Cartas de lectores
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14 Enero 2019

Árboles caídos

En dos cartas publicadas en esa sección, se expresan distintas inquietudes sobre los árboles caídos en forma frecuente en la ciudad de San Miguel de Tucumán, los lectores dicen: “no se puede advertir que haya un programa de trabajo responsable” (sic), “el árbol peligroso no existe, se les dice así a los arboles comprometidos, o sea, sin mantenimiento ni control” (sic). Entonces, el arbolado urbano sería un conjunto de árboles descuidados, abandonados, con los que la negligencia reiterada hace más cruel el pecado de omisión. La política ambiental debe ser tomada en serio, y para ello debe ser adoptada como una verdadera política de Estado. Para poder desarrollar un programa de trabajo debe hacerse un censo del arbolado urbano, para conocer de forma fehaciente cuántos árboles deben ser reemplazados y por cuáles variedades. Con canteros del tamaño adecuado según sea vereda o platabanda. Sin generalizaciones banales como las que se referían al jacarandá se podrán fortalecer los espacios verdes.

René Roncedo

Extinción

Puede ser que más de uno de los casi 200 yaguaretés que aún resisten a la extinción en la Argentina hubieren preferido que se conservara su hábitat a ser la estrella pintada del billete de $ 500. Tal vez hubiese sido mejor premio, para el felino de mayor porte en América, que las 400.000 has en la provincia de Chaco no hubieren sido deforestadas, desde el 2007 a la fecha, y que toda la ternura que despierta la imagen oculta de un cachorro en el papel moneda hubiera alentado a más argentinos a defender los bosques y áreas protegidas en donde moran. Pero cuando el “modo subjuntivo” se cuela en nuestra letra, indica que lo deseable no ocurrió y que la peor de las suertes amenaza al yaguareté, a todas las especies animales y a las comunidades originarias que habitan el Chaco y todo el Nordeste argentino debido a la tala indiscriminada e ilegal de bosques. Si el Estado no actúa muy a prisa y si la Justicia no hace valer las leyes que protegen el patrimonio natural de los argentinos podremos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que algún novel líder brasileño nos ha tomado de modelo a emular en su criminal proyecto para el Amazonas… Y cuando se trata de tanta estupidez no parece ser elogiable el ser los primeros.

Karina Zerillo Cazzaro

Edad de imputabilidad

Ayer me desperté muy temprano, todavía con mucho sueño y como es habitual me dirigí a recoger el diario y al abrirlo casi al azar, leí todavía aletargado una carta de un lector que versaba sobre la edad mínima de imputabilidad de los delitos en la cual aconsejaba bajarla al mínimo posible. Al concluir la lectura debí pellizcarme para cerciorarme de que estaba despierto y no ensoñando con el infolio de algún inquisidor del siglo XIII. Para cerciorarme apresuré el café matinal y repasé el despacho: de ningún modo, sus líneas seguían estando allí, tal cual me parecía haberlas leído. Pretendía el lector que se redujera la edad de imputabilidad a los 12 años, porque a esa edad los niños ya saben distinguir entre el bien y el mal, premisa que en rigor obliga a remitirnos a una edad todavía más tierna, pues apenas nacido el ser humano comienza a discernir con la ayuda de los padres entre una y otra cosa. De hecho, hasta los animales domésticos aprenden muy temprano a hacer las necesidades en ciertos lugares y adoptar otras conductas que no resultan molestas. Pero, no era solamente eso sino que tampoco aclaraba qué era qué lo bueno y qué lo malo, porque hay padres que desde la más temprana edad infunden a sus hijos el amor al prójimo en forma indiscriminada y otros enseñanzas muy distintas, como la que condena a los “negros, vagos de miércoles” y hoy por añadidura a los “planeros” en el nuevo léxico. Aún así no eran sólo esos los únicos errores: detrás subyacía la falacia mayúscula derivada de una brutal preponderancia tanática que suele yacer en el subsuelo de las mentes ultra conservadoras, la de omitir en el análisis del fenómeno de la delincuencia juvenil el contexto socioeconómico en que se inserta. No le llama la atención al lector, en este orden, que se da en las clases marginales en relación inversamente proporcional a las de las más opulentas, ni se le ocurre que podría ser la necesidad la que impele a la juventud excluida o pauperizada a inclinarse por la delincuencia y drogadicción, tanto para subsistir como para evadirse de una realidad que quizá desconozca que es sencillamente horrible, inhumana. Ignora, dicho de otros modos, las veleidades en la que suele incurrir la la cigüeña. Desconoce, en fin, como todo el ultra conservadorismo paleolítico, que existe una delincuencia mucho más deletérea y que constituye la causa eficiente de aquélla, aunque algunos no alcancen a leerla, a saber la de un establishment que se enriquece impunemente de las arcas estatales. Tratarlo en forma independiente de esos factores equivale tanto como estudiar las características de la pata de una mosca sin tener en cuenta el cuerpo de la mosca, para calcular cuál es el peso que puede soportar. Espero que estas consideraciones no le lleven a considerarme un instigador o cómplice de la delincuencia juvenil, como lo deja ver entre líneas. Aclaro que lo de paleolítico no es en absoluto gratuito, porque el pensamiento tanático según el cual todo tiempo pasado fue mejor y la defensa del status quo a lo que resulte, de haberse aplicado siempre, no habría permitido que el hombre saliera de las cavernas.

