Vida y obra del ángel caído Jacobo Regen

PROYECCIÓN

• A las 21 en la sala Hynes O’Connor (San Martín 251).

Una premisa guió el segundo documental de Fabián Soberón en su ciclo Poetas del Norte, que estrenará hoy en la sala Hynes O’Connor del Ente Cultural, dedicado al escritor Jacobo Regen, fallecido en enero a los 89 años.

El desafío del director fue “cómo narrar el perfil de un poeta lírico que le da la espalda a la tradición poética paisajística de Salta”. “La cuestión clave fue la elección del punto de vista. Elegí la figura del ángel, presente en la poética de Regen, para elaborar lo narrativo y audiovisual. Cuando escribimos un guión nos preguntamos quién narra. En ‘Alas’, el narrador es un ángel. Y esa elección organiza y condiciona la puesta en escena”, le señala a LA GACETA.

Regen nació en Campo Quijano (Salta) y entre sus textos se destacan “El vendedor de tierras”; “Seis poemas”; “Canción del ángel” (Premio Ricardo Jaimes Freyre); “Umbroso mundo”; y “Canción del ángel y otros poemas”, aparte de una antología poética publicada por el Fondo Nacional de las Artes, cuentos y artículos periodísticos.

Soberón precisa que, si bien el filme narra el perfil del poeta, es además una mirada crítica sobre su obra. “Tengo la impresión de que Regen es un autor leído en Salta, principalmente. En Buenos Aires es menos leído. En ese sentido, el documental funciona como un homenaje y como un claro difusor de su figura y de su producción, porque más allá de la falta de reconocimiento fuera de su zona, Regen es un poeta mayor, uno de los líricos centrales de la poesía argentina”, subraya.

Tucumán es la tercera parada de “Alas”, en cuya creación también participaron Laura Namur, Francisco Manzano, Leandro Herrera, Antonella Leccese, Victoria Estrella, Juan Aguilar, Nicolás Sarniento, Matías Agüero y Agustín Espinosa. Antes tuvo un emotivo debut a sala llena en una sala salteña (donde hoy se la repondrá) y luego se proyectó en la Feria del Libro y en la librería Caburé de la Capital Federal. El derrotero la llevará nuevamente a Buenos Aires, a Rosario, a Comodoro Rivadavia y a Reikiavik, la capital de Islandia.

La figura metafísica del ángel, a criterio de Soberón, propone una tendencia en el lirismo argentino. “¿Cómo se define el ángel de Regen? ¿Se puede ver a través de su sombra? Si el ángel es etéreo, liviano, ¿cuánto pesa su sombra? El poeta puede ser visto como un ángel terrenal, un ser mixto, suburbano, perdido en la perfección de los versos: no tiene cielo. Tiene caída inevitable -alerta el director-. Lo único que ve es su sombra y siente el vértigo de la caída”.

El cineasta se interroga sobre qué puede diferenciar al Regen ángel de un humano: “su caída es más larga, en picada; es liviano y frágil, más frágil, más sensible, está menos preocupado que los mortales en las cosas de este mundo, pero cae en el mundo”. “Su vocación es la luz pero termina siendo sombra. Su caída lo deja, o lo puede dejar, en la oscuridad final. En la tradición cristiana, un ángel es un anunciador, un mensajero, alguien que trae el mensaje de Dios. Pero en su poesía eso no se cumple. Si el ángel vuela en el poema, ¿qué anuncia? ¿Acaso el poema anuncia el futuro? El ángel de Regen anuncia su propia caída”, concluye.