El productor maicero eligió buenos híbridos y logró soportar la presión de las malezas

Este fue un año húmedo para el maíz con un puente de lluvias entre octubre y noviembre, algo nunca visto; hizo que las siembras de soja se atrasaran, por lo que, lógicamente, el maíz no se sembró en tiempo y forma, no por falta de agua, sino porque los tiempos se amontonaron, explicó Daniel Gamboa, técnico del Programa Granos de la Eeaoc.

Hay empresas que lograron sembrar ambos cultivos, pero no se da en muchos casos por lo que los productores siembran primero la soja y luego sigue el maíz, por lo que dejó un callejón de tiempo más corto para la siembra de la gramínea estival, agregó.

Gamboa comentó que “este año se peleó mucho con los barbechos, ya que fue un año con muchas malezas, sobre todo en aquellos lotes que venían sin trigo o sin haberles realizado el barbecho de invierno”. Hubo al principio del ciclo de cultivo una fuerte presión de plagas, debido a que hubo un puente verde que hace que los insectos estén presentes, dijo. Se dio mucho la presencia de chinches, debido a que no se hace generalmente la aplicación de curasemillas para este propósito y el productor, en general, controla cuando lo ve al insecto. Este año por la falta de piso algunos no pudieron controlarla”, explicó el investigador.

Reconoció que “este insecto está siendo un problema, por lo que estamos trabajando en esta plaga para que el productor pueda controlarla de manera más eficiente. Este insecto está atacando apenas nace el maíz, lo pica en el ápice y con las toxinas que incorpora hace que el maíz pierda su dominancia apical y se forme una roseta. Esta sintomatología va desapareciendo a medida que el maíz crece y se va desintoxicando, lo que permite cierta recuperación, pero se da una pérdida de rendimiento”.

En Monte Redondo se dio este ataque con daños que van desde el 3% al 10%, por lo que decidimos evaluar este daño, señaló.

Añadió que este año se vio mucho ataque de espiroplasma y micoplasma que se dio por zonas, con una sintomatología parecida a la anterior, donde la planta va peleando hasta que generalmente se recupera, pero también hay disminución de rindes. “Este problema empieza a aparecer por ser endémico y al aumentar la rotación y la frecuencia con maíz; es un tema que siempre lo tratamos en los talleres y vemos que produce ciertos problemas”.

“Sí debo decir que los productores están manejando mejor la fertilización, están haciendo muy buenas siembras, los temas de malezas fueron resueltos y no se ven grandes escapes en el control de los yuyos. Sin duda que, a pesar de la gran presión de malezas que hubo, están pudiendo manejarlas”, destacó. “Sí se dan malezas al final del cultivo, por lo que estamos trabajando en ver la forma de sembrar algo como cultivo de servicio. Se lo siembra volando al maíz antes de cosecha y al nacer compite con la maleza. Este sistema es algo que en el país avanza; hoy hay cerca de un 12% que se hace sobre el maíz, y en nuestra región muchos ya lo hacen”, indicó.

Se ven buenos maíces, pero es prematuro hacer pronósticos de cosecha, sobre todo porque todavía es muy poco lo que se trilló. Este año hubo fuerte presión de enfermedades -de hojas y de espigas,- pero todavía sin evaluación ya que aún no se largó la trilla.

Seguramente se darán rendimientos como los que se dieron la campaña pasada, que fue en muchos casos una sorpresa, pero todavía debemos esperar para hablar de rendimientos. Este fue un otoño muy duro en cuanto a precipitaciones, por lo que deberíamos decir que será también duro en cuestiones sanitarias, pero debemos esperar a que la trilla avance.

Este año el productor eligió bien los híbridos y fertilizó adecuadamente, entendió las ventajas que da al sistema el uso de la rotación; está trabajando muy bien en la ambientación de este cultivo, tomando mediciones de parámetros muy importantes en la toma de decisiones técnicas que hacen a esta nueva metodología. El maíz está ya presente en el sistema productivo del hombre de campo, pero hay que acomodar algunas cosas como el costo del flete, que acciona negativamente, y ver la mejor forma de incorporar valor agregado.