22 Enero 2019
EN TOTAL ABANDONO. En el suelo se ven los restos de lo que alguna vez fue la cerca que cerraba el baldío. la gaceta / foto de Analía jaramillo
Un enorme baldío, ubicado sobre calle José Ingenieros, entre pasaje Belisario López y avenida Sáenz Peña, está causando desagradables inconvenientes a los pobladores del lugar, debido a que en el lugar hay muchas alimañas, las malezas están demasiado altas y hasta sirve de escondite a personas sin hogar.
Sobre las vías del tren, a pocos metros del baldío, Joaquín Lauricela paseaba su perro, un labrador color canela, y mirando el terreno abandonado, expresó: “lo están usando como basural, vienen los carritos y tiran residuos, habría que hacer algo al respecto. Soy vecino y se ve un poco de todo en ese baldío. Yo no tengo miedo cuando paso por acá, porque soy de la zona, pero para otros es peligroso”.
“En la oscuridad”
En una casa a 10 metros del baldío, se bajaba del auto Amalia Honrubia. Se quejó de la falta de consideración del dueño para con los vecinos. “Personas desconocidas aprovechan la oscuridad para hacer lo que quieran (drogarse, tirar basura, usarlo como baño...). Cuando vengo de noche me da miedo pasar por ahí porque está tan alto el pasto que no puedo ver y te pueden hacer la “cama”, más hoy en día, que está a full la inseguridad”, describió.
Además, hay un caño de agua que está roto y pierde agua constantemente, lo que hace difícil el paso por la vereda en el sector de avenida Sáenz Peña. “El agua ha carcomido la vereda, además de que también hay pasto que estorba el paso de los transeúntes. Yo ando con un bebé, y tengo que bajar a la calle, con todos los autos que me pasan rozando y corriendo el riesgo de que me atropellen. Es un peligro”, enfatizó Honrubia. Añadió que se denunció a la SAT la pérdida de agua, para que, al menos, corte el suministro”.
Alimañas
Otro vecino, Fernando Salazar Pérez, dijo: “me molesta, porque se mete gente a dormir de noche y no sabemos quién es. No puedo salir a jugar con mis hijos ni siquiera a las hamacas que están al frente de mi casa sobre las vías del tren, por culpa del baldío. Una vez, cuando estábamos durmiendo, saltaron la tapia y me robaron zapatillas y ropa”.
Además, está el problema de las alimañas. “Una vez al año fumigamos, porque hay alacranes, cucarachas, ratas, que son un foco infeccioso peligroso”, puntualizó.
En algún momento, el baldío había sido vallado, pero la cerca se cayó y no la volvieron a levantar, así que el predio está abierto.
Jorge Pérez Musacchia, director municipal de Higiene Urbana, dijo que los propietarios fueron intimados en varias oportunidades, pero el problema persiste.
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