Las redes sociales “gritan” que las mujeres ya no se callan

Por Ariane Elizabeth Armas

“Un día me chupó la cara para desearme feliz Navidad”. Camila Zurzolo tiene 22 años, vive en Mar del Plata y no está sola. Su historia de acoso se hizo viral por un posteo publicado en Facebook, y demostró una vez más cómo las redes sociales se volvieron protagonistas a la hora de dar voz a las mujeres acosadas, maltratadas y calladas durante muchos años. La joven contó con detalles el hostigamiento al que la sometió un vecino durante casi un año. “Me gritaba cosas por la calle cada vez que quería; me perseguía por las escaleras del edificio; me golpeó la puerta del departamento y cada mañana me despertaba con sus gritos”, describió Zurzolo, que en las redes se identifica como Cami Zeta.

Su historia también incluye un capítulo de indiferencia: dice que sus vecinos, si bien admitieron que conocían las conductas inapropiadas del acusado, prefirieron mirar para otro lado. Lo mismo hizo la Justicia con sus seis denuncias.

¿Qué salvó a Camila Zurzolo? La “sororidad”, palabra que denota la hermandad contra la violencia hacia la mujer, un movimiento global que este año estalló en Argentina y cuyo principal exponente es Thelma Fardin, la actriz que denunció al actor Juan Darthés. También por redes sociales, Zurzolo conoció a la artista feminista Zuleika Esnal, quien en mayo compartió el testimonio de la joven marplatense en Facebook y escribió el primero de los miles de “estoy acá” que recibió la publicación.

El apoyo de las “sororas” puso fin al miedo. La repercusión expuso un padecimiento silenciado. Al “#EstoyAcá” le siguieron, entre otras consignas y “hashtags”, “#MiráCómoNosPonemos” y “#NoEsNo”, así como antes habían surgido “#NiUnaMenos” y “#MeToo”. “Todavía estoy impresionada por lo que pasó. Es increíble la cantidad de amor que recibí. Muchas mujeres me escribieron para contarme sus historias, que son muy fuertes, y estoy tratando de ayudarlas. El amor es tremendo. Todos los días me levanto y tengo algún mensaje que me da fuerza”, contó Zurzolo. Y alentó a otras víctimas: “anímense y pidan ayuda. Siempre va a haber alguna chica que las va a escuchar y entender”. Según su experiencia, hablar sana. Explicó: “después de hablar sólo esperan cosas lindas. Se puede salir porque no estamos nunca más solas. Y ahora que estamos juntas, no nos para nadie”.