en que se proyecte redondear el ángulo de los edificios que forman esquina, la parte más saliente de la curva quedará 2 metros 50 centímetros del punto de intersección de las líneas de las calles”.

Desde entonces, las ochavas se fueron generalizando en las esquinas de la ciudad. En el centro, una notoria excepción sería la esquina de la Catedral, en 24 de Septiembre y Congreso, donde falta la ochava.

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