Clímaco de la Peña

Protestas

A Macrón no le ha quedado otra que recurrir a una compulsa popular, lo que sucederá a principios de febrero, con la intención de detener las manifestaciones sostenidas de miles y miles de ciudadanos. Porque ésa es la fórmula. Los reclamos deben comenzar y no cesar hasta que se obtenga lo que legítimamente se exige. Nos “afrancesemos” en las redes, en las calles, en los espacios que los diarios permitan. Ejerzamos una democracia participativa como propone Mempo Giardinelli, cuando habla de una nueva constitución imprescindible. No desfallezcamos. Sigamos resistiendo.

Mercedes Chenaut

Cortes de calle

Si de cada corte en una calle se informara por lo menos una cuadra antes, no se producirían atascamientos, bocinazos, pérdida de tiempo, más gases de escape y consumo de combustible, entre otros efectos negativos. Es tan simple la propuesta que debería ser una norma inteligente y de respeto a los ciudadanos.

Carlos Duguech

Mercado de pases

“Los dirigentes buscan cerrar la llegada de cuatro jugadores” ante “las dificultades del mercado de pases” (LA GACETA). El mercado de jugadores de fútbol, como cualquier otro mercado, en medio de una bancarrota económica y una ruptura de la cadena de pagos, se está transformando en una dificultad. Es complicado, en el fútbol, dar prioridad a una tratativa u otra. La oferta económica y su correspondiente contra oferta. El jugador, el otro elemento, quiere, antes de lo posible, resolver su situación. ¿Razones? Su mano de obra consiste en jugar al fútbol a cambio de un salario. “Los dirigentes Santos apuestan por la cautela”. “Reconocen que la posición del equipo en la tabla de posiciones entorpeció la llegada de algunos futbolistas”. ¿Por qué? “Prefieren cobrar menos que venir a Tucumán a pelear el descenso”. ¿La dirigencia, sobre la base de experiencia anteriores, tomó los resguardos necesarios del caso? No se sabe. Ciudadela oscila entre la promesa de un plantel competitivo de primera, refuerzos para mantener la categoría y jugadores que no quieren venir a una “plaza” como Tucumán. Al “mercado” se le suma, como el “riesgo país”, el llamado “riesgo deportivo”. No debe transformarse en “riesgo institucional”. En su debido momento, 2020, deberá dirimirse a través de la confrontación democrática. El mundo San Martín, ahora, exige la más completa unidad de hinchas, socios, agrupaciones y directivos. A través de su principal factor, su hinchada, va a lograr, en esta primera etapa, su anhelada permanencia en la primera división. Los balances, junto a lo que se tenga que decir, recién, para fines de la mitad del 2019. Ahora, todos unidos, como un solo hombre, enfocados en la lucha por la permanencia en la categoría.

Pedro Pablo Verasaluse

